Queridos amigos y amigas, reapareciendo en un mundo cada vez más a tono con la ciencia ficción... Por la ciencia ficción y la fantasía!!! Es un secreto, pero nunca me fuí... Aquí estaré: pablodaniel.gandalf@gmail.com... Un gran abrazo!!!


miércoles, 27 de octubre de 2010

UNA HISTORIA DE AMOR COMO TANTAS O EL SEÑOR DE LOS VENENOS

Este relato está inspirado en el libro de texto mágico “Venenos, venenos y más venenos” de Ereginalda Mosakán.

-¡Hey! ¡Maddanak, despierta!
-¿Qué sucede, princesa de ojos fríos?
-¿Escuchas ese ruido? ¿Se terminará ahora el mundo?
-¡Bah! No te preocupes... Solo ha comenzado la persecución.
-¿Y a quién persiguen?
-A Ellos, a los que van contra la costumbre, los que rompen contratos que no deben romperse, al marido que se vá y a la extranjera que vino sin ver y se lo lleva.
-¿Por eso los cazarán?
-Por eso y un poco más, pero que es suficiente.
-¿Y lograrán atraparlos?
-Preguntas serias, respuestas cortas, sí o no...¿quién sabe?

Putas, putas, putas...¡Ah, sí!¡Aquí está! “ Putas, servicio de”, ¡y en qué número extraño las fueron a meter!, veamos, veamos, las palabras de ubicación son fáciles. Los pechos más bien grandecitos, un culo levantado, cadera fina y flexible, sí, sí, puede ser ¿piernas largas? Está bien, pero no demasiado largas, pues puede ahorcarme ¿Rostro? No importa, pues jamás prendo la luz ¿Ciega? Bueno, no tengo el menor inconveniente, en cuanto sepa lo qué chupar ¿El tamaño de qué?¿De su vagina? Y justo, claro, que no sea muy apretada pero que tampoco nade en ella ¿no?¡Dimensiones desconocidas! Tantas complicaciones porque Mirinser, mi esposa, me dejó una tarde libre.¡Con tantos requisitos y datos y qué sé yo se le van las ganas de tirar una cana al aire a uno!
Había pedido que apareciera en el exacto centro de mi cama portátil; allí supuse que estaba, pues con la luz apagada se vé poco y nada –más bien nada-. Pero sentí su respiración, por lo tanto allí estaba. Me acerqué a la cama, tropecé en un libro de fórmulas para hacer llover que había olvidado el milenio pasado y caí de bruces entre sus piernas. Saqué la lengua y despegué mi cabeza de tan apetitoso apoya narices. –¿Bebes algo?- pregunté, aunque en ese momento algo me decía que no era el momento para beber.
-¡No gracias, no bebo mientras trabajo!- exclamó airadamente.
-Qué extraño, la mayoría de tus amigas sí beben mientras trabajan...- dije, conciliador.
-No son mis amigas y no bebo- contestó secamente.
-Pareces una chica demasiado seria para estar soportando orgasmos no deseados-
-Necesito el dinero- dijo impaciente, tenso interrogatorio no del todo agradable.
Levanté mi cabeza definitivamente, ya más interesado en ella que en su vulva; me acodé en sus muslos y apoyé mi pera en su ombligo.
-¿Para qué necesitas el dinero?
-¿Para torturarme me llamaste?- dijo
-¿Te pago, no?
-¡Me pagas por servicios sexuales, por mi culo y mi vagina y mi boca y mis tetas y mi ombligo si estás cómodo, pero no por mis oídos!
-¿Estás ofuscada? Eres injusta, creo ¡Te pagaré el doble por poder hablar contigo! ¿Está bien?
-Ahora nos entendemos ¿Qué quieres saber, pierdedinero?
-¿Por qué te prostituyes? ¿Tienes hijos?¿Madre enferma?
-¡Soy ciega, idiota!¡Y quiero ver!
-¡Séptimo Cuerno!¡Es cierto!¡Como siempre o casi todo el tiempo vivo en penumbras –tinieblas más bien- no me doy cuenta de quién vé y quién no!¡Pero no es tan difícil ver!
