Queridos amigos y amigas, reapareciendo en un mundo cada vez más a tono con la ciencia ficción... Por la ciencia ficción y la fantasía!!! Es un secreto, pero nunca me fuí... Aquí estaré: pablodaniel.gandalf@gmail.com... Un gran abrazo!!!


lunes, 3 de septiembre de 2012

EL CONTRATO


“Se dice por ahí que el mundo está gobernado por un grupo de humanos muy poderosos, conocidos como La Organización, que están tras gobiernos y corporaciones. Se dice también que estos humanos tienen un pacto con seres que no son de este planeta, que a cambio de poder les exigen vidas humanas, aunque todos sabemos que no tienen el menor interés en los cuerpos –que no son más que el envoltorio- sino en su contenido.”
                         
En algún lugar no identificado del Universo, los extraños seres integrantes del Honorable Consejo de Camaradería, conferenciaban en su particular idioma.
-Necesitamos más materia prima- decía uno- ¡Sino no terminaremos a tiempo el proyecto!
Todos se alarmaron. No finalizar el proyecto en el tiempo estipulado significaba seguramente ser castigados con severidad.
-¿Ya revisó los planetas que tenemos disponibles y sus cuotas?-dijo otro.
-Claro que sí y hay uno que está algo atrasado en las entregas…
-¿Atrasado? ¿Estamos necesitando más material y ellos están atrasados?
-¿Cómo es posible? –dijo otro- ¡No entiendo como se les ha permitido atrasarse!
-¿Cuál es?- preguntó un nuevo interlocutor
-Es el planeta que los nativos llaman Tierra…
-Lo recuerdo… ¿Y sabe porqué se atrasaron?
-Menos muertes, nada más… Somos flexibles solamente porque su material es de gran calidad. Como son algo primitivos sus almas están en un estado excelente para nuestros propósitos.
-¡Pero basta de tolerarlos! ¡Exíjales inmediatamente que cumplan con su cuota!
-¡Pidámosles más! ¡Tenemos que castigarlos por el atraso!
-¡Cierto! ¡Que dupliquen su cuota!
-¿Qué dupliquen su cuota?
-¡Que la dupliquen! Si su material es tan bueno quizás así llegaremos a nuestros objetivos.

Unas horas más tarde, en una oficina en San Pablo, planeta Tierra, Rino Trahee estaba tras su escritorio, ensimismado en unos complejos cálculos estadísticos cuando la secretaria le anunció una visita. Lo recibió inmediatamente, pues su visitante no era de la clase que uno hace esperar.
-Señor Pirakistar… -le dijo- Es un gusto tenerlo aquí.
-También es mío el gusto, estimado Señor Trahee.
-Tome asiento… ¿Bebe algo? ¿Le apetece algún alimento liviano?
El hombre que tenía a su frente se sentó, pidió un café, rechazó la comida y carraspeó, frunciendo el entrecejo. Trahee lo animó a hablar –Cuénteme –le dijo- No quiero hacerle perder mucho tiempo.
-Mis colegas están preocupados y tengo entendido que usted es la persona señalada para expresar esta, digamos, preocupación.
-¿Y a qué se debe la preocupación de sus colegas?
-Están atrasados, señor ¿O no lo sabía?
-No creo que sea tan preocupante. Ya nos hemos atrasado con anterioridad y no han reclamado, supongo que porque saben que siempre cumplimos.
-Se ha sido tolerante con anterioridad, pero eso no puede hacerse costumbre, es solo algo excepcional. El contrato es muy claro, nosotros le damos todo lo que ustedes necesitan para gobernar este mundo y ustedes nos dan lo que nosotros necesitamos para nuestros asuntos.
-Sus asuntos… -dijo Rino sonriendo nerviosamente-. ¿Qué tan debajo de la cuota estamos?
-¡Están en la mitad de lo prometido! Mis superiores están tan nerviosos que amenazaron con retirarles su ayuda.
-¡Que dice! ¡Pero no es necesario tomar esas medidas! ¡Siempre cumplimos!
-Fue lo que les dije. Entonces me pidieron como condición que les exigiera el doble de la cuota.
-¡El doble de la cuota! ¿Pero como piensa que puedo lograr eso? ¡Si me acaba de decir que ni siquiera estamos cumpliendo con las entregas normales!
-Es el único camino que tienen para reivindicarse. Se lo advierto. Mis jefes están muy nerviosos y están dudando de vuestra seriedad. ¿Es que ya no tienen guerras?
-Las tenemos, pero obviamente no son suficientes, ni tampoco las enfermedades, ni la falta de alimentos. ¡Y la población aumenta pero también el promedio de vida! En fin, tendremos que tomar medidas más drásticas. Le ruego comunique a sus superiores que solucionaremos este inconveniente y que con mucho agrado duplicaremos la cuota.
-Eso es lo que quería escuchar. ¡Que tenga usted muy buenas tardes y espero noticias!
Luego que el visitante se hubo marchado, de inmediato Rino Trahee, Gerente de Ejecución de La Organización, llamó a su secretaria.
-¡Necesito una reunión de Producción lo antes posible! Llame a los responsables y coordine un encuentro lo más rápidamente posible. ¡Téngame al tanto por favor!
A los pocos minutos le comunicaron que la reunión sería en las primeras horas de la mañana del día siguiente. Algunos de los técnicos estaban demasiado lejos para llegar antes.
Rino Trahee estaba muy preocupado. A pesar de la aparente amabilidad de la forma humana de Pirakistar, sabía que esos seres eran tan amables como un cuchillo bien afilado. Trahee, por ser el Gerente de Ejecución, era el encargado de cumplir con la cuota y la forma de hacerlo no era exactamente lo más importante. Su objetivo era cumplir con El Contrato, costara lo que costara.

