Queridos amigos y amigas, reapareciendo en un mundo cada vez más a tono con la ciencia ficción... Por la ciencia ficción y la fantasía!!! Es un secreto, pero nunca me fuí... Aquí estaré: pablodaniel.gandalf@gmail.com... Un gran abrazo!!!


viernes, 31 de diciembre de 2010

MIKHAZA, LA DE LABIOS TURBIOS

¡FELIZ 2011 PARA TODOS!

Este cuento está dedicado a los últimos ciborgs magiciens del Reino de Alcanfor, el vaporoso y llano recipiente proyector de delirios y pesadillas.

A Lucía.


“Clorhidrel y Nitrakan titubearon largamente antes de tomarse de las manos y desafiar al Sol. ¿Qué desean? –preguntó éste- y ellos contestaron al unísono, uno con voz trémula y nerviosa y otro con voz decidida y valiente: Entre otras cosas, el camino a la felicidad...”
                                            De “Historias de Magos y Alquimistas” de Sebastian Crantev
                                                                                                                            

Mi casa es alta y multifacetada, como los ojos de Mirmana, claros como agua destilada. La adquirí en una subasta que se destacó por lo rápido de la venta y lo elevado del precio. Como ninguno de los posibles compradores y tampoco el vendedor habían logrado abrir sus puertas, ninguno sabía con certeza qué se encontraría entre sus paredes, tras esa puerta. Ella-puerta no contestaba preguntas y tampoco sonreía, aunque su aroma no era de pleno resentimiento. Muda, callada, sin hablar, no sé si oía. Histéricas protestas se levantaron cuando el comprador dio a conocer el precio mínimo de la mansión y dijo a la vez que no tenía ni idea de las cosas variadas y extrañas que moraban en ella. Los compradores, venidos de todas partes del entrópico sino, estaban muy molestos, pues no sabían si pagar uno, o dos, o cien, o nada. Yo también  hubiera estado molesto, con la diferencia de que me gustaba la ubicación de la casa y estaba buscando un no-cómodo lugar donde vivir con Pindora, mis tantas veces casada y amada por mí y no por mí esposa. Es que queríamos escapar un poco del mundanal ruido y supusimos que este lugar, tan a contramano, tan a la vuelta de un no-camino, sería el ideal.
Finalmente la compramos por treinta y dos mil monedas. El vendedor estaba tan agradecido que nos obsequió dos cajas de un encantador vino, tan negro como la oscuridad de lo más profundo del Más Oscuro de la Cripta. Me ingenié para destapar una botella y mientras bebíamos directamente de ella –no teníamos copas- pensamos como entrar a Ella.
Ella miraba y seguro escuchaba.
-Tengo ganas de hacer pipí- dijo recatadamente Pindora, en determinado momento.
Observé que no había muchas opciones, o era la casa o era el jardín de la casa…Así que me levanté, fui hasta Ella Puerta y dije –Pagué treinta y dos mil monedas por ti y mi amada esposa necesita un inodoro ya… así que a menos que quieras que humedezca tus geranios y tus rosas déjanos pasar…-
-¡Por favor!- agregó Pindora.
Y la puerta, con roces de metal y madera y con un suspiro de aire encerrado y ya liberado se abrió.
Varias señales condujeron a Pindora hasta el gabinete higiénico más cercano.
-¿Cómo te llamas?- le pregunté en alta voz.
-Puedes llamarme Mikhaza, como me llamaba mi anterior y perdido amo-
-¿Le sucedió algo extraño? ¿Se murió aquí?
-Jo,Jo, no bromees, se fue porque tenía importantes negocios que atender en lejanos lugares de la galaxia. Había venido a descansar, a recobrar energías y era natural que al hacerlo se marchara. Nadie se queda aquí por siempre- dijo y suspiró.
-¡Pues no entiendo por qué, ya que eres una casa realmente hermosa! A propósito…¿es necesario que te muestre el certificado de compra? –Pindora ya estaba a mi lado. Continué- No es nuestra intención perturbar tu tranquilidad pero como el agente te puso a la venta y nosotros realmente necesitamos un lugar para descansar y tú tenías  el perfil perfecto, bueno…, aquí estamos…
-Parecen agradables y espero que sean razonables…Yo no soy dueña de mí por lo que no puedo elegir quien me compra o no…¡Me encantaría comprarme yo misma alguna vez, declararme libre y sin ataduras! ¡Cuánto me gustaría!- dijo, como lamentándose.
-¡Nunca pierdas la esperanza de ser libre!- le dijo Pindora. Yo la miré y exclamé:
-¡Querida, lo dices con un tono!
-¿Con que tono?
-Con tono de prisionera…-replicó Mikhaza.
-No me siento prisionera, no hay nada que me ate, ni nada que me encadene…
-¿Estás segura?- le pregunté.
-¡Claro que estoy segura!- y me abrazó, dándome un suave beso en los labios. Me encantan sus besos.
Fue así que nos instalamos en Mikhaza. Lo primero que tuvimos que resolver fue el equipaje. Como no habíamos traído absolutamente nada con nosotros, ni siquiera cepillos de dientes, pasamos casi cuatro días estándar, los tres, inventándonos el equipaje…no muy abundante, claro, porque cualquiera que haya viajado sabe lo molesto que es hacerlo con demasiadas valijas. Coincidimos que dos maletas para cada uno, una para cada mano, era lo ideal. Coincidimos también en que si hubiéramos tenido más de un par de manos disponibles seguramente hubiéramos agregado alguna valija más pero no demasiadas, pues muchas maletas supondrían más artículos para meter en ellas y ese es el verdadero desafío, no en realidad la cantidad de ellas.
Le preguntamos a Mikhaza que podíamos hacer por ella.
Nos pidió amabilidad y cortesía –que serían recíprocamente correspondidas-  y comprensión cuando algunas cosas no sucedieran como todos hubiéramos deseado, como cuando la presión del agua de la ducha no era la suficiente, o la sal en las patatas fritas no estaba en la cantidad exacta o la salsa sobre la pizza estaba con menos pimienta de la que solíamos consumir con Pindora o bueno, muchas pequeñas cosas que podían salir, no mal, pero sí distintas… También nos pidió algunas mejoras, tales como renovar algunos de los jardines,  plantar algunas variedades raras de árboles frutales, ubicadas según el lugar espacial y temporal de donde venían, con burbujas con distintas atmósferas y humedades y presiones… y otras pequeñas cosas, aunque nos confesó que su mayor sueño era que fuéramos felices allí.
Nos aclaró además que había en Ella dos planos. Uno, en el que viviríamos nosotros, la casa superconfortable, acogedora, comprensiva, paciente, tolerante –se podían hacer ruidos hasta cualquier hora- y buena cocinera-consejera. Otro, el plano interior, su organismo, su vida oculta, su personalidad, su carácter, sus sentimientos más íntimos. Si nos hacíamos acreedores a su cariño, a su interés, como huéspedes que éramos, Ella sería cada vez más amable, más solícita y tendríamos, aparte de todo lo que Ella brindaría, una amiga.
Decía: “He servido a muchos dueños, de muchos lugares del Universo, cada uno de ellos con sus costumbres, sus formas de pensar, maneras de actuar y obviamente con distintas opiniones sobre mí. Claro que al darme variedad de tratos, recibían también variedad de servicios de mi parte”.
Con Pindora se entendieron maravillosamente… en la cocina, en los horarios y la intensidad de la iluminación y sobre todo en los decorados internos. Yo soy conservador en cuánto al mobiliario pero Pindora piensa distinto y encontró en Mikhaza una cómplice para cambiar diariamente, según los estados de ánimo o según el clima o según un juego que habían inventado para tal fin, el color de las paredes, la disposición, tamaño y forma de todos los muebles y todo elemento decorativo que pudiera manipularse.
Así comenzamos nuestra vida con Mikhaza y no mucho después disfrutábamos de una existencia que si bien no puede llamarse apacible sin duda que era muy agradable. Es que recibíamos visitas de todas partes, se hacían hermosas veladas de música, danza y poesía y la casa se esmeraba para que todo funcionara bien. La comida nunca faltaba y era de una calidad superlativa. Las bebidas muchas veces eran fabricadas por ella misma y eran la gran atracción de los visitantes. Nuestras fiestas eran famosas en todas las dimensiones conocidas y no por el número de participantes –pues tratábamos de que nunca fueran muy numerosos- sino por la calidad del tratamiento que todos recibían. Mi relación con Pindora además, nunca antes tan hermosa y alegre, se veía sublimada con la presencia maravillosa de Mikhaza, que nos colmaba de atenciones.
Nuestros días transcurrían con una rapidez que asustaba y es bien cierto que El Tiempo Feliz transcurre más rápidamente que Muchos Otros Tiempos...
Así fue que regresando cierto día del supermercado, trastornado por la última y brutal suba de precios, no logré abrir la puerta de Mikhaza. Retrocedí, conté sus ventanas, sus puertas, contemplé rápidamente el jardín y sí, era mi morada y subí los tres escalones y pregunté cortésmente:
-¿Porqué no puedo entrar?
-Por dos razones que se cruzan en tu esposa-
-¿No la dañarán?
-No más de lo que está dañada.
-¿Qué dices?
-Pindora agoniza.
-¡No bromees!¡Sabes que vengo de comprar baratijas para sintetizar más baratijas, teniendo que pagar precios disparatados y bromeas sobre la salud de mi mujer!
-No acostumbro jugar con verdades depresivas y poderosamente entristecedoras.
-¡Quiero verla!
-No quiere y no quiero.
-¿Qué le sucede?
-Tranquilízate, respira hondo y hablaremos. Ella quiere estar sola porque es presa del paso terminal de un mal incurable que la deforma y la mata indefectiblemente. Se siente culpable y es culpable... por eso no desea verte.
-¿Estás segura de que es una enfermedad incurable?
-¿Has oído hablar del Mal de Cira?
-No...
-Se transmite solamente succionando el miembro masculino de un hombre y no existe cura...
-¿Yo...?¿Yo se la transmití?
-No. Eso es lo que le duele a ella...
-Pero...¿Porqué? Vivíamos felices, plenos, en armonía y ...
-La vida de ella había sido muy agitada y tantas fiestas dieron en los parques circundantes que quizás conoció a algún hombre interesante y atractivo.
-Sí, supongo que sí.
-¿Tú la amabas?
-Claro que la amaba...¿Qué preguntas?
-¿Y se lo demostrabas?
-¡No digas ridiculeces!¡Estaba el día y la noche enteros agasajándola!
-Quizás fue demasiado...¿Recuerdas lo que dijo el primer día que llegaron a la casa?
-Si, lo recuerdo como si fuera hoy… se expresó como si se sintiera prisionera…¿de qué, me pregunto?
-Luego de eso, cierto día conversamos… ella te amaba pero a la vez sentía que ese amor la encadenaba a ti… se sentía prisionera por lo que sentía, y a veces se sentía infeliz, a pesar de poseer todo lo que hubiera necesitado para ser feliz… incluyendo alguien que la quisiera como tu la querías…
-Quizás, si, quizás fue demasiado... ¿vive aún?
-Le faltan veinte segundos para morir.
-¡Quiero verla!
-¡No! Cuando muera será enterrada en alguno de los jardines, en un lugar donde no puedas encontrarla y horrorizarte...
Me dejó allí, pleno de tristeza y de preguntas ¿Cómo me pudo ser infiel Pindora si me amaba? ¿Porqué a veces suceden cosas que no deberían suceder? Finalmente logré sintetizar una sola y última reflexión: Quedé solo.