-¿Ah, no? ¡Dímelo a mí, que llevo abriéndome de piernas veinte y siete veces y todavía no los pago!
-¿Y cúanto dinero te falta?
-¡Oye, qué te importa!
-Quizás pueda ayudarte-
-¡Ja, Ja!¿Y cómo habrías de hacerlo?¿Me prestarás el dinero?
-Creo que tengo por ahí la llave de la Biblioteca 52 que es donde creo, creo dije, no estoy seguro, puede encontrarse un antiguo tratado con fórmulas para ojos ¿De qué color los quieres?
-¿Fórmulas para ojos?¿Pero de qué hablas?
-De conjuros, de citas mágicas, de relaciones biosintéticas y ecuaciones poco comprendidas. De esa manera tendrás tu par de ojos ¿Sólo un par quieres?
-Pero...¿Dónde estoy?
-En mi casa, claro.
-Sí, pero ¿dónde?
-En las afueras de Nahkramon, en la casa situada bajo coordenadas azul violeta 17, 18, 23 y rojas 21 y 20...¿Más datos? Mi nombre es ...
-¡No me interesa tu nombre! Sólo sé que vine al lugar equivocado. Me equivoqué de planeta...
-Y quizás hasta de dimensión. Esta es una oblicuidad de la 94 ava dimensión, el segundo planeta del cuarto sistema del cuadrante que todos llamamos El Escondido.
-¡Nunca había estado aquí!
-Es que este  es un cuadrante un tanto evitado, más evitado que el  13 y el  33 y el 75, que son los clásicos cuadrantes evitados. Aquí, en El Escondido, encontrarás todos los que están hastiados de la popularidad de otros lugares. Imagínate, la temporada pasada en el cuadrante 75 hubo 68.000 millones de turistas ¿Te dás cuenta? ¡Es asqueroso! Por eso aquí, a menos que sea imprescindible, no permitimos forasteros.
-¿Porqué si son tan evitados esos cuadrantes que dices reciben tantos turistas?
-Porque la gente es irreverente y si bien sienten temor por lo desconocido y por lo que no pueden explicar también se sienten atraída por lo mágico y lo prodigioso y te aclaro que en este lugar del pluriuniverso, como en los cuadrantes 13, 33 y 75 son lugares donde tales cosas son corrientes.
-No entiendo como llegué aquí si este no era mi destino... ¿Qué sucedió?
-Bueno, fuíste capturada por alguna palabra engañaviajeros que andaba por ahí. Es la única manera de que nos visiten sin ser visitados ¿Comprendes?
-Apenas un poco. Entonces ¿Puedes darme ojos?
-Claro. ¿Ojos para ver o para no seguir viendo? Hay de todos los tamaños y tipos y colores ¿Con pestañas o sin ellas?¿Dos, tres, cinco, mil? Los que quieras, siempre y cuando encuentre el libro ¡Je, Je! ¡Si no lo encuentro voy a quedar en ridículo! Enciendo la luz ¡Ya! ¡Eres hermosa!
-¡Gracias!
-¡Voy por el libro! ¡Ten cuidado con el recetario para hacer llover!
-¿Con queeeeeé... PAFF!- El tal libraco cobró la segunda víctima de la tarde, pero ella no tenía muslos donde caer, sino que lo hizo en una cómoda butaca: Anasetan.
-¡Bruta!¡Violenta!¡Mujer ciega!-le dijo ésta.
-¡Hablas!-dijo asombrada, pero se repuso rápidamente -¡Claro que soy ciega!¡Gritona!
-Disculpa, no sabía que no veías ...
-Disculpa tú también.
-Siéntate si quieres ..., si lo haces suavemente.
Mientras ellas cruzaban esas cordiales  palabras , yo buscaba desesperadamente la llave de la biblioteca y tras larga búsqueda logré hallarla.
Cuando logré llegar hasta ella, lugar  bastante alejado de los caminos más transitados de la casa y abrí la puerta, varios libros me estaban esperando… es que hacía mucho tiempo que no visitaba la 52.