Rino Trahee miró detenidamente a los cinco hombres y una mujer que tenía frente a si. Si bien estaba cansado –apenas había dormido- su voz sonó firme cuando les dijo:
-Estamos muy atrasados y necesitamos revertirlo. ¡Ya! No solo tenemos que cubrir la mitad de nuestra cuota, que está pendiente, sino que ahora nos exigen que dupliquemos la entrega. Así están las cosas. No quiero quejas, ni que me digan que es una locura, quiero una actitud positiva y constructiva. No tenemos tiempo para otra cosa. ¿Entendieron?
Todos movieron afirmativamente la cabeza.
-Pues la primera pregunta es: ¿Por qué estamos tan atrasados? ¿Qué sucede con nuestras guerras? ¿Qué sucede con todo el dinero que gastamos en ellas? ¿Y con el hambre? ¿Y ya no hay enfermedades que maten un número apreciable de personas?
El Especialista en Guerras dijo-Las guerras se han estancado señor y la cantidad de muertos se ha estabilizado. Tanto Irak, Afganistán, Africa, Medio Oriente y América Central dan sus frutos, pero las cantidades lamentablemente no son significativas.
-¡Está bien que se estabilicen, pero al alza, no a la baja!-dijo Rino- ¿Y qué opciones tenemos?
-Puedo acelerar algunos conflictos y comenzar nuevas guerras…
-¿En dónde?
-Puedo hacer que Israel ataque a Irán, y que Corea del Sur ataque a Corea del Norte. Eso provocaría una escalada de proporciones. Además podría provocar disturbios y quizás hasta guerras civiles en el Norte de África, aprovechando que siguen inestables, y nuestros investigadores están haciendo modelos sobre guerras civiles en España, Francia, Grecia y el norte de Latinoamérica.
-Está muy bien, lo felicito. Pero necesitamos algo más masivo. ¿No tiene nada que involucre países con más población? ¿China, India, EEUU?
Entonces intervino el Especialista en Desarrollo y Avances –Perdón señor- dijo- Es que tratamos de no involucrar a esos países. Puede resultar peligroso para todo el mundo que ellos se involucren en un conflicto directamente, digamos que no es aconsejable. Lo que podemos hacer es lograr que apoyen partes en conflicto con armas, dinero y hasta asesores.
-Buen punto de vista- dijo Rino- ¿Pero se dan cuenta de nuestras necesidades? ¡Hace ya tres mil años que tenemos un contrato y generación tras generación lo hemos cumplido! ¡Todos nosotros nos hemos beneficiado con él! ¡Y podemos perderlo todo por no ser capaces de resolver esto! ¡Si nuestros aliados nos retiran su apoyo nuestro futuro … -y dejó de hablar, algo agitado- ¡Ni siquiera tendríamos futuro, se terminarían nuestros privilegios, se descubrirían nuestras manipulaciones! ¡Mejor ni pensar en eso!- Cuando logró tranquilizarse un poco, preguntó- ¿Cuánto tiempo le puede llevar poner en marcha estas guerras?
-De uno a cuatro meses señor, todas… y con resultados cuantitativos aceptables.
-Quiero una gráfica y un modelo a la brevedad, pero no será suficiente. ¡Necesitamos actuar sobre zonas más pobladas, sino no llegaremos al objetivo!
En ese momento, Lusti, el científico encargado de Medidas Extraordinarias carraspeó -Yo puedo tener una solución, señor, y es algo que puede cumplir de sobra con sus expectativas.
Brontu, el Encargado de Enfermedades y Epidemias se puso tieso. Carraspeó y le dijo –Cuidado con lo que dices…
-¿Cómo que cuidado con lo que dice? ¿Qué es esto? ¿Qué se traen ustedes? ¡Les advierto que no estoy para bromas!- 