La de Labios Turbios está rodeada. Su enorme parque está custodiado por tres hileras de cubos asesinos, minas de superficie de una tecnología mortalmente eficiente que matarán cualquier ser vivo que se acerque a ellas. Está rodeada. Rolbido medita y duerme y come y piensa y dormita y apenas se alimenta... y se siente aislado del resto del mundo, quizás porque lo está. No desea ver ser alguno, ni hablar con ningún humano o no-humano. A veces llora.

Mikhaza ya varias veces ha intentado dialogar con Rolbido. Está seguro de que le puede hacer bien charlar, contarle sobre sus sentimientos. Además tiene la esperanza de hacerlo desistir de ese aislamiento...
-Morirás de tristeza si continúas así...
-Ya estoy muerto.
-Quita los cubos y deja que entre algún visitante.
-No quiero visitantes y si los hay, quiero que sean cortados en muchos pedacitos.
-Las cuchillas de los cubos ya han cobrado víctimas.
-Pocas, pocas...
-No crees que estás demasiado desbordado por el dolor? ¿Quieres un sedante? Dormir tres o cuatro o diez días puede hacerte mucho bien.
-Si en verdad quieres ayudarme, puedes hacer algo por mí...
-Di... ¿Qué cosa?
-¡Callarte y dejarme tranquilo!

Rolbido empeoraba a ojos vistas. Ahora, para entretenerse y tratar de olvidarse de llorar por lo menos –pues su pena no podría olvidarla- habíase instalado un laboratorio de alquimia, lleno de frascos con etiquetas y sin ellas, de retortas y otros recipientes de cobre y cristales multicolores conectados entre sí, sometidos a fuegos altos, bajos y medianos, borboteantes esencias, humos y ruidos de ebullición… serpentinas destiladoras. Allí pasaba sus días y sus noches. Una vez por ciclo lunar, salía al parque y discutía con varios personajes imaginarios sobre los resultados obtenidos en los ensayos, a saber: quemarse un dedo, mancharse toda su ropa y también las manos, irritarse los ojos y los pulmones y también obtener la quintaesencia de la paciencia. Esto último es algo muy importante en la alquimia y Rolbido, aunque bastante enajenado, lo sabía, por lo que se alegró algo.
Mikhaza lo contemplaba y también sufría.