-¡Mira lo que he encontrado para ti!-dijo uno.
-¡Y lo que encontré yo!- dijo otro y todos se acercaron a mostrarme sus descubrimientos y novedades.
Entonces dije en voz alta -¡Por favor, escuchen! ¡Necesito...!
-Fórmulas para guisar diamantes y rubíes –me interrumpieron-
-¡No, no, para elevar el metabolismo de los pinos del frente de la casa!
-¡Bah, pavadas!¡Lo que necesita realmente es la teoría que combina futurones y campos dimensionales, evocable por solo cinco palabras!¿No?
-¡No!¡Déjenme hablar!
-¡Ya sé!¡La cantidad exacta de puñados de estrellas que pueden renovarse luego de una nada!
-¡Vamos, como querría eso!¡Con seguridad son las 120 palabras con runas de poder que transmutan la tristeza en alegría contagiable, cualquiera sea la circunstancia!
-¡No!¡Déjenme hablar si no me marcharé ya!- y logré que hicieran silencio- Quiero fórmulas para hacer ojos humanos. Solo eso necesito, solo eso llevaré.
-¿Sólo eso?¿No estarás interesado  en cirugías de incalculables  e inmejorables resultados en circuitos de novas?
-¿Y en bebidas refrescantes de ciento siete mil sabores y colores y eructos y burbujitas distintas?
-¿Y en una nave que te transporte hasta irrealidad pero que aún siga siendo y luego te transformes en NO, pero siempre en procesos reversibles?   
-¡No!¡Sólo eso necesito, solo eso llevaré!¿Dónde estás?
-¡Aquí, aquí!¡Es que me piden autógrafos!¡Nunca había pensado que llegara este momento!¡Soy tan feliz!
Y se marchó como un héroe. Muchos de sus compañeros hacían esfuerzos por evitar las lágrimas.
Cerré cuidadosamente la puerta y nos encaminamos a mi morada.
-¡Aquí está!¡El héroe de la jornada!
Ella hizo el intento de mirarme –¿Lo encontraste?- luego -¿Quién viene contigo?-. No vé, pero oye.
-Tú salvación ¿Quién más?- Su salvación venía despidiendo polvo de todas sus páginas, avanzando a trompicones sobre sus delgadas patas de metal plateado, murmurando para sí sus teorías e invenciones, buscándole fallas de última hora o alguna ventaja que hubiera pasado desapercibida.
El héroe de la jornada, ahora con anteojos y guardapolvo blanco, dijo con firmeza, ya pasado el nerviosismo inicial -¿Quién necesita ojos?-
Todo fue cuestión de tomar una ínfima cantidad de líquido vital, analizarlo, comparar biocoordenadas en su catálogo, modificarlas si era necesario y mediante una acertada mezcla, energía del aire y un recipiente especialmente concebido para tal fin, sintetizar los órganos visuales.
Reemplazo y conección nerviosa. Rápido, sencillo, indoloro, operaciones rigurosamente practicadas a conciencia.
Luego de cinco minutos de cicatrización acelerada y otros cinco minutos de terapia visual, abrió los ojos y ...¡Vió!
-¡Veo!
La despedida fue tan emocionante y rápida como la llegada, pues hay cosas que deben interrumpirse lo menos posible. Cada uno de los libros de cada una de las bibliotecas eran investigadores y científicos calificados. Su tiempo era valioso. El mismo decidió que su labor estaba ya cumplida y pidió permiso para retirarse.
Combinaciones mecanorgánicas para contestar tus preguntas, satisfacer tus deseos y a la vez auto-ilustrarse, satisfaciendo sus propias curiosidades. Metal y nervio, alta tecnología, alta magia ¿Qué hay que ellos no puedan resolver?
-¡Por favor, avísenme si les soy otra vez necesario!Mis trabajos son garantidos hasta el infinito, no lo olvides –le dijo a ella-, quien acercándose y rozando con sus dedos la cubierta de cuero del libro, se despidió diciéndole -¡Gracias!¡No te olvidaré jamás!