Brontu le dijo –Es que entra en mi jurisdicción… y nada más ajeno al terreno del humor, señor.
Rino le dijo a Lusti -¿Y por qué lo menciona usted?
-Porque hace ya cierto tiempo él lo mandó a mi sección para perfeccionarlo.
-¿Pero de qué estamos hablando?
El responsable de Enfermedades y Epidemias suspiró –De una terrible y poco deseable enfermedad.
A lo que su colega agregó –Que seguramente cumplirá en un breve plazo con sus requerimientos.
-Explíqueme.
-Es un super virus al que le llamamos  Killer-1 , que solo se ha cultivado en nuestros laboratorios. Se expande rápidamente por el aire, por el agua, por los alimentos y al mínimo contacto. Está diseñado para eso, para ser altamente contaminante, aunque tiene una vida útil de solo 24 horas. Después muere.
-¿Y?
-Abarca superficies muy extensas y allí afecta a todos los humanos, no se escapa nadie.
-¿Todos mueren?
-No, no todos, se estima un 15 % de sobrevivientes.
-Dile el resto –le dijo Brontu-
-¿El resto?
-Es que sucede algo con los sobrevivientes. Técnicamente podríamos llamarlos así pero en realidad sufren ciertas transformaciones.
-¿Qué tipo de transformaciones?
-Indeseables transformaciones señor, aunque todavía no hemos podido estudiarlas en profundidad. 
-No estoy para preocuparme de las transformaciones, suficiente es saber que puede matar personas y en buen número. ¿Están seguros que eso funciona?
-Si señor, estamos seguros.
-Entonces hagan los cálculos… dosis, superficie afectada, densidad de población y las distribuyen en partes iguales entre China e India. No lo apliquen en capitales y solo en ciudades continentales. Preparen un modelo y cuando esté pronto se lo entregan a mi secretaria. ¡Póngase a trabajar en eso ya!
-¿Y las guerras señor?
-¡También quiero ver sus evaluaciones! ¡No podemos perder más tiempo!
Por último, miró a la Encargada de Trastornos Climáticos y Tectónicos. Ella había tenido momentos de gloria en el pasado, pero últimamente estaba ligeramente… inmóvil quizás. 
–¿Usted tiene algo para mí aparte de su arrolladora simpatía?
Ella sonrió apenas –Se que no me destaco por mi simpatía señor. Puedo trabajar en algunos modelos combinados. Los tsunamis pueden ser muy efectivos-
Rino pensó que tenía sus ventajas trabajar con las entidades de El Contrato. Gracias a ellos podían provocar terremotos, hacer que entraran volcanes en actividad, desatar tormentas y crear huracanes y tornados. Pero los tsunamis tenían algo que no le gustaba.
-Está bien, le agradeceré sus opciones. Pero sea cuidadosa con los efectos de los tsunamis por favor; es mi política no dañar demasiado los puertos, por más que alguna vez lo hicimos.
-Así lo haré señor.
Finalmente puso su atención en un hombre algo desaliñado que todavía no se había puesto de pie para marcharse. Le dijo:
-¿Usted adivina los pensamientos?
El hombre sonrió y le dijo –Estaba seguro que me pediría algo.
-Solo quiero garantizar el éxito. Independientemente de cualquier medida que elija mañana, quiero que esté preparado para un ataque informático a todos los sistemas de defensa del mundo. ¡Quiero confusión! ¡Desorden! ¡Caos! ¡Y nada de rastreos!
El especialista en Desinformación y Terrorismo sonrió. –¡Estará todo preparado para mañana, señor! ¡Mi equipo tiene muchos deseos de probar algunas infecciones!
Y se marchó.