Cierto día estaba Rolbido recostado en la mecedora donde solía quedarse dormido, revolviéndose inquieto, muy cerca de la vigilia por las volátiles pesadillas que apenas dormido se posaban en su cabeza, cuando Mikhaza lo despertó… fue un largo sonido de saxo barítono… se enderezó abruptamente… -¡Qué sucede, qué sucede!-
-¡Tengo un obsequio para ti!
-No, no acepto obsequios, ni siquiera de ti…
-¿Por qué no? Si no dejas que te envíen presentes de fuera, yo te hago uno… ¡Ya está hecho! ¡Solo tienes que verlo!
-¿Por qué insistes? ¿No ves que mi dolor no se ha ido? ¿No entiendes que no logro encontrar una sonrisa por más que lo intento? Mis cabellos se han vuelto blancos y áridos mis días… No quiero obsequios, ni lindos ni feos…
-No es un regalo común y corriente… ven y te lo mostraré. Si no te agrada solo tienes que decírmelo y lo devolveré al lugar de donde vino…
-¿Pero no dices que lo hiciste tú misma?
- Claro, camina… te llevaré donde está…
-Bueno –dijo Rolbido finalmente, con desgana- dime…
Mikhaza le fue indicando los pasillos por donde tenía que tomar y las puertas que tenía que abrir. Pronto llegaron a una escalera que descendía. Allí Rolbido, sin mediar palabra, comenzó a descender. Parecía estar ya sumergido en pensamientos que no tenían nada que ver con lo que le estaba sucediendo, enajenado, totalmente en otro mundo y en otra situación. Era común en él, en los últimos tiempos. Pero cuando abrió una puerta, que sería la última y se encontró con el obsequio que le había preparado Mikhaza pegó un respingo y quedó totalmente alerta y despierto. Su regalo estaba allí, frente a él, en un recipiente tubular y transparente, lleno de un líquido de colores indefinibles pero que permitían ver el cuerpo que había en su interior. Se acercó sigilosamente,  con la boca semi-abierta, hasta que su nariz estuvo apenas a un centímetro de la pared del recipiente.
-¡Pero es… es una chica!
-Claro que sí… ¿te agrada o no?
-¡Es preciosa!
-Si, tiene todo lo que tiene que tener una humana para agradarle a un macho de la especie…
-Si, si, es muy hermosa realmente… ¿Pero de donde la sacaste? No entiendo…
-No es muy fácil de entender y tampoco fácil de explicar…
-¿Vive? ¿Está viva o solo es una bellísima estatua?
-Claro que está viva… no respondiste si te agradaba o no…
-¡Me encanta! Pero…
-Mira… soy un organismo bastante más complejo de lo que parece. Las de mi especie sintetizamos cosas, las transformamos, reciclamos, inventamos, practicando necesariamente la ingeniería mágica. Dame un puñado de tierra y un poco de agua y haré maravillas… Es parte de mi trabajo. Transformamos materias primas básicas y elementales en alimentos, vestidos, bebidas, lo que sea necesario…También, como todo tecnomago estoy viva, si…, tengo sangre, huesos, músculos, órganos como el corazón, pulmones, como tú, claro que un poco distintos, no exactamente iguales, también sentimientos y sufrí muchísimo con lo sucedido con tu esposa…al igual que tú y también me sentí un poco culpable…
-No, no fue para nada culpa tuya, fue solo mía…
-No, también tuve algo de culpa, debí darme cuenta, quizás trabajé tanto en atender a vuestros invitados que descuidé la felicidad de ustedes… que era lo más importante.
-Nosotros éramos felices, yo lo era por lo menos… quizás Pindora no, pero yo era muy feliz y te lo debo a ti…Todavía tengo bellos recuerdos de esas veladas…
-¡Pero no debió terminar así! Por eso este obsequio, que es muy especial porque fue hecho con el amor que sentía por ustedes, el que siento por ti ahora, y en donde mezclé mucho de mi ser … y en donde también están cosas tuyas, como todo lo que llegué a saber que te agrada…
-Ella… ¿está hecha de ti? ¿Y de mí?
-Si, no soy yo, pero está hecha de mí y también de ti… ese es mi obsequio…
-No sé que decir…¿Cómo puedo agradecértelo?
-Solo recíbela y disfrútala… sé feliz y haz que ella también lo sea…
-¿Tiene nombre?
-Claro que tiene nombre…
-Dímelo…
-Pregúntaselo a ella…
El tanque rápidamente quedó sin líquido… luego el cristal desapareció… y  ella abrió sus ojos y su boca, suspirando… Rolbido parecía hechizado, contemplándola…luego de algunos segundos preguntó:
-¿Cómo… como te llamas?
Ella sonrió… -Lucik´kah…
-¿Quieres saber mi nombre?
-Ya sé tu nombre…
-Supongo que sabes muchas cosas sobre mí…
-Bueno, no tantas en realidad… espero que sean más las cosas que quedan para descubrir que las que ya sé de ti…
-¿Te gustan los desafíos? Mira mis altos muros, mis arqueros preparados, el fuego griego pronto a caer en las avanzadillas de la columna invasora… Tengo víveres para años y agua para muchos días… ¿No has visto ese foso profundo y oscuro? Tendrás que vadearlo para llegar a mí.
-¡Ja, Ja, que valiente que eres! -dijo acercándose- No me asustas. Estoy segura de que alguno de los sitiados te traicionará y me tirará la llave de alguna de tus puertas… y por allí entrará mi ejército…
-¡Lucharé de todas formas!
-Lucharás en vano, pues ya estás derrotado…
-¿Cómo lo sabes?
-Lo veo en tus ojos… Olvida a Pindora o dame la oportunidad para hacértela olvidar…
Rolbido iba a replicar, pero ella estaba ya tan cerca, tan cerca, y tan perfectamente desnuda que abrió su boca solamente para encontrar los labios de ella.
Ya estaba vencido. La batalla duró apenas unos minutos. Quizás estaba solo esperando una oportunidad para rendirse honorablemente.

La fiesta estaba en todo su esplendor. Los invitados pululaban por el hermoso parque, bailando, riéndose y en otras diversiones más terrenales… Rolbido contemplaba todo y se sentía satisfecho, pero a la vez cada vez estaba más seguro de la decisión que venía forjando en su mente desde hacía semanas. La vida con Lucik´kah era maravillosa. Pero había algo todavía en el fondo de su corazón que le impedía disfrutar de esa felicidad que nuevamente lo rodeaba…
Lucik´kah, en algún momento, estuvo junto a él.
-¿Qué sucede?- le dijo preocupada…
-Me tengo que marchar…- dijo desconsolado…
-¿Qué dices? ¡Por qué! -Ella estaba muy molesta- ¡Pensé que me amabas…!
-Te amo, pero tengo que marcharme… No puedo ya fingir que no ha pasado nada, que Pindora no me traicionó y que no está enterrada en el jardín… Tengo que alejarme, por lo menos por algunos cientos de años…
-¡Llévame contigo!
-¿Mikhaza lo permitiría?
-No olvides que yo soy ella… en gran parte por lo menos… Te acompañaré mientras te olvidas de todo lo que necesitas olvidar y luego regresaremos aquí, a mí…
-Bien… me parece bien.
Así fue que partí nuevamente a transitar los no-caminos de las multidimensiones, con Lucik´ kah, que nunca se separó de mí y que fue la que me recordó, cuatrocientos treinta y dos años después, que ya había olvidado todos mis pesares y que teníamos que regresar a Mikhaza.
Ella poco había cambiado.

                                                       FIN


lunes, 13 de diciembre de 2010

LA ENFERMEDAD

Con tanto que se ha escrito sobre zombies y tantas pelis que se han hecho sobre el tema, me dieron ganas de escribir...¡sobre zombies!
¡Larga vida a los fans de los zombies!

Este cuento se lo quiero dedicar a Andrea, una querida amiga...