-Cuando quieras otros ojos, solo avísame. Gracias por la oportunidad de practicar mis conocimientos ¡Me voy!- Y se fué.
Quedamos solos, pues Anasetan suspiró profundamente y se hundió en su ciclo diario de meditación. Muda, ciega , sorda. Un sillón.
Nos miramos largamente.
-¿Crées en coincidencias?
-Un poco ¿Y tú?
-Casi siempre.
-¿Crées en el amor?
-¡Eso sí que no!
-Nunca es tarde, nunca, no para eso ...
Y se acercó, todo un universo para descubrir, pestañas regadas sobre trozos de mar, que sin embargo quemaban, y labios que hacía daño mirar, pezones que hubieran destruído en un instante  mi fidelidad si alguna vez hubiera pensado en cuidarla, caderas que contagiaron mi cintura de ritmos ancestrales, viejos como la vida. Nos tumbamos en la cama, que apareció allí como por encanto.
-¿Habías dejado algo a medio camino, no?- me dijo-
-Tienes razón- y entreabrí sus piernas.
Fue una tarde larga, inolvidable, terrible. Terrible porque siempre estaba presente el momento de la despedida, el adiós, el no verse más. Si uno cree que el amor no existe, siempre hay algo que lo hace dudar. Dudaba.
Tirados en la cama. Un tanto abstraídos.
-¿Tengo que irme?
-¿Tienes que irte?
-Mi esposa es peligrosa ... mortal.
-Estás casado, tienes compromisos...
-Pero me gustaría conocerte más y siento algo ..., no es fácil hablar de eso.
-Yo hubiera dicho lo mismo.
Huir. Evitar cierto encuentro que puede ser especialmente insoportable luego de ciertos sucesos ocurridos en la tarde de hoy. Huir. Escapar, marcharse a otro lugar, lejos.¿Dónde?
-¿Dónde podemos huir?
-¿Huir?¡Estás loco!
-Te propongo huir juntos ¿Aceptas?
-¡Claro!¡Me agradan las huídas!- mirada desconcertante-
-Huir contigo debe ser más agradable que todas las demás huídas, que también me agradaron- dijo aclarando.
-¿Dónde?
-A un lugar sin magia.
-¡A mi mundo!
-¡No! Eso es muy obvio. A un lugar parecido, pero que no cueste poco encontrarlo.
-¿Cúando nos vamos?
-Elijo, a ver ..., ya está. Marchémonos ahora.¡Tómame de las manos!

Hacía mucho tiempo que vivíamos en un hermoso planeta, cuando comenzaron a llegar indicios. Indicios de persecución, indicios de búsqueda. Problemas. Nervios. Amenazas de muerte.
Habíamos elegido un mundo sin magia, al margen de todo contacto excesivo, evitando llamar la atención de viajeros interdimensionales. Todo había sido paz hasta ahora. Logramos disfrutar de meses para recordar por siempre, pero ahora ..., comenzaba el final, que llegaría lenta pero inexorablemente. Hubo un lugar en que no soporté más y me senté a beber. El alcohol me torna olvidadizo, me tranquiliza, me adormece. Ella lo sabe.¡Adivinó!
-¿Vienen a buscarte?
-¡Ah!¿Sí?- digo, a la vez que saboreo mi licor- Vienen ...
El vino derramaba su aliento típico por todo el entorno, sembrando sensaciones de náuseas cuando aún no las había y retirando elucubradas plegarias de pronta mejoría, pues un tropezón, una caída, y te rompes un brazo, la crisma y literalmente , por que no, el alma, sobre todo si es frágil –No golpear-.
-¿Y por eso bebes?¿No lucharás?
-¿Luchar?¿Contra ellos?¿Tienes idea de quienes vienen por nosotros?
-No sé ¿Por qué dices nosotros?
-También vienen por ti. Si no resistimos nos matarán rápidamente.
-¡Nos matarán!¡Ahora que puedo ver!¡Ahora que estamos juntos!¡No!¡Tienes que hacer algo!¿Por qué matarnos?