Amaneciendo el siguiente día ya estaban todas las evaluaciones prontas y también su decisión tomada. La idea que más le atrajo fue el ataque con el Killer-1, como le llamaban los científicos. En realidad parecía ser la única medida que podía cumplir la cuota, porque el resto, incluyendo una fabulosa combinación de volcanes en erupción, con terremotos y tsunamis tenían un efecto más espectacular que mortal y las guerras evolucionaban tan lentamente que era desesperante. Pero el Killer-1 no sería la única medida. Para asegurarse el éxito le daría rienda suelta al Especialista en Desinformación y Terrorismo, quien estaba preparando un “hackeo” global sobre todas las instalaciones de seguridad. Esto potenciaría todo el rédito que obtuvieran del ataque con el Killer-1, podrían alcanzar beneficios extras y estarían además tan confundidos que no lograrían dar con el culpable.
Activadas todas las medidas, pensó que era el momento de descansar… le era necesario. Ya ahora nada podía hacer. Su papel prácticamente había terminado, hasta que llegara el momento de recibir las felicitaciones por el éxito que seguramente obtendría.

No pasaron demasiadas horas para que Trahee recibiera una sorpresiva video-llamada. Doblemente inesperada porque lo llamó el principal directivo de La Organización –que a pesar de su cargo apenas lo conocía- y porque cuando contestó le gritó:
-¡Estúpido! ¿Qué hizo?
-¿A qué se refiere, señor? Solo hice mi trabajo…
-¿Su trabajo? ¿No ha visto los noticiarios? ¿No sale a la calle? Hay decenas de millones de muertos en India y China… 
-Es que lanzamos un virus allí, señor.
-¡Además del virus! ¡Hay otra cosa que está matando además del virus! –El hombre estaba fuera de sí- ¡Allí brotó una ola de una epidemia nueva! ¿Alguna vez oyó hablar de los zombies, señor Trahee?
-¿Zombies? ¿Cómo los de las películas?
-¡Exactamente! ¡Como los de las películas! ¿Oyó hablar de ellos?
-Claro, me encantan esas películas.
-¿Tenía idea que uno de los efectos secundarios del virus que hizo lanzar sobre algunos lugares de China e India producen ese efecto? ¿Que “zombifican” humanos? ¿Y que no se vuelven lentos, como los de las películas sino lo contrario? ¡Y sufren un espantoso trastorno alimenticio!  ¿Sabe que quedan tan obsesionados por la carne que no hay forma de detenerlos? ¡Se lanzan a devorar todo lo que se les pone enfrente!
-No sabía eso, no tenía idea.
-¡Eso quiero creer, que no sabía lo que hacía! ¡Pues ahora debe enterarse de que los zombies producen zombies y pronto ocuparán todo el planeta!
-¡Es horrible!
-¿Horrible? ¿Usted vive en San Pablo?
- ¿Por qué pregunta? ¿Sucedió algo?
-¿Está en una burbuja? ¿Sabe que el ataque informático que lanzó provocó un lanzamiento sin control de todo tipo de armas? ¡Lanzaron enfermedades y nucleares sobre todo el mundo, incluyendo las Tres Américas, Europa y Africa y por supuesto la ya tambaleante Asia!
-¡No lo puedo creer! ¡Es imposible!
-Es posible. ¡Es el colapso! ¡El fin! Usted hizo caer la civilización, estimado Trahee. Quizás no lo note en un día, en dos  o en tres… pero no pasará mucho tiempo más para que todo caiga. ¡Pocos nos salvaremos!
Trahee no decía nada. Estaba impresionado por los resultados. Su superior continuó hablando.
-Tengo que despedirme. Espero que los que van a buscarlo sean piadosos y lo maten rápidamente.
-¿Los que vienen a buscarme?
-El gobierno chino logro averiguar quién es usted, lo que hizo y donde se encuentra. 
-¿Lo saben? ¡Tengo guardaespaldas!
El rostro del otro lado le sonrió agriamente –Los guardaespaldas le servirán de poco. Ya van para ahí- le dijo y cortó la comunicación.

