Queridos amigos y amigas, reapareciendo en un mundo cada vez más a tono con la ciencia ficción... Por la ciencia ficción y la fantasía!!! Es un secreto, pero nunca me fuí... Aquí estaré: pablodaniel.gandalf@gmail.com... Un gran abrazo!!!


viernes, 20 de octubre de 2023

¡POR FAVOR, QUE ESO NO SUCEDA!

 -¡Claro que me hago responsable!- dijo Zizin -¡Muy responsable me hago! ¡Totalmente responsable! ¡Pero no le deseo a nadie lo que me sucedió a mí! ¡Ni a mi peor enemigo!

El juez lo miró, con más horror que enojo y le dijo:

-¿Pero se da cuenta de lo que hizo? ¡Ha cometido una barbaridad, un crimen terrible!

-Bueno, no robé ni maté a nadie… en cualquier otro planeta del universo no tendrían de qué acusarme.

-Pero… ¡Oh, casualidad! ¡En este planeta cometió el peor delito que podía cometer! ¿Cómo se le ocurre? ¿Cómo se le ocurrió ese disparate?

-¿Usted conoció a mi suegra?

-¿Conocerla? ¿Por qué habría de hacerlo?-dijo molesto el juez

-¡Exactamente! ¡No la conoció! Entonces no puede juzgarme…

-Pero usted, un reputado científico… ¿Cómo va a caer en esa tontería tan vulgar de odiar a la suegra?

-¡Yo no la odiaba! ¡Era ella la que me odiaba a mí! Su gran diversión, su objetivo cotidiano, era hacerme la vida imposible, constantemente. ¡No me daba un momento de descanso!

-Está bien… acepto que la relación con su suegra no fuera muy buena o peor,  francamente mala, pero no creo que eso pudiera justificar ni un poco lo que hizo.

-Usted definitivamente no me entiende… Por la naturaleza de mis estudios pasaba mucho tiempo fuera de mi casa, alejado de mi hogar. Pues, mi suegra aprovechaba mis prolongadas ausencias para atacarme, hablando mal de mí, sembrando dudas y desconfianza en su hija.

-¿Cuándo se refiere a sus estudios está hablando de sus investigaciones sobre la peculiaridad de este mundo?

-Si, por muchos años me dediqué a estudiar lo que sucede aquí…

-Lo que sucedía…-agregó el juez

-Claro, lo que sucedía. Que los espíritus de las personas muertas no pudieran irse de este mundo era algo totalmente novedoso… y desquiciante.

-¿Desquiciante?

-Que permanecieran en este planeta por el fin de los tiempos, era algo que tanto a vivos como a muertos debió de haber resultado difícil de sobrellevar.

-Esa es su opinión… Que permanecieran aquí formaba parte de nuestra cultura, de nuestro modo de vivir… ¡Eran una parte inseparable de nuestra civilización! ¡Construimos todo en torno a ese hecho: los muertos se quedan aquí, con nosotros!

-Si, estoy de acuerdo con usted… ¿Pero en algún momento alguien le preguntó a los muertos si querían quedarse aquí?

-¿Preguntarles? ¿Para qué preguntarles?

-¿Y siquiera se preguntaban cómo y por qué sucedía en este mundo  y solamente aquí?

-Como le dije, muchos creíamos que no tenía ningún sentido hacerse preguntas… pero había algunos como usted que no pensaban igual.

-Cierto… Me puse a buscar respuestas… y descubrí que hay una barrera que impide que el alma, la esencia espiritual, o el espíritu si quiere llamarlo así, de las personas que mueren, deje el planeta. ¡Quieran o no están condenados a quedarse entre nosotros! ¡Y nosotros condenados a soportarlos!

-¡Pero vuelta a lo mismo! ¡Hay muchísimas personas que disfrutan de la compañía de los espíritus de sus seres queridos, de sus manifestaciones! Obviamente se comunican con ellos, comparten su vida con ellos… ¿Cómo habría de ser distinto si en definitiva siguen aquí? La buena convivencia es necesaria… En mi caso disfruto muchísimo de la compañía de varios de mis ancestros y parientes…

-Usted porque no tiene una suegra como la mía… o tenía, más bien. Cuando se murió sentí, es algo vergonzoso, un gran alivio. ¿Alivio por qué? me pregunté inmediatamente… ¡Si ella no se va!

Ciertamente, su acoso empeoró… ¡Era tan insistente! ¡Me seguía a todas partes, no tenía ninguna privacidad! ¡Me molestaba constantemente! Solo parecía calmarse cuando estaba con mi esposa, para no enojarla supongo… pero el resto del tiempo era, realmente, una pesadilla. Tanto, que desesperado me puse a buscar una solución.