-Así son las reglas. No debí llevarte a nuestro mundo, ni a mi dormitorio, ni debí darte ojos, ni debí haber fugado de allí, rompiendo mi matrimonio con Mirinser.
-¡Escucha! No puedes quedarte tranquilo mientras vienen y nos matan. ¿Es que no me amas? Ya que no quieres defenderte ¿No piensas defenderme a mí?
-Los que vienen son matadores calificados, cobradores de deudas con mucha experiencia ...
-¿Pero estás seguro de que nada puedes hacer?
-¿No entiendes mi incapacidad?¡No soy un cobarde! Sé cuando tengo alguna posibilidad y sé también cuando estas son nulas, tendientes a cero. Podré saber cuando estén cerca, pues tengo detectores por todas partes, pero no más.¿Qué puedo hacer contra el Multiasesino de Manos Limpias, que siembra trampas selectivas que pueden matarte siglos después de colocadas, o contra el Maestro de Las Muertes Rápidas, que no permite un pestañeo más del último?¿Y contra el Destrozador Sin Remordimientos Nocturnos? Esa bestia super fuerte, destructora sin par, que llena de sangre y vísceras todo el escenario de la muerte? ¿Qué puedo hacer?
-¿Y le temes solo a tres?
-No les temería si estuvieran lejos, pero se acercan, nos están buscando y casi han logrado encontrarnos.
Queda mirándome, muda. Me levanté de mi sillón, casi tambaleante y besé suavemente sus sin par hermosos labios.
-Bonita, ve a dormir mientras pienso algo, tiene que haber alguna salida, alguna forma de resistirse; por lo menos por ti haré un último esfuerzo. Te mereces algo más que una muerte rápida –sonreí-.
La dureza del mármol remachado con platino estriado, el temblor de las viñas llenas de frutos cuando se estremecen con el frío matutino, las mil y cuatrocientas mil caras facetadas del vaso de cristal azul de Sus Sueños Eficaces, la novedosa sangría recetada por el Vocabulario Binario, la increíble celeridad de la fuga de Ella ante El si por algo le teme, el extrañísimo licor que brotaría de la noche si ésta fuera un barril enorme y redondo, y otras muchas rarialcoholizadas sugerencias.
Pensaba y pensaba. Para todo hay solución. El inconveniente es que a veces, cegados por la lucha, no la vemos.¿Habrá solución?
Reflexiones de última hora.
En la zona conflictual usted se debe de sentir mal.
Ensalada de burbujitas multicolores implacables en tu pelo, que despiadadamente salpican mi camisa; cadavérica fotografía de la vida que cierta tarde de otoño, aburrida, se murió.
Alimento de plástico para estómagos de cerámica. Vestidos nuevos pero que parecen viejos. Agua reciclada con metálico sabor, gotitas de aceite resbalando por un frío vaso. Rodeando y rodeando un punto o queda determinado perfectamente o por la confusión lo perdemos para siempre.
Hay una posibilidad.
Vayamos tras ella.
¿Linak duerme? No, me observa.
-¿Por qué no duermes?
-¿Mientras tú bebes pretendes que yo duerma? Mientras bebes no puedo dormir.
-Hay una posibilidad –le digo-, un pequeño punto de partida para una mínima esperanza. Pero tengo que ausentarme por ... cuatrocientos tres de tus hermosos suspiros.
-¿Te vás? Puedo suspirar muy rápidamente...
-O muy lentamente, supongo. Suspira como quieras hacerlo, por lo menos lo suficiente ... y espérame.
-Es seguro que estaré aquí, esperándote ...
Vayamos tras ella. Los datos para ubicar dimensionalmente la oportunidad no eran muy claros, pero haciendo acopio de memoria... eran números aprendidos desde pequeño.

El santuario familiar me esperaba con sus tumbas abiertas. ¿Saqueadores? Lo dudo, digamos ventilación, mantenimiento de estas últimas moradas y cierto cerciorarse de que  ningún muerto escapó. No es un lugar muy divertido, pues allí no hay pájaros, ni música, solo gigantescos hongos y helechos y tristes pinos y olor a moho y a soles luchando contra la humedad. Coloqué una moneda de oro en un gran plato flotante y marché por el sendero hacia la enorme puerta de madera que guardaba la cripta que me interesaba.