El rostro del uniformado hombre no solo lucía serio como corresponde a un teniente coronel de los marines sino también preocupado. Es que las comunicaciones radiales que le estaban llegando desde un poblado en donde habían intervenido sus tropas eran para preocuparse.
-¡Y toda la culpa la tienen esos oficinistas hijos de puta de la aeronáutica que planifican y realizan operaciones y no le dicen nada a la gente de tierra! ¡Y nosotros vamos al frente como los bobos del club de esta guerra de mierda que ya me tiene las pelotas llenas!- Estaba no solo preocupado, sino también muy molesto.
Todo se había iniciado hacía cuestión de una hora. Siguiendo la rutina, luego de localizada resistencia en un poblado afgano y si lo ameritaba por su importancia estratégica o por la importancia “moral” que pudiera tener en los rebeldes, era cuidadosamente bombardeado por aviones no tripulados y luego entraban los infantes a tomar “posesión” del mismo, apoyados por vehículos blindados. Se contaban los muertos, se remataba algún rebelde armado que estuviera herido y si llegaban a encontrar algo o a alguien de interés se lo comunicaban a la inteligencia. El procedimiento era sencillo… y podía llegar a ser peligroso. Pero esta vez no fue como otras… los misiles no explotaron, simplemente soltaron una nube de algo que parecía vapor, que se extendió unos minutos como niebla sobre un radio considerable y que pronto quedó en nada… varios proyectiles terminaron cubriendo todo el poblado.
Esto le comentó el teniente Gerald al capitán a cargo, quien a su vez le comentó inmediatamente al teniente coronel tal situación…pronto estuvo a la radio…
-Sargento, habla el teniente coronel Springs…dígame ¿los impactos no fueron explosivos?
-Negativo, señor, negativo, no explosivos, parecían otro tipo de producto…
-¿Otro tipo de producto? ¡No quiero ni pensar, ni suponer que estén usando otros tipos de producto sin avisarnos! ¿Todos tienen su protecciones bacteriológicas?
-Si señor…y también trajimos las vacunas y sueros…
-Escúcheme bien…póngase sus equipos, inyéctense las vacunas standard y por favor, revise que todos sus hombres tengan funcionando correctamente sus respiradores…
-¡Si señor!
- Luego acérquense a los límites del poblado pero no entren hasta que pueda confirmar que tiraron en ese lugar…-
Y cuando estaba intentando comunicarse con alguien que pudiera explicarle porque en vez de un bombardeo convencional habían lanzado ojivas de no sabía que cosa sobre ese pueblo lo llamó el teniente nuevamente.
Estaba asustado, muy asustado.
-¿Qué sucede teniente?
-Señor, los pobladores se están acercando a nosotros…
-¿Armados?
-No señor, desarmados, pero parecen… -titubeó- ¿Ha visto usted películas de zombies?
El teniente coronel pensó en The Walking Dead… había visto religiosamente todos los capítulos de la primera temporada… -Si teniente, si…¿porqué me lo pregunta?
-Porque parecen zombies señor…
-Teniente, es usted un buen soldado –un buen y cansado soldado, ¡ah, esta guerra!- Haremos algo…si se acercan a menos de treinta metros les disparan…¿ok?
-¡Si señor!
No llegaron a pasar cinco minutos cuando el teniente lo llamó nuevamente. Al abrirse la comunicación se sentían disparos.
-¡Señor! ¡Los disparos no parecen detenerlos! ¡Y mordieron a dos de los hombres!
-¡Dé la orden de retroceder! ¿Mordieron a dos de sus hombres?
-¡Se los están comiendo, señor!
-¡Por Dios!
-¿Qué hago señor?
-Pruebe algo…en las películas de zombies…
-Disculpe señor-le interrumpió- Me asustan esas películas señor…  uno de los hombres dice que para que mueran hay que dispararles en la cabeza…
-¡Exacto! ¡Hagan eso! ¡Dispárenles en la cabeza!
-Señor, de todas maneras tenemos que continuar retrocediendo… deben de ser más de cien, quizás doscientas personas-zombies que vienen por nosotros…
-Está bien, retrocedan y enviaré refuerzos… llegarán ahí en dos horas…
-¿En dos horas señor?
-No puedo más rápido, retrocedan lo más ordenadamente posible…supongo que ustedes caminarán más rápido que ellos…
-Si señor, algo más rápido…
-Troten entonces…y tenga cuidado con los heridos…¿Tiene alguno?
-Creo que no señor…¿Por qué me dice que tenga cuidado con los heridos?
-¿Es que no sabe que los heridos se transforman en zombies al cabo de un rato?
-¡Ay no! ¡Gracias por avisar señor! ¿Pero que hago si tengo algún herido entonces?
-¿A esta altura pregunta eso? Hasta no saber que es eso que tiraron y si tiene algún tipo de antídoto…
-¡Ya sé…tiro en la cabeza!
-¡Bien, está aprendiendo! Y teniente…
-¡Diga, señor!
-Trate de no perder más hombres, por favor. Estamos en comunicación…
-¡Si señor!
Springs estaba cada vez más cabreado. Sus insultos se sentían hasta en Pakistán.
¡Voy a averiguar quien fue el pinche puto que tiró esa mierda sin avisarme y lo voy  hacer colgar de las pelotas!
A pesar del aire acondicionado, la mano que sujetaba el teléfono sudaba -¿Hola? Habla el teniente coronel Victor Springs ¡Necesito urgente hablar con el general Eduard Velásquez! ¡Escuche, si le digo urgente es porque es urgente! ¡Dígale que es una emergencia, so burro!-
Y tengo que esperar… ah, este ejército no es el de antes, no, no, mucha última tecnología pero la gente, los soldados, cada vez son peores! –Finalmente…-
-Eduard, si soy yo… ¿qué donde estoy? ¡Dónde más, en el frente, donde tendrías que estar tú también, hijo de mil putas! ¡Ja,Ja! ¡Tenemos un serio problema, serio, serio! Ibamos a intervenir en un pueblo, el 516, sí, chico, trescientas personas, y los aviones no tiraron bombas, o sí bombas pero no explosivas, ¡Si! ¡Con aquellos productos! ¡Pero no nos avisaron absolutamente nada! Para nosotros era todo de rutina pero resulta que ese producto está, como explicártelo, zombificando a la gente, sí, como en El Amanecer de los Muertos, si, la de George Romero, y avanzaron sobre los nuestros, las balas no les hacen nada, excepto en la cabeza y se comieron ya a dos de los nuestros… No sé que hacer, salvo evacuarlos…pero quiero saber que mierda tiraron, si hay antídoto o no y porqué no me avisaron… Si… ¡Ya sé que es difícil de creer! Fue sobre las 9 am…los aviones creo que eran Reapers, son los que más operan aquí… Espero tu llamado…
Estaba muy impaciente cuando el teléfono sonó. Ya había hablado repetidas veces con el teniente y la situación no era para nada favorable. El creía que eran perseguidos por unos doscientos zombies y aumentando… y había perdido dos hombres más…
-Si, escucho… ¿Cómo? ¿Que fue un error? ¿Pero como van a cometer ese tipo de error? ¿Qué esos misiles ni siquiera eran para tenerlos almacenados aquí? ¿Y menos para lanzar? ¡Pero es de locos! ¿Que piensan que fue Al Qaeda? ¿¿¿¿Queee, que se infiltraron en la base, esa base y cargaron los ojivas prohibidas???? ¿¿Pero tú crees que me voy a creer esa pendejada?? ¡Solo falta que le echen la culpa a Anonymous! ¡Si, claro, a Assange y a su Wikileaks! ¡A las putas computadoras échenle la culpa! ¡Por favor!¡Dile al payaso responsable de ese despacho que yo mismo le daré un disparo en la cabeza cuando regrese, si regreso!¡Está bien, ya estoy evacuando mis soldados! ¿Pero qué hacemos con los doscientos infectados, por lo menos, que están ya vagando por el país? Si, organizaré un cordón para que no escape nadie…pero no será fácil…la zona está relativamente poblada, hay escondites, montañas… haré lo que pueda… y ni hablar que todo lo que hagamos debe de ser en absoluta reserva… Je,Je, por cable nada, por supuesto…

Tres días más tarde, a pesar de los esfuerzos de todas las tropas aliadas el cerco se rompió y la infección se extendió… ese fue el comienzo del fin…
El teniente coronel estaba más que preocupado…sentía un vacío en su estómago, algo que lo amargaba… ¿llegaría a ver la segunda temporada de The Walking Dead?

                                 FIN

miércoles, 1 de diciembre de 2010

¿POR QUÉ TE LLAMARON?

 

Miré al tipo que iba a mi costado y luego a las hermosas chicas que iban del otro lado del pasillo ¡Qué hermosuras! ¿Cuáles serían sus habilidades? No parecía  una pregunta  muy difícil de contestar, pero nunca se sabe.
-Tú  ¿por qué vas?- me preguntó en ese momento mi compañero de asiento, sorprendiéndome mientras miraba las hermosas formas de nuestras vecinas.
-¿Yo? Pues soy un genio de en la sección A-95 de los tableros criónicos ZN485-6. Digamos que soy un perfeccionista –dije orgullosamente-  y mi dominio de esa sección de ese importante modelo de tablero es, bueno, perfecto. ¿Y tú? –pregunté a mi vez.
-¡Ja, Ja!- sonrió, un poco avergonzado- No me creerías, pero cuando tengo una erección mi pene mide exactamente 42,3 centímetros.
-¡Dios Colorado! ¡Qué empleo te conseguiste!
-No grites, por favor, que si se enteran las chicas no me dejan tranquilo en todo el viaje- dijo señalando enfrente-. Las cuatro o cinco esbeltas vecinas parloteaban y reían constantemente y parecían disfrutar mucho del viaje.
-Y ellas ¿Sabes por qué van?-
-No es necesario tener mucha imaginación para saber a qué van, mi amigo... Van a vender sus cuerpos, sus favores, a hacer algún dinero ¿No ves lo bien formadas que son?
-¡Sí, lo veo y no lo creo!- dije, con cara de libidinoso.
-Tranquilízate, que mujeres sobran en el mundo a donde vamos.
-Si sobran ¿por qué llevan éstas?
-¡Oye, para ser un genio eres bastante estúpido!... Las llevan porque son más baratas, igual que nosotros.
-No, no es lo mismo con todos. Allí se reúnen los mejores cerebros de toda la Reserva Tercermundista...
-¡Ja, Ja! ¿Sólo los mejores cerebros? También las mejores tetas, las más lindas piernas, los mejores traseros y los mejores penes. También, por supuesto, los mejores músicos, los mejores actores, los mejores cocineros, todo lo mejor pero... ¿Crees que no somos más convenientes que alguien con las mismas virtudes, nativo de esas naciones del norte? Te equivocas, jamás ganaremos lo mismo ni nos tratarán igual.
-Eres pesimista, pero de todas formas viviremos mejor-
-¡Cualquier cosa es mejor que La Reserva! En La Reserva solo los dirigentes disfrutan de grandes beneficios y viven cómodamente. Todos los demás apenas comemos alimentos concentrados con sabor a nada, vivimos hacinados, con un mínimo de atención sanitaria y trabajamos con la única recompensa de esa insípida alimentación y algunas monedas. ¡Pobres los que quedaron!
-¿Y ya sabes con quiénes te tocará trabajar? ¿Y dónde?-
-¿Dónde y con quiénes? No lo sé con seguridad; dicen un lugar y te mandan a otro cualquiera. En cuánto a los clientes, cualquiera me da lo mismo, mientras paguen bien. Dicen que en el Parlamento se pagaría estupendamente por mis servicios y llegar al Presidente sería magnífico, aunque las grandes compañías seguramente tienen ejecutivos que me pueden recompensar satisfactoriamente por, digamos, dejarlos tocar mi flauta mágica, la que transforma todo en oro.
-¿Estás hablando de tener sexo con  hombres?
-Hombres, bueno, o casi hombres, es lo mismo. Pero también puedo interesarle a mujeres. Han dicho que luego de los sesenta buscan, en algunos círculos adinerados, el tipo de habilidad innata que yo tengo, y eso por llamarle de alguna forma.
-Vaya, vaya, ¡entonces no es tan buen trabajo!
Me miró con una cara como para decir algo muy poco cortés, pero reflexionó y dijo:
-Quizás el tuyo sea mejor, pero yo no tengo ningún atributo destacable más que el que ya sabes, así que... no puedo elegir. Se me dará una oportunidad y no la puedo desaprovechar.
Quedamos sin saber que decir por unos momentos. Pensé entonces en cómo estarían mis amigos y amigas de La Reserva, gente que se quemaba las neuronas estudiando y estudiando tratando de pasar las Pruebas de Utilidad marcadas por La Dirección para ingresar a los países del Norte, las poderosas potencias mundiales.