Tres meses humanos después, El Honorable Consejo de Camaradería estaba reunido nuevamente.
-¿Por qué razón nos pidió una reunión urgente, estimado Camarada Coordinante?
-Es que tengo una buena y una mala noticia…
-¿Y son de tal importancia que era necesaria nuestra presencia?
-Creo que sí.
-Diga entonces.
-¡Comience por la buena! –dijo uno.
-¡Así es, que comience por la buena!- dijo otro.
El coordinante tomó la palabra. –La buena noticia es que sobrepasamos en mucho las necesidades de almas para el proyecto y además logramos almacenar una cantidad muy importante… tanto que podría alimentarse un nuevo proyecto íntegramente.
-¡Bien, muy bien!
-¡Es más que una buena noticia! ¡Es una muy buena noticia! ¡Felicitaciones!
-¿Y la mala, camarada? ¿Cuál es?
-La mala es que son de un solo planeta, de la Tierra para ser más precisos. Por un desmesurado entusiasmo del ejecutor humano, se provocaron allí una serie de calamidades que prácticamente destruyeron la civilización que allí había…
-¡Otra vez! ¿Pero que tienen allí? ¿Cuántas veces ha pasado lo mismo?
-¡Es un planeta maldito!
-Tranquilicémonos camaradas… ¿En qué nos afecta eso?
-Claro ¿En qué nos afecta? Si acaba de decir que tenemos un gigantesco excedente de material.
-Está cubierta su cuota por varios de sus años… bastantes decenas en realidad.
-¿Entonces? Usted mejor que nadie conoce a los humanos. Pronto comenzarán nuevamente sus guerras, sus batallas, buscarán la forma de matarse unos a otros con más efectividad, de trepar unos sobre otros y otra vez nos darán sus frutos.
-¿Entonces no quitamos las redes?
-¿Las redes de capturar almas? No, claro que no. Los humanos nunca nos defraudaron, no en eso por lo menos y verán que siempre obtendremos nuestra cosecha.
-¡Es cierto! Siempre fueron nuestro mejor cultivo y esperemos lo sigan siendo por mucho tiempo más.
A continuación se despidió.
-Camaradas, me despido- y se desintegró instantáneamente.
Todos hicieron lo mismo, menos el anfitrión Camarada Coordinante, conocido bajo su apariencia humana como Pirakistar.
Se trasladó hasta una pared y de una de sus curvas extrajo un pequeño recipiente de forma imprecisa. Algo brillaba dentro de su transparencia. Lo levantó y lo miró:
-Estimado Trahee, lo menos que podía hacer era impedir que homogeneizaran tu alma. Aquí te quedas. –dijo, al tiempo que volvía a poner el recipiente donde estuviera anteriormente.
Luego se dirigió a sus quehaceres.

                                       FIN


sábado, 1 de septiembre de 2012

EL MEJOR EMPLEO DEL MUNDO


SIN SER UN CUENTO DE CIENCIA FICCIÓN, SINO MÁS BIEN SOCIAL-FICCIÓN QUERÍA ECHAR UN VISTAZO, CON ALGO DE HUMOR, SOBRE LA POSIBILIDAD DE QUE EN MI PAÍS SE LEGALICE EL CONSUMO DE MARIHUANA. EN DOS DÍAS CUELGO UN RELATO DE SF.


“Dedicado a Robin, un gran tipo, dondequiera que esté.”