-¡Déjame pasar!-dije.
-No te conozco.
-Hace mucho que no nos vemos. ¡Soy Rahanaran!
-¡Hum!¡Ahora te recuerdo!¿Qué deseas?
-¡Consultar al Libro Testamento de mi familia!
-¡A El!
-¡Y espero que pueda ayudarme!
-Está bien, pasa Rahanaran y me alegro de verte nuevamente ¿No estás un poco delgado?
-He estado preocupado por algunas cosas últimamente, pero espero salir de aquí con soluciones para mis problemas.
-Seguramente saldrás mejor de lo que entras ...
Inmediatamente después de la puerta comenzaba una escalinata casi invisible. Luego un pasillo, un largo pasillo, y libros, muchos libros, quietos, cansados o aburridos hasta el sueño. El ocupaba un lugar especial, pues era un libro especial. Estaba, de todas formas, tan opaco como todos.
Lo tomé entre mis manos. Estaba húmedo, pegajoso, resbaloso. Le grité al oído que era el momento de despertar. El estiró sus patas de oro mugriento y salpicado de manchas goteantes y bostezó un olor a óxido y vejentud.
-Te estaba esperando-dijo, con una voz cascada y añosa. No tenía ni idea de cuando llegarías , pero sabía que quizás alguna vez.¿Viniste por tu nombre?
-Ya tengo nombre. Rahanaran es mi nombre.
Su risa polvorienta llenó de rotos acordes el lugar -¡Hablo de tu verdadero nombre! Pero dime, si no vienes por eso ¿a qué vienes?
-Necesito tu consejo.
-¿Mi consejo? Me agasaja saber que luego de cientos de años alguien requiere mi consejo.¿Sobre qué necesitas consejo?
-Es que le dí ojos a una chica que no veía, la amé estando casado con una geniosa mujer,  
Mirinser ¿la conoces?. Esta chica no es de donde yo vivía, es una extranjera, y lo peor de todo es que quiero seguirla amando.
-¿Y?
-Que hay leyes que no están para ser violadas. Que hay tres hombres buscándome –buscándonos- para poner fin a nuestros días en este ciclo y además seguro que Mirinser con su parentela, empuñando su mazo para aplastar carbonados, también me busca. Mi preocupación no es que me busquen, pues soy de sueño pesado, sino que me encuentren.
-¿Y?
-¡Por la Ultrapuerta del Ahora!¡Poco has entendido de lo que te he dicho!¡Que si me encuentran no podré hacer nada! Mis conjuros son inofensivos, meramente experimentales, clásicamente domésticos. Nunca practiqué la magia oscura. No sé matar, ni amedrentar, apenas hacer estornudar. Mi saber no es destrucción, mi saber es belleza. Pero la belleza no me salvará. En este caso lo único bello que tengo ante mí es un bello descuartizamiento.
-¿Y esas son todas tus preocupaciones?
-No necesito más. Tengo solo una vida, las otras gastadas están –o hipotecadas, no recuerdo-.
-Quizás puedas solucionar ambas cosas.
-¿Ambas?
-Tu verdadero nombre y encarar tu persecución.
-¿Por qué insistes con mi verdadero nombre?
-Creo que sé por qué estás tan desesperado: por ignorante de las costumbres de tu familia. En ella, se forjó un nombre para cada uno de sus miembros. Tu abuelo, que fué un gran magiquímico, deseó que tú tuvieras un nombre y lo he preparado durante cientos de años, esperándote, esperando este momento.
-¿Y mejorará eso las cosas?¿Es un arma?
-Quizás. Será lo que tú quieras que sea. Tú serás él y él formará parte de ti. Serán inseparables.¿Aceptas?
-¿Qué opciones tengo? Ninguna, creo ..., acepto. Difícil que pueda empeorar mi situación.
Me mostró una planchuela estrellada, delgada y de un color vino brillante.
-Esto es.