Estaba releyendo un párrafo de mi manual de electrónica, mientras terminaba mi pasta alimenticia, cuando llegó la noticia: tenía seis días para preparar mis cosas y dejar todos los asuntos en orden. Fue una gran alegría pues había luchado mucho por lograr eso, por reunir el puntaje suficiente ¡Y lo había logrado! Recuerdo que uno de mis sobrinos se acercó extrañado por mis demostraciones de felicidad, pues no eran para nada comunes tales ocasiones, y le expliqué todo, que gran parte del Hemisferio Sur del planeta era una gigantesca Reserva Tercermundista. Allí nos controlaban hasta los latidos del corazón, con grandes ejércitos en pie de guerra dispuestos a aplastar cualquier posible rebelión  y gobiernos que eran solo embajadas de los países del Norte. Vivíamos miserablemente, pues lo mejor de nuestra producción se enviaba hacia esas tierras. Pero no solo se llevaban nuestras mejores materias primas, sino también los mejores cerebros y toda persona que hiciera mérito de alguna forma para habitar esos lugares ¡Y yo había sido elegido! ¡Qué alegría! Y de todos fue la fiesta, pues ellos se beneficiaban mucho con mi partida... no solo tendrían un lugar más en la casa  sino que como recompensa les llegaría mes a mes una cantidad de dinero que para ellos sería más que apreciable, dinero que obviamente se me descontaría de mis ingresos pero que con todo gusto cedería. ¡Qué maravilla! Me sentí muy afortunado y todavía me siento así….
Miré nuevamente a mi compañero de asiento, luego a las hermosas chicas del otro lado del pasillo y dije, no con demasiada convicción:
-¿Tú crees que extrañaremos mucho nuestra tierra?

                                        FIN

¿CORRERÍA USTED?

Hago una aclaración sobre este cuento… sobre todo para los que no me conocen y no saben que tengo por regla –desde la época de La Cofradía- ser muy cuidadoso con las ideas ajenas o más bien con las ideas que circulan mucho entre nosotros, en pelis y en cuentos y novelas. Es casi imposible y ni siquiera aconsejable evitar temas como, por ejemplo, los zombies solo porque estén trillados casi hasta el hartazgo, siempre y cuando podamos aportar algo a la temática o utilicemos una forma distinta de expresarnos… Hace unos días me hicieron un comentario al respecto de un cuento que giraba en torno a un tema sobre el cual había recientemente aparecido una movie…¡un cuento que escribí hace veinte años! Claro, cuando mencioné esto bastó como explicación… Este no es el caso pero vale la aclaración porque hay dos movies, relativamente recientes que tocan el tema de “¿Correría usted?”, que dicho sea de paso es un cuento ya publicado en “Antología de jóvenes autores duraznenses” –en ese entonces yo era joven- en el año 1992. Las dos pelis son REPO-The Genetic Opera, del año 2008 y basada en un corto del año 2006 y la más popular REPO MEN, del año 2010 basada en una novela del guionista y escritor Eric García, del año 2009, llamada The Repossession Mambo. Sobre esta peli me gustaría escribir una crítica… algún dia… Aquí va el cuento:
                              



                        ¿CORRERÍA USTED?

Corro y corro y no lo hago por deporte, aunque es saludable correr, sino porque me persiguen. Perseguido concienzudamente, así me siento. No logro perderlos por más que tomo por callejuelas mal iluminadas y salto portones desvencijados y me escondo en oscuros portales… siempre están tras de mí. Es que tengo algo de ellos o para ser más exacto, más de una cosa. ¡No, no soy un ladrón! ¿Acaso me ve cara de ladrón? ¡Tampoco soy asesino! ¡Claro que no! ¿Se da usted cuenta? ¡No soy ni ladrón ni asesino y me persiguen con terrible saña igualmente! ¿Y sabe por qué? Solo porque tengo un riñón y el bazo que no son míos…¡Claro! ¡Me los quieren sacar! ¡Me persiguen por dos miserables órganos! ¡Puffff! ¡Y me estoy cansando, eso es lo peor!
¡No, no son caníbales! Solo trabajan para un banco de órganos… ¡Y como corren! En realidad tengo algo más de ellos… Es que no se mentir ¿sabe? También tengo uno de sus húmeros y dos vértebras lumbares y alguna cápsula tendinosa… déjeme terminar, ahora que empecé con el detalle… un trozo de carótida y por lo que fundamentalmente corro, el corazón…¿Usted no correría así? ¡Claro, si me agarran…! ¡Por Dios, esperemos que no! Les tendré que devolver todos sus órganos… ¡Y si! ¡Es que me atrasé en las cuotas, sabe, los negocios han marchado mal últimamente! ¡Y las cuotas son tan altas! ¡Mierda! ¡Y esta gente es tan estricta! ¡Y como corren, puta, como corren!

                                      FIN    

miércoles, 24 de noviembre de 2010

TRAS LAS CASIBRUJAS


“A la caza de las Casibrujas en un lugar alejado de toda hechicería”
Eso decía el folleto de presentación.

“El cielo nos tira pájaros desde las nubes. Pájaros que trinan y golpean los techos de nuestras casas o algunos que comen semillas y miran aparecer al sol, insidiosos, seguros de sí mismos. Si los molestamos, huyen, dejando mojados los jardines.”
Extraído de “Macetas, Peces Muertos y Cierta Acidez”.

Nadie hasta hoy, podría relataros a ciencia cierta cómo comenzó el mito de Rolbido, el Narrador de Historias. Se sabe que al principio fue un humano común y corriente y que cierto día comenzó a vagar de aquí para allá por las polidimensiones, atesorando conocimientos y experiencia momento a momento, viaje tras viaje, hasta llegar a ser el más famoso recopilador de vivencias de todas las dimensiones conocidas. Hoy día, perdió muchísimo de su humanidad o por lo menos de lo que nosotros definimos como tal.
Tuve, inexplicablemente, la fortuna de conocer, contada por el mismo, la historia por la cual Rolbido se lanzó al mundo de las polidimensiones. También disfruto de la oportunidad, cada vez que pasa por esta dimensión y por este mundo en particular, de escuchar sus interesantes aventuras. Mucho de lo que narro –en esta y en otras oportunidades- son fieles transcripciones de las cosas, verídicas por cierto, que ocurrieron, ocurren, u ocurrirán, pues hay un punto  -y ustedes bien lo saben- en donde todo se confunde… nada hay menos claro que un Universo que surgiendo del Caos avanza hacia el.