-Y comenzó a pensar en romper el bloqueo… ¿Y con todo lo que pensó, nunca se le ocurrió que existen leyes que pueden restringir el movimiento de los espíritus? ¡Si lo estaba acosando, debió avisar a la policía!

-¿Por mi suegra? ¿Asustar a mi suegra con la policía? Se reía de las leyes estando viva… ¿Después de muerta usted qué cree que hubiera hecho? Así que de entre todas las soluciones romper el bloqueo parecía la mejor… Tanto que resultó la elegida.

-¡No lo puedo creer todavía!

-Estudié la barrera que no dejaba escapar a los espíritus y encontré que podía hacerle una perforación, una suficientemente grande como para permitir el escape de todo lo que había estado confinado desde quién sabe cuánto tiempo… No fue tan difícil en realidad, ni supuso un gran esfuerzo. Creo que nadie había pensado anteriormente en ello, sino se hubiera realizado hace mucho tiempo.

-¡Y lo hizo!

-Si… ¡Qué alivio!¡Y qué alegría cuando el espíritu de mi suegra fue absorbido por La Matriz! ¿Sabe que van a un lugar único, La Matriz, no? Ella absorbe todos los espíritus de los muertos, los que ya no tienen cuerpo donde vivir y en ella esperan para reencarnar nuevamente… ¡Y allá ha de estar! ¡Incordiando quién sabe a quién o a quiénes!

-¿Usted tiene claro que se le aplicará el castigo más severo que se haya aplicado a alguien antes, no? Su crimen fue horrendo…

-Soportaré cualquier castigo…

-A menos…

-¿A menos que qué?

-Logre revertirlo…

-¿A qué se refiere? Mi suegra se fue y es algo irreversible…- no pudo impedir que su voz sonara algo asustada.

-Si, las autoridades saben que hay cosas que no pueden volverse atrás… pero quieren que vuelva a tapar ese agujero, esa fuga. Si lo hace, por lo menos se lo tratará con más delicadeza, aunque tendría que permanecer en prisión por el resto de sus días, pensando sobre todo en su propia seguridad. Si se llegara a hacer público que fue usted el causante de este desastre su vida sin duda correrá peligro.

-¿Realmente quieren volver a como se vivía antes?

-Queremos volver a nuestro modo de vida… nuestra civilización está basada, asentada, en eso… los muertos no se van. Hay un sinfín de instituciones, ministerios, trabajos y profesiones basadas en esa peculiaridad y ahora todo quedó en la nada… ¿Cómo no lo pensó? ¡Ha sacudido los cimientos de nuestras vidas!

-Bueno, sí, tiene razón… supongo que mi suegra me hizo pensar en la dirección equivocada… ¡Pero es que me hizo perder la cabeza con sus constantes ataques! Primero viva y luego muerta…como si el objetivo de su existir fuera ese… -una pausa y continuó- ¿Y si ella sospechaba que yo podía dejarla salir de aquí? Sabía sobre mis investigaciones, estaba al tanto de mis avances… ¿Y si todo el acoso fue para que yo le facilitara su huida de este planeta, de este mundo, de esta realidad?

Me comenzó a invadir una rara sensación, me comencé a sentir engañado y  sumamente estúpido… ¿Mi suegra me había manipulado? ¿Quería irse definitivamente de este mundo, “morir” realmente o más bien regresar a la Matriz, y me había acosado para que yo trabajara en eso? ¿Estaba harta y cansada de este planeta? Ella seguramente había leído en mis notas que la Matriz no es el fin… ¿Quería reencarnar nuevamente, comenzar de nuevo? A medida que lo pensaba más y más me convencía de que me había empujado a hacer todo lo que había hecho… ¡Qué mujer más perversa! ¡Que manipuladora! ¡Y había logrado su objetivo!

Así que sintiéndome un poco más estúpido de lo normal, los tranquilicé diciéndoles que trabajaría duro para arreglar la barrera, lo que al parecer los hizo bastante felices.

 

Mientras tanto en mi interior, sabiendo que el mundo entero me odiaba y estando seguro de que pasaría el resto de mi vida encerrado y oculto, lo único que verdaderamente me preocupaba era la posibilidad de que luego de reparada la barrera mi suegra reencarnara nuevamente en este mundo…

¡Por favor, que eso no suceda!