-¿La tengo que tragar, masticar o qué?
-Vá dentro de tu cabeza.
-¡No!¡Me arrepiento, retiro lo dicho!
-No dolerá absolutamente nada y luego no te molestará. Solo tienes que quedarte quieto. Yo haré todo.
-¿Seguro de lo que haces?
-La verdad que el valor en ti no es una cosa que abunde ...Cierra los ojos y cuenta hasta cincuenta.
Conté lentamente, la falta de dolor me hizo respirar más despreocupadamente.
-Ahora tienes que esperar que el aparato se conecte con las terminales de tu cerebro a las que debe ser conectado. El sabe mucho de eso.... ¡Ya! ¡Finalmente tienes nombre!
-¿Ah sí?¿Y cuál es?
-Te llamarás Señor de los Venenos.
-¿Es mucho mi poder?
-Demasiado para alguien tan inseguro, para alguien tan impulsivo...Pero ya tienes quien te controle ¿Cómo se llama ella?
-Linak, y me está esperando.
-Cuídala.
-Gracias por tu ayuda ¿Me puedo marchar?
-¡Claro que sí! Pero prométeme que si logras salir con bien de tus líos vendrás a verme.También puedes traerla a ella.
-Está bien-
Y me marché.

Cuando regresé le faltaban tres suspiros.
Sonrió, aliviada. Sonreí.
-Tengo nombre- le dije.
-¡Yo también!- contestó.
-Verdadero nombre-
-El mío no es falso-
-Pero es tuyo, no mío.
-Tienes razón ¿Y cómo te llamas ahora?
-Señor de los Venenos.
-¡Huy!¡Asustas!¡No creo que te deje cocinar más!
-Para cada veneno hay un antídoto. Mira, para mi ex-esposa tú eras el contraveneno.
-¡Qué literal, eh! ¿Tu nuevo nombre te ayudará a defenderte?
-Podré defenderme y atacar. Espera y verás.

Ella llamó a la puerta en medio de un estrepitoso chaparrón. Estaba empapada.
-¿Dónde estabas?
-Fuera, en la noche, contando gotas y asustando paraguas que andaban.¡Vamos a correr!-dijo, cuando las gotas de lluvia se le escurrían por sus cabellos. Se apartó un mechón de pelo mojado de la nariz y miró hacia adentro, donde todo estaba seco, tranquilo y a mi parecer más acogedor que afuera.
-¡Si no sales, yo entro!- exclamó y me hizo a un lado. Empapó las alfombras y mojó gran parte de mi colección de jades –pues los palpó antes de ir a secarse-, tomó de mi vaso de jerez –casi lo terminó- y llegó finalmente al baño. Me pidió ropa.
-¿De qué talle?- le pregunté.
-¡Del tuyo!
Mientras se vestía me preguntó -¿Hay noticias de tus amigos?
-¿Amigos?¡Enemigos, dirás!
-Claro ¿Tardarán mucho en encontrarnos?
-Eso es difícil de saber. Puede ser que no nos encuentren nunca.
-¿Has hecho algo para merecer tal cosa? Antes temblabas constantemente y decías que nos encontrarían en los próximos cinco segundos.
Sonreí.-Sembré hermosos venenos-filtro en sesenta y otros tantos planetas que pueden ser revisados por ellos, incluyendo éste. Esos venenos los matarán cuando apenas los perciban.
-¿Y basta con eso?
-Basta con que mueran ¿Para qué más?
-¿Confías en tus venenos?
-¡Tanto como en mis manos!
-¿Tus manos sobre mis senos o cuando recortas las hojitas de más del rosal?
-Mis manos de siempre, las de tijeras, las de bellas curvas...
Ella seguía en el baño, seguramente frente al espejo, quizás maquillándose, quizás mirándose a los ojos. Hablábamos en un tono de voz bastante alto, casi gritando, pues seguía lloviendo. De pronto ella dejó de hablar, y en ese momento mis detectores detectaron, tarde, demasiado tarde. Fuí rápidamente a donde estaba el intruso. Esperaba. Ella estaba temblando de furia, pero no lo estaba pasando muy bien, pues una enorme mano semi-metálica aferraba su cuello, apretando lo suficiente para ser una amenaza. Me acerqué más cautelosamente... Era el Asesino de Manos Limpias.