Esto fue lo que me narró:
“Desde hacía largo tiempo acostumbraba salir a caminar por las tardes. Un amplio parque cercano, alguna concurrida calle de las próximas a mi hogar, eran los escenarios de estas arriesgadas aventuras pedestres. En esas caminatas rompía mis ataduras, liberaba mi imaginación y dejaba de torturar a mis deseos. Fue en busca de líneas de pensamiento fuera de lo común, que llegué una tarde a la conclusión de que no hay nada peor que besar a mi esposa en las mañanas.  Elucubrando contradicciones que no se rechazaran totalmente, creí que podría prescindir de los cinco perros de mis cinco vecinos que persiguen día y noche a mis tres preciosos gatos, si dispusiera -¿de dónde lo sacaría?- de un miserable láser.
Siempre enredado en alguna telaraña de las que cuelgan en algún rincón, imaginé que mejor aún, si lograra un triple láser, podría deshacerme no solo de los perros de mis cinco vecinos, sino también de mis cinco vecinos. Pero me dije – “¡Recapacita!” –me dije a mí mismo, con estruendosa voz interior –“Irías a prisión, perderías lo poco que tienes”-, pero continué –“¿Por qué solo puedo cambiar las cosas mentalmente? ¿Por qué no las cambiaba realmente? Decidirme a dar un paso que sea tangible, no soñado... ¿Y si hacía uno de esos espantosos viajes turísticos por lugares desconocidos, de donde regresaba uno refrescantemente intrépido? ¿No sería conveniente cambiar un poquitín de aires, de vapores, de nubes?
La puerta diría novedosamente “Agencia de Viajes”, aunque esta vez creo que solo decía “Viaje” y tampoco estoy ahora muy seguro de ello, pues me emocionó tanto presionar  el botón, que lucía la leyenda “Presione el botón y espere respuesta. Pronto será atendido” que mis sentidos se nublaron momentáneamente. Presioné el botón.
-¡Hola!¿Qué desea el señor?- puerta abierta, vidrieras múltiples, lo miran a uno de todos lados ¿Dónde estás?¿Dentro o fuera?
-Este, bueno, no sé sí...
-¿Un viaje? Pase, pase...-Ahora sí, seguro está dentro del lugar.
-Yo..., creo, quizás pueda...
-Claro, mire los folletos, todos están por aquí...-Amplia mesa cubierta de hojas multicolores, como árbol de los sueños...-¿Un café?- ofrece la chica con la más amistosa de sus sonrisas.
-Seguro que sí...-
-¡Por favor, siéntese! Ya le traigo su bebida...
-La verdad que no sabría...
-Ah, no sabe si una o dos píldoras de dulzor. Le pondré tres, porque  dulce será más agradable que amargo...¿no?
-Sí, tiene razón-. Al segundo sorbo del aromático líquido el estupor deja lugar a la verdadera curiosidad y la indecisión cede paso, apenas, a la nariz de la determinación. Mira los folletos, pues hasta ese momento los había mirado sin ver y pregunta:
-¿Puedo verlos?
-Claro que sí, tómese su tiempo- y descansa recién allí la chica que tan cortésmente lo había atendido pues la experiencia le ha enseñado que cuando logra que el posible cliente tome una taza y concentradamente mire las ofertas turísticas, ha recorrido la mitad del camino para una venta y como venta es igual a comisión, se puso feliz.
“A la caza de las Casibrujas en un lugar alejado de toda hechicería”. Eso decía el folleto de presentación.
Eran tantas las posibilidades, tantos los universos que podría descubrir, tantos giros que podría darle a su vida que dudó de su vigilia.-“¿Qué garantías tengo de que estoy despierto?”-se dijo e inmediatamente le preguntó a la chica -¿Estoy despierto?
-¿A que se refiere?
-¿Si no estoy soñando que estoy aquí?
-No, no está soñando, aunque en este lugar cumplimos sus sueños...
-Claro- sonrió. Inmediatamente preguntó: -¿Qué son las Casibrujas?
-¿No las conoce?
-No.
-Las Casibrujas son historias cortas, repetitivas, de tendencia independentista, con suficiente pólvora para sofocarlo a cualquier hombre o mujer en la cama. Se maquillan poco y nada, no necesitan hacerlo por otra parte, razón por la cual son muy apreciadas por los naturalistas. Si no fuera por lo irregular de su comportamiento sin duda alguna serían excelente partido.
-¿Y qué atractivos tiene su cacería?
-¡Qué pregunta, caballero! Su recompensa será dulce y a la vez picante. Luego de que capture una podrá hacer con ella lo que quiera durante dos días.
-¿Dos días enteros?
-Por supuesto.
-¿Y lo que quiera?
-Ha escuchado bien. Creo que tuvo ocasión de admirar las fotografías de alguna de ellas... ¿Las vio? Son esbeltas, bellas líneas, piernas fuertes, largos cabellos perfumados naturalmente, labios provocadores... ¿que más puede desear un hombre? Muchos darían la vida por estar cuarenta y ocho horas terrestres con una compañía celestial como esa.
-¿Y si deseara algo más?
-¡Pillín! Nunca pensé, por su apariencia digo, que pudiera desbordarse en esos asuntos...
-No, quizás no me expliqué bien. Me refiero a si podría hacerle lavar mi ropa, fregar la vajilla, cocinar, preparar el desayuno y llevármelo a la cama mientras miro el noticiario y además mimarme un poco...¿También podría?
Agente de viajes muda, palabras cortadas, respuesta que demora en llegar. Mirada indefinida que bien podría ser de compasión. Carraspea y se aclara la garganta antes de decir: -Lo que quiera. Por dos días una casibruja será suya. Pero... tiene que atraparla primero...
-¿Y como haré eso? ¿Acaso son mágicas?
-¿Mágicas?¡No! Son solo heterodinámicas. Usted deberá recurrir a la magia para poder atraparlas.
-¿Magia yo?¡No bromee!
-Recibirá un curso ultra-intensivo. Así podrá partir, hacer el recorrido y regresar sano y salvo.
-¿Y cuando comienza ese curso?
-Mañana a las ocho y treinta deberá estar aquí y comenzaremos. Recuerde que a partir de ese punto ya no regresará a su casa hasta después de finalizada su aventura. Prevea eso.
-¿Y cuánto tiempo estaré fuera de mi casa entonces?
-Siete días terrestres.
-Está bien. Gracias.-Y me dirigí a la puerta de salida.
-¡Sea puntual, por favor!- Así se despidió la chica.

Afortunadamente no tuve mayores dificultades con mi esposa y con mi suegra para lograr su conformidad, su visto bueno, su ...”¡que se vaya donde se le antoje, el atorrante ese!”.  Mi señora me prometió, con una típica muestra de su siempre excelente buen humor que luego de mi viaje me esperaría con una hermosa solicitud de divorcio, que yo firmaría o terminaría mis días allí mismo –ella no se cómo si había conseguido un láser-. Mi suegra fue mucho menos drástica pues aulló nada más : “¡Y si ella falla, yo, tu piadosa y regordeta y saludable suegra te arrancaré la piel en finas tiras!”
Con el ánimo en un estado inmejorable junté mis pocas pertenencias en una enorme bolsa y a las ocho y quince estaba en la agencia. Allí la misma amable joven del día anterior me dijo, al tiempo que señalaba con uno de sus dedos a un señor bajito con pinta de nada
-Él será su instructor-guía-respondepreguntas. Su nombre es Unnekanze.
Acto seguido el señor Unnekanze me saludó y caminamos por un corredor hasta una habitación donde había varias butacas y mesas, lo que me hizo presumir que era una sala de estudio o algo por el estilo.
-Siéntese por favor- me dijo amablemente Mr. Unnekanze. Todo su ser emanaba una gran paz y tranquilidad y se veía que le costaba poco hablar suavemente, lo que le daba a sus palabras un gran parecido con una ligera brisa marítima. Su aspecto era además sumamente pacífico.
-Agradezco su puntualidad- me dijo.-Como ya le habrán dicho esto es un curso ultra-intensivo y no solo porque su tiempo y mi tiempo son muy valiosos sino porque hay ciertas conjunciones astrales que debemos aprovechar para el viaje que usted desea realizar y sinceramente, –y me miró fijamente- si hubiera venido dos días después hubiera sido imposible preparar su expedición. Así que estamos con el tiempo justo, tan justo que le voy a presentar, antes de comenzar, sus futuras e inapreciables amigas-dijo, al tiempo que me mostraba un frasco de mediano tamaño lleno de tintineantes pastillas azules con pintitas verdes.Continuó:
-Con estas pastillas logrará mantenerse despierto todo el tiempo que deseé, a la vez que logrará una lucidez extrema. Su inteligencia y enfoque serán llevados a un nivel que lo dejará asombrado y créame que será necesario...Como verá la metodología del curso le exigirá a usted el máximo. Le daré una lista de textos que tiene que estudiar, junto con un plan de estudios  y periódicamente vendré y le haré preguntas para ver si ha avanzado o no. A la vez, contestaré las preguntas que tenga para mí. El que realmente hará progresos, el que deberá estudiar con dedicación será usted mismo. Pero no se preocupe por lo extenso de esta lista , pues tiene sus pastillas amigas y además, el primero de los libros de estudio contiene todo lo que necesitará  para asimilar rápida y totalmente todo lo que pase por sus ojos.
Luego realizó un análisis rápido de la magia blanca, destacó los riesgos y contrariedades de la magia oscura y obtuvo una promesa oral de mi parte de no practicar los conocimientos que adquiriría allí luego de retornar de la cacería. Por último me indicó las puertas que daban acceso a las distintas bibliotecas.
-Aproveche su tiempo- me dijo al partir.