A partir del estridente sonido del despertador Robin se despertó, se levantó, se afeitó, se duchó rápidamente y se preparó el desayuno. Ya mientras se afeitaba, había brotado frente al espejo su primera sonrisa del día, sin ningún motivo más que sentirse feliz, que era su estado natural desde que había salido de la cárcel y le habían ofrecido el mejor empleo del mundo.
Llegó a su trabajo temprano, como todos los días y saludó cordialmente a  todos las compañeras y compañeros que se cruzaron en su camino. Puntualmente estuvo frente a la puerta de la oficina donde su jefe distribuía las tareas diarias.
Luego de intercambiar saludos, éste le dijo, algo resignado:
-Hoy necesito que cambies tu recorrida Robin. Edgar tuvo un problema familiar y no vino, Willie se encuentra mal y tampoco vino y pues, solo dispongo de alguien más con la suficiente experiencia para cubrir esta área- le dijo, mostrándole en el mapa de Montevideo una zona llena de alfileres de colores-.
-Bien, no me molesta… cada tanto es bueno cambiar para romper la monotonía.
-Me alegra que entiendas. Esta es tu orden de ruta- le dijo entregándole un mapa de la zona en cuestión -Hoy tienes una feria vecinal, también está marcada-
Con el mapa en la mano, se despidió, pasó por su escritorio, levantó algunos formularios que tendría que llenar en su recorrida y salió a cumplir su trabajo.
Robin siempre estaba cuando se le necesitaba, fuera en el lugar que fuera. Si faltaba un compañero o compañera por cualquier razón, allí estaba él para cubrir su lugar. No entendía totalmente a algunos de sus colegas, que al parecer tenían una visión muy distinta de lo que era ser empleado estatal. Faltaban lo máximo que permitía el reglamento, llegaban tarde constantemente, si había quejas de clientes no se preocupaban por responderlas satisfactoriamente y en suma, pocas veces se esmeraban para cumplir lo que se esperaba de ellos.
Claro, pensaba, quizás no habían estado en prisión varias veces como él, o no estaban agradecidos como él por la oportunidad que le dieron de ganarse la vida haciendo algo por los demás, o su trabajo le gustaba más de lo que les gustaba a ellos o simplemente, y se detuvo cuando pensó esto pues era una idea nueva, él no era tan malo como le habían hecho creer desde su niñez y, a su modo de ver las cosas, era tan capaz de asumir responsabilidades como cualquiera. Quizás nunca había tenido oportunidad hasta ahora de hacerlo, simplemente. Se había puesto serio ante esta idea… pero sonrió nuevamente a una señora que pasaba, y saludó a otra con una inclinación de cabeza a la que ella también respondió con una sonrisa… El siempre estaba de buen talante, siempre contagiando optimismo.
¿Pero cómo podría ser de otra forma –se decía Robin- si tenía el mejor empleo del mundo?
Se colocó sus auriculares y mientras caminaba a la parada del bus que lo llevaría al principio de su recorrida comenzó a escuchar su música favorita.
Ni en sus más locas pesadillas de la cárcel había soñado con un empleo así… él que había sido catalogado tantas veces como parte de la escoria de la sociedad –y a veces se había sentido como tal- ahora, por primera vez en su vida se sentía útil, y disfrutaba de ello.
Tenía claro que su transformación no habría sido posible sin el cambio que hubo en el país. Para él, que tantas veces habíase visto enfrentado a los tribunales y otras tantas a la cárcel por cultivo, por tráfico, tenencia y hasta por consumo le parecía estar viviendo un sueño cuando le dijeron que habían “liberado” a la cannabis sativa, y que los que habían ido a prisión por su tráfico o cultivo serían absueltos. Pero más aún le costó creer que había posibilidades de trabajar para el estado, recorriendo periódicamente toda la línea de producción y venta de la marihuana, desde el lugar donde se cultivaba hasta los expendios donde se comercializaría, probándola, para asegurarse de que fuera de buena calidad –de óptima calidad le habían dicho-, que no la mezclaran con otras sustancias y otros controles –que no eran tan agradables como “saborearla”-, como ver que los precios no fueran excesivos, que no despacharan otras sustancias en estos expendios, que los procedimientos de cultivo, secado y preparación fueran los correctos y otras normas que habían de cumplirse. Obvio que la parte que más disfrutaba era la de verificar la calidad de lo que se vendía, tanto que no le importaba hacer todas las horas extras que fueran necesarias ¡Incluso hacía más de las que le pagaban! ¡Es que había tanto, pero tanto trabajo!
Pero eso no le preocupaba, pues sentía que estaba viviendo un sueño. ¡Así era! ¡Un sueño! ¡Controlador de calidad de marihuana! ¡El Mejor Empleo del Mundo!

                                      FIN