-¡Quiero un antídoto!- gritó.
-¿Un antídoto?
-El Destrozador Sin Remordimientos Nocturnos yace al borde de la muerte en Siannar. Yo soporto algo el veneno, pero él es muy vulnerable.
-No te daré el antídoto.
-El Destrozador y Yo nos amamos profundamente. Conozco mi deber pero sin él mi vida nada vale. ¡La mataré a ella y después a ti!¿Oyes?-dijo presionando más el cuello de Linak.
-¿Dices que nos perdonarás la vida por el antídoto?
-¡Eso digo!¡Pero decídete rápido!
-Ya está resuelto.¡No quiero que ella sufra por mí ni por tu amor herido!- Recordé- Ustedes eran tres...¿Dónde está ...?
Me interrumpió abruptamente -¡El Maestro de Las Muertes Rápidas murió envenenado en Calinix 11!
-Espera aquí. Te traeré tu antiveneno rápidamente.
Pronto regresé. –Este es...¿Cómo sé que no volverán a matarnos?
-Tengo ciertos códigos de honor, cosas que tú seguramente desconoces. Te deberé una vida, por lo que no te quitaré ni tu vida ni la de ella.
Tomó entonces el frasco y dijo –Pero lo analizaré antes ...; en diez segundos anunció –Parece ser lo que necesito- y soltando a Linak desapareció como si nunca hubiera existido.
-¿Confías en él?¿No volverá a matarnos?
-El recipiente contiene un veneno, con todas las características mutables de un antídoto ..., un veneno tan potente que llegado junto a su amigo y al intentar curarlo, morirá él también.
-¡Resultó ser un ingenuo!
-¿Ingenuo? Colocó un poderoso explosivo que estallará dentro de pocos minutos. Tendremos que mudarnos otra vez, pues él le habrá avisado a las autoridades, incluída mi ex-esposa sobre nuestra ubicación.
-¡Otra vez huir!
-En cierta ocasión dijiste que te agradaba huir.
-¡Pero termina cansándote!

La llanura infinita me trae recuerdos gratos. Pero también cansa mis ojos.
-Sembraremos árboles y rosas y claveles.
-Y un lago estaría bien ...para nadar y tener aves acuáticas y peces ... ¿Cuánto tiempo estaremos aquí?
-Hasta que nos encuentren. Pero tardarán. He diseñado trampas que son cada vez más eficaces, aprenden por sí mismas, evolucionan independientemente en planetas que esperan visitas no queridas. Esas visitas conocerán el fin de sus aventuras y persecuciones y molestias vanas.¡Dejarán sus huesos en algún lugar del espacio, lejos de su hogar!¡Y todo por buscarnos!
Pero siempre tenemos que estar preparados para huir, pues ellos también evolucionan y piensan y nos odian.
-Me agradaría mucho quedarme en un lugar por siempre. Podría ser aquí.
-¡Es imposible!Bueno, quizás no tanto...¿Quién puede decirlo? Pero mejor pensar que no será así, pues de otra forma algún día o noche nos sorprenderán y eso no puede suceder. No debe pasar.
-¿No te arrepientes de haber huído?
-¿De haber escogido entre Mirinser y tú?¿De haber abandonado mis pertenencias y a ese sinomundo por ti?¡Jamás!

-¡Maddanak!¿No duermes todavía?
-No, no puedo conciliar el sueño.
-Dime... ¿los atraparán finalmente?
-Las respuestas cortas engañan, pues pueden extenderse hasta el infinito. Sí o no... ¿quién sabe? Todavía no han logrado atraparlos. Pero continuarán buscándolos por siempre.
-Hasta el infinito...
-¿Sabes? Envidio a los perseguidores, pues ¿qué sentido tiene el existir si no hay algo qué buscar? Y saber que cada vez se está más cerca ...más cerca.

                                                                       FIN

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