No tardé mucho tiempo en pensar que me armaban con acertijos y multiacertijos, fórmulas para diseñar fórmulas que servían para dilucidar –como diccionarios- secretos que luego nadie me garantizaba que sirvieran para algo. Tuve que aprender de memoria cinco libros de conjuros que me dijo que aunque no los fuera a usar me servirían para instrucción general. De todo esto y de muchos otros textos estudiados llegué a la conclusión de que allí no me preparaban en absoluto para cazar casibrujas, ni gorriones o perros o pájaros carpinteros.
Primero pensé que era una burla, luego que Unnekanze estaba recontra pirado y se contradecía constantemente pues ¿de dónde había sacado que nuestro tiempo era ajustadísimo si me enviaba a memorizar sandeces?-, pero más tarde llegué a la valiosa conclusión de que solo estaba probándome. En realidad lo que yo debería hacer era valerme de los aparentemente inútiles conocimientos que ya tenía y acceder a otro nivel, al siguiente, a uno que sería mi objetivo verdadero y en donde adquiriría algo de la ciencia magnífica. Fue de acuerdo a este último razonamiento que utilicé algunas de las inofensivas combinaciones de gestos y palabras aprendidas para, de forma encadenada, lograr abrir una puerta a alguna biblioteca que valiera la pena investigar.

Y llegué a Ella.
En todos mis ratos libres, que eran aquellos en que sabía no sería visitado por mi instructor o en que  me sirvieran las comidas, me quitaba los zapatos y silenciosamente, como viento o como susurro, asegurándome siempre de que ninguna de las personas que pudieran derivar por allí descubrieran mis infracciones, me deslizaba por las paredes hasta su oculta entrada y pasaba consultando sus libros muchísimo tiempo. Dichoso fue el momento en que descubrí como demorar-enlentecer-detener totalmente el paso de ese tiempo que cada vez se me hacía más escaso.
Encontré allí el magnífico camino que había estado buscando.

-¿Son muy peligrosas las Casibrujas?
-Según lo que ha contado usted de su suegra no tan peligrosas como ella, pero de temer igualmente.
-¿Y me asegura usted que con mis conocimientos podré atraparlas definitivamente, sin grandes dificultades, sin errar el tiro...
-Por supuesto. Llegado el momento sabrá resolver perfectamente la situación. Despreocúpese.

Sucedió luego que yendo, como solía hacerlo cuando tenía oportunidad, por una de mis lecciones clandestinas, sigilosa y cautamente, tropecé con algo oscuro y rápido -¡Un gato!-,que para no dejar dudas protestó sonoramente en su gatuna lengua. A mí vez insulté varias de sus generaciones pues el traspié me hizo golpear la cabeza contra el duro muro de piedra. Seguramente perdí el sentido...
Cuando desperté –o pensé que despertaba- me encontré contemplando un lugar lleno de carteles y pájaros parlantes. Decían cosas como: “¿Está usted seguro de lo que quiere hacer? Molestar Casibrujas puede ser muy peligroso.”
“No intentamos atemorizarlo, pero le sugerimos abandonar su empresa si no quiere dejar viuda y huérfanos.”
“La vida es tan linda y la muerte tan fría, tan cruel, tan solitaria. Retírese ya, luego no podrá hacerlo y lamentablemente tendré que matarlo”.
Pero no estaba realmente despierto, pues cuando lo hice verdaderamente e intenté ponerme en pie, algo mareado y dolorido, me ví ante dos seres. En ese momento uno de ellos decía –sombras entre sombras, gesticulando-:
-¡Me engañaron!¿Ustedes son Las Casibrujas? Pero no me dijeron que ustedes...-
-¡Ja, Ja! Es que tenemos un contrato con la agencia de viajes. Ellos nos dan sus clientes y nosotros les proporcionamos por cada uno un año más de vida-
-¿Le dan a cada uno en la agencia un año más de vida por cada cliente que les mandan?
-Exactamente. Si se portan bien vivirán largo tiempo...
-Pero si ellos y ustedes quieren que lleguemos aquí... ¿De qué se tratan esos anuncios tratando de atemorizarnos, diciéndonos que tenemos que desistir?
-¡Ah, eso! Es tan sencillo como que ustedes, los que llegan hasta aquí, tienen que querer con toda su voluntad llegar hasta Las Casibrujas. Así funciona. Las amenazas te prueban y de no amedrentarte significan un incentivo extra.
-¡Así que estoy atrapado...!
-Desde que tomaste el folleto.
-Digamos, casi atrapado... porque aún no me tienen.
-Es aquí que te queríamos y aquí te tenemos.
Intenté, nervioso, reaccionar invocando algún hechizo última palabra.
-Nada podrás- me dijo con voz burlona y bien articulada.
En ese momento unas pequeñas garras, quizás las del mismo gato que había motivado mi accidente, parecieron decirme “Ya viste demasiado” y me desperté definitivamente.

¿Qué fue lo que ví?¿Será algo posible, real, o un invento de mi mente para distraerme del dolor del golpe? Si fue una visión posible del futuro... ¿podré escapar a ello?
Las liliputienses sinrazones subrayaron inmediatamente la respuesta correcta: un vasto y significativo NO. Parpadearon las hilachas de sus últimas presunciones y tiñéndose de verinagón se tumbó y descansó hasta que fue tan tarde que la luna ya estaba acoplándose con el velo facial que la protege de las hostiles miradas del sol. Pero me dije -¿Por qué confiar en las sinrazones, pequeñas y desagradables?. Tengo que intensificar mis estudios y aumentaré las posibilidades de resolver las situaciones como yo deseé o necesite. Pero lo primero es lo primero y necesito colocarme un paño empapado con agua helada en mi cabeza... ¡Qué golpe!