 

                                               FIN

 

 


EL CAMBIO

 El Ratoncito Pérez advirtió que algo estaba cambiando cuando debajo de las almohadas de los chicos comenzó a encontrar, de tanto en tanto y luego con más frecuencia, unos dientes de leche que lo impresionaron mucho. No eran esos dientes chatos, de bordes romos, hechos para morder, machacar, triturar o acaso desgarrar, no, no… Los dientes que estaba encontrando ahora eran dientes más largos de lo normal y punzantes, puntiagudos, afilados y sin duda atemorizantes. Nunca había visto dientes así en su larga carrera como ratón de los dientes, bueno, en su larga carrera para lo que es la vida de un ratón, que por más que sea un ratón de los dientes muy larga no es. También tuvo que cambiar su horario de trabajo; si, eso era realmente un problema, porque el cambio en la forma de los dientes o incluso que fuera más peligroso manipularlos –ya se había cortado con más de uno- digamos que no era un cambio esencial  en el cumplimiento de sus deberes, pero tener que comenzar a cambiar los dientes por monedas durante el día, porque la mayoría de los niños dormía de día y salían de sus camas de noche, eso sí era un cambio y aunque no era usual que se molestara por algo, se sentía molesto.

 Al principio de todo este cambio, los niños que dormían de día y dejaban sus camas de noche eran los menos… Poco a poco comenzaron a aumentar, más y más, hasta que fueron la gran mayoría. Mientras tanto, los niños que dormían de noche como debía ser eran cada vez menos y le daba mucho trabajo encontrarlos… desperdigados, por aquí y por allá, perdidos y a veces hasta aparentemente olvidados, ellos también merecían cambiar sus dientes por monedas… aunque el Ratón Pérez sospechaba que esos niños, tarde o temprano estaban destinados a ser como los demás.

Lo cierto es que él debía cumplir con su tarea, por lo que terminó trabajando tanto de día como de noche, casi sin parar.

 

Pero lo que hizo que renunciara a su trabajo no fue el cambio de forma de los dientes y las dificultades de trabajar con ellos; tampoco fue que no pudiera dormir casi nunca… no, no… Lo que hizo que renunciara fue que comenzaran a dormir en ataúdes, unas cajas a veces de madera, a veces de metal y hasta de hormigón o piedra, herméticamente cerradas y casi imposibles de abrir desde fuera.

 

Mientras que con su valijita se encaminaba al campo, donde lo esperaba una, suponía que monótona pero mucho más sana vida de campesino y ya en los suburbios, se volvió hacia la ciudad y gritó: “¡Adiós, pinches vampiros! ¡Y ojalá esto haga que sus pinches niños los odien!”.

 

                                           FIN

EL REY

 La ciudad por las noches tenía un rey.

Nadie le había dado la bienvenida ni había deseado su presencia y menos le habían dicho “Ven que necesitamos de ti”…

Nada de eso.

A poco de su llegada estaba claro que no lo querían, ni lo deseaban…

Pero tampoco sabían cómo expulsarlo de sus calles.

 Llegó tan silenciosamente que tardaron en darse cuenta de su presencia. Quizás porque no era un ser amante de la luz diurna –más bien odiaba la luz del sol-, tardaron un poco más en advertirlo, pero los cuerpos que comenzaron a aparecer, todos sin una gota de sangre, hablaban, gritaban más bien, el tipo de ser que era.

Un vampiro, un bebedor de sangre. Claro que tardaron casi media docena de cadáveres para estar seguros y totalmente de acuerdo en eso.

Y la noche, que había sido insegura pero no tanto, fue progresivamente abandonada  y de a poco tomada por él.

Los traficantes de drogas y sus clientes, que acostumbraban realizar sus negocios por la noche, eran sus víctimas ineludibles… Pero no se salvaban los que traficaban con sexo, los que de noche robaban transeúntes o casas, los que visitaban restaurantes o bares, en fin… cualquiera que transitara por la noche era una víctima potencial.

A los seis meses habían caído todo tipo de humanos bajo su sed, de toda edad y condición.

Ni las fuerzas de la ley estaban a salvo de sus ataques, por más que intentaban estar preparados para ello, siguiendo esa teoría –tan contraproducente en número de bajas- de que ellos lo cazaban y no al revés, como realmente sucedía.

Lo cierto es que con el paso del tiempo y luego de decenas de muertos, había pocos que no supieran de su existencia.

Era imposible no ver su poder o discutir su reinado.

Ya todos sabían que un vampiro había llegado a la ciudad. Eso todos lo sabían.

Lo que no sabían es que había llegado para quedarse. Así era… la noche de la ciudad ya tenía su Rey.

                                              FIN