Terminadas mis lecciones y próxima además la conjunción astral más propicia para mi expedición, Unnekanze suspiró y en una sencilla ceremonia, en la que debo aclarar que participamos solo tres –nosotros dos y la secretaria-, me entregó el diploma que recibí firmado por cuarenta y cuatro académicos que aseguraban su autenticidad. Según el pergamino ya era “Iniciado entre iniciados de Estudios Mágicos-Primer Escalón”, cosa que me llenó de orgullo. Es que el único diploma que tenía hasta ahora era el  de un curso de primeros auxilios que había realizado en la secundaria, de ahí mi satisfacción.
A continuación, luego de que me felicitaran calurosamente, la chica me condujo hasta un enorme e inmaculado salón en cuyo centro había un gran cono blanco. Abrió una puertecilla en él y me indicó el interior. –Siéntese en esa butaca y ya sabe lo que tiene que hacer. En pocos segundos estará en el mundo de las Casibrujas...¡Suerte!- y con un sonoro beso en una de mis mejillas –que me hizo sonrojar un poco- se despidió.
Puerta cerrada, espacio estrecho, vibración, aleteos atemporales y fuerzas que no entiendo golpeando mi vehículo... Luego cesaron las vibraciones y concluí que había llegado. Estaba muy nervioso. Antes de descender, respiré profundamente y repasé mentalmente todos mis conocimientos. Me reconfortaba saber que aunque mi saber era solo una gota en un inmenso río era más de lo que nunca había soñado poseer.
Abrí la puerta. Estaba en medio de un inmenso y hermoso parque-jardín, lleno de carteles y pájaros parlantes que decían cosas como:
-“¿Está usted seguro de lo que vá a hacer? Molestar Casibrujas puede ser peligroso”
-“No intentamos atemorizarlo, pero le sugerimos abandonar su empresa si no quiere dejar viuda y huérfanos.”
-“La vida es tan linda y la muerte tan fría, cruel y tan solitaria...Retírese ya, luego no podrá hacerlo”
-“¡Retroceda, o cosas horribles le sucederán de aquí en más”.
Todos estos anuncios me sonaron familiares e instintivamente me toqué el chichón que lucía en donde mi cabeza había impactado en la pared.¡Claro!¡Todo esto ya lo había visto!¿Sería verdad entonces?¿Habría visto el futuro, lo que me iba a pasar? Sabía, por mis estudios, que eso era posible. La pregunta que me hacía era de qué forma lograría sortear todo eso que me podía pasar o en todo caso asegurarme que no saldría dañado en el proceso... Las visiones que brotaron de mi golpeada cabeza me habían dejado preocupado, sobre todo porque al parecer yo no salía bien parado de ellas –había una situación que me preocupaba especialmente- y ahora, parecía que todo eso podía ser posible. Las visiones podían ser reales...¡Entonces las que eran apenas sospechas ahora se confirmaban! Pero además intentaban atemorizarme, me avisaban del peligro...¡Realmente había peligro!¡Y me lo estaban diciendo! Pensé en retirarme pero... no iba a renunciar a Las Casibrujas ahora...¡No podía hacerlo! Todos mis estudios, el viaje ...¿Qué vida me esperaba si renunciaba ahora? Seguiría adelante.
Ya había pensado como resolver esa riesgosa exploración…
Había preparado un camino que podía recorrer si el sueño resultaba ser verdadero. Busqué en mi memoria y en todos los conocimientos que había adquirido -incluso había guardado en mi cabeza muchos textos para estudiarlos luego con más tranquilidad- y encontré lo  que estaba buscando. Fabricaría un doble y lo utilizaría como avanzada… eso me daría cierta tranquilidad. Sintetizaría del entorno todo lo necesario e imprimiría parte de mi personalidad en él. Por supuesto que no estaba muy seguro de cómo estaban esos conocimientos en mí, pero luego de iniciar los procesos, de entonar las fórmulas adecuadas, de descifrar los colores de las energías necesarias y recorrer el camino seguro de la doctrina más antigua que existe fabriqué algo de lo que quedé francamente asombrado...Mi otro yo iría delante mío. Si todo funcionaba bien, mi persona auténtica saldría a dar las explicaciones del caso. Si por alguna triste circunstancia la situación se tornaba peligrosa, mi vida no estaría en juego.

Caminamos varias decenas de metros hasta llegar a las cercanías de una enorme construcción. Era bella, cubierta de extraños adornos y jardines en sus terrazas...
Comencé haciendo lo que se esperaba que hiciera: Busqué una entrada secundaria que pareciera segura. Entramos entonces por una puerta que visiblemente no era muy utilizada, aunque no parecía totalmente abandonada. No había el menor vestigio de custodia. Al igual que fuera del edificio no había rastros de dispositivos de seguridad. Pretendían asustar a los visitantes, pero por otro lado no había ningún obstáculo para seguir avanzando. Hasta la puerta estaba sin traba alguna. A partir de allí envié al doble una treintena de metros delante y me puse encima  un hechizo de camouflage, para no ser sorprendido. Los corredores por donde caminábamos eran limpios, fríos y poco iluminados.
Tomamos otro pasillo, luego otro y una escalinata que conducía hacia arriba. No fue difícil seguir la dirección adecuada, pues había señales fácilmente legibles que conducían hacia nuestro destino.
Mi doble finalmente pasó por una pequeña puerta y se encontró dentro de una habitación que nos parecía extrañamente familiar. Ahora advertía que tipo de habitación era ... ¡un inmenso dormitorio!
En el momento de pasar bajo una arcada una pesada reja cayó con estrépito dejándonos totalmente separados. Me cobijé entonces tras una bella columna a escasos dos metros de donde estaba la reja, de donde podía apreciar y escuchar todo lo que sucedía ante mí. Mi doble había avanzado hasta llegar hasta el centro de la habitación, donde dos figuras  lo estaban esperando.     
-¡Hola, precioso!- dijo una de las figuras que estaban a escasa distancia de mi copia.
-Hola...-dijo tímidamente mi doble.
-¿Cómo te llamas?¿O como quieres que te llame?¡Bah, que importancia tiene eso!¿Qué deseas de comer?
-Pero...¿Ustedes son las Casibrujas?¡Me engañaron! No me dijeron que ustedes...
-¡Ja, Ja! Es que tenemos un contrato con la Agencia de Viajes. Ellos nos dan clientes y nosotros les proporcionamos por cada uno un año más de vida-.
-¡Diablos!¡Así que estoy atrapado!
-Desde que tomaste el folleto...
-Digamos que casi atrapado, porque aún no me tienen.
-Es aquí que te queríamos y aquí te tenemos- me dijo, al tiempo que se acercaba más y más. Sus largos cabellos rosados, sus prominentes pechos, sus bien torneadas piernas...Miré a sus compañeras y ciertamente había algo que no encajaba en mis frágiles esquemas de hombrecillo dominado y conservador...
-Perdone pero...¿Ustedes son mujeres o alguna otra cosa?
-¿Qué importancia tiene eso?-contestó, la que parecía ser la principal voz del grupo. Su lascividad era tan palpable que si mi doble hubiera tenido alma se hubiera estremecido de pies a cabeza.
-Así que no son mujeres sino algo parecido, algo muy parecido me supongo.¿Y para qué me quieren, si no es demasiado preguntar?
-¿Cómo para qué te queremos? Mira mi cuerpo, mira nuestros cuerpos...¡Mira!-dijo mientras se daba una vuelta sobre sí misma, lentamente, mostrando sus perfectas y abundantes curvas-.Este hermoso cuerpo necesita placer, satisfacción, sudor ¿Entiendes?
Necesito de tu fuerza sexual para mantenerme así... todas necesitamos de tus favores, de tu mantenimiento, si así quieres llamarle.
-¿Y todo eso que aprendí, todo lo que estudié en la agencia de viajes?¿Para qué me sirve ahora?
-Todas esas fórmulas que aprendiste  son para elevar tu potencia física, para combinar mejor los alimentos de que dispondrás –sobre todo amor, como ya verás- y será el buen uso de estos conocimientos los que te permitirán alargar tu vida...-
Incluso el doble sintió la garganta seca de pronto…carraspeó y preguntó -¿Cuánto duró el anterior?
-Hay varios como tú de servicio. No creas que somos los únicos grupos que viven en este mundo, para nada. Pero tú tendrás la agraciada tarea de complacernos a nosotras y a dos más que en este momento están descansando. Para tu información, el anterior duró menos de lo que hubiéramos deseado. Quizás era, no sé...-dijo, mirando a las demás- demasiado exuberante en sus manifestaciones físicas ¿Me explico?
Sentí que a mi doble le comenzaba a correr un sudor frío por la espalda -¿Me comprendes?-continuó- Debes ser medido, precavido, equilibrado, con nosotras, sino te agotarás en menos de lo que canta un pájaro azul de esos que viste en el jardín.
Yo contemplaba atentamente el diálogo que tenía lugar ante mis ojos. Escondido entre las sombras, envuelto en el camuflaje y para más seguridad escondido tras la columna era imposible que advirtieran mi presencia. Es que además estaban totalmente pendientes de su nueva presa. Miraban ávidamente cada línea de su cuerpo ¿Cazar Casibrujas?¿Cazarlas a Ellas?¡Qué quimera! Creo que en ninguno de los documentales televisivos que tanto me gustaban había visto una criatura carnicera con una mirada tan rapaz. No sé que jugo le podrán sacar a un doble que imagino tendrá limitada su capacidad de responder a ciertos estímulos ... pero de todas formas lo compadezco.
Por mi parte, me di media vuelta y mientras me acercaba a la salida pensaba hacia qué lugar me dirigiría. Volver a mi hogar era lo que menos me interesaba. Estuve tentado de pedirle cuentas a la Agencia de Viajes sobre mi fracasada expedición y de los riesgos que me habían hecho correr –aún hoy me hace estremecer tal recuerdo- pero decidí aprovechar que soplaba buen viento y seguir viaje.
Así, con cuatro frases y algunos gestos, partí del mundo de las Casibrujas.
Hacia lo desconocido.”

                                                    FIN