Queridos amigos y amigas, reapareciendo en un mundo cada vez más a tono con la ciencia ficción... Por la ciencia ficción y la fantasía!!! Es un secreto, pero nunca me fuí... Aquí estaré: pablodaniel.gandalf@gmail.com... Un gran abrazo!!!


viernes, 1 de octubre de 2010

LIBERACIÓN FEMENINA

                                          LIBERACIÓN FEMENINA


El vehículo se posó suavemente en la caliente llanura. Al abrirse su pesada compuerta descendieron tres figuras humanas, todas vistiendo ropajes camouflados. La pareja anfitriona lucía los distintivos del “Cuerpo de Investigaciones Bio-Sociales”; el tercero lucía algo nervioso cuando preguntó:
-¿Están seguros de que podemos bajar sin armas?
-Tranquilícese...- le contestó una voz masculina. Conocemos hasta el mínimo detalle las costumbres de estos seres y no hay peligro en acercarnos –se guardó bien de agregar que aún armados poco podrían hacer ellos tres contra una manada entera de aquellos carniceros, si por algún imposible capricho se les ocurría atacarlos.
-¡Es que tienen un aspecto realmente aterrador!- continuó el amedrentado visitante.
-No es solo su aspecto...- agregó una voz femenina desde su otro costado. Caminaban ahora lentamente adentrándose en una zona de matorrales  arborescentes; la nave, llena de pinchos y otras aceradas protecciones estaba ya lejos. -¡Son sumamente mortíferos! Tienen la más potente dentadura de este sector del Universo y unas garras largas y afiladas capaces de seccionar limpiamente el tejido óseo de sus presas... ¡Son maravillosos!
-¿Maravillosos? ¡No puedo compartir su entusiasmo!- saltaba a la vista por su sudoroso temblequeo que no lo compartía- Y con todo respeto por sus calificados estudios de estos animales, si son tan peligrosos... ¿cómo vamos hacia ellos sin ningún tipo de protección?
El hombre y la mujer que lo flanqueaban se lanzaron rápidas miradas de inteligencia viendo que su estrategia estaba dando resultados.
Mr. Truptiss no era un curioso común: Árbitro de la Federación para Asuntos Científicos y Protocientíficos había sido enviado allí con el propósito de verificar si los fondos dedicados a la investigación en ese planeta estaban siendo correctamente gastados. Sus superiores en Luxor-5 –que así se llamaba el planeta- lo habían enviado a la Estación 1043 para que ellos hicieran una demostración de su conocimiento, conduciendo al observador federal a un punto donde sintiera  que su vida dependía de ellos y de su saber, anulando cualquier resistencia a que sus proyectos de estudio siguieran adelante. Lo más alarmante era que habían corrido rumores en la comunidad científica de que los fondos adjudicados al planeta –un enorme y gran laboratorio- iban a ser recortados, por lo que su tarea de impresionar al visitante  sería no solo un mero ejercicio... podía estar en juego el futuro de la propia estación experimental y quizás de muchos proyectos del planeta.
-Este grupo al que nos dirigimos está integrado solo por hembras y en esta especie ellas son las únicas cazadoras. Obviamente están repletas de alimento. ¡Mire con que desinterés nos observan! Además hay algo más que debe saber para su tranquilidad –le dijo en tono cómplice- Estas nobles criaturas no cazan cualquier presa... se alimentan de una clase de animales que hacen que en la cacería tengan que desplegar mucha velocidad y destreza. Lo que quiero hacerle entender es que aún con hambre no se alimentarían con nuestros escuálidos e indefensos cuerpos... les gusta la lucha y disfrutan de la caza.
Hubo cierta expresión de angustiado alivio por parte del observador, que dijo:
-Es alentador sabe que conocen tan bien a estos animales. ¿Y que tipo de experimentos realizan con este núcleo en particular?
Esta vez fue el hombre quien explicó:
-Es realmente interesante. Los bombardeamos con información en cierto tipo de ondas que imprimen sus nódulos de memoria. Esta información es de índole social. Le aclaro: tomamos la evolución social de la especie humana, desde sus principios y se la transmitimos. Sabemos que la recepción no es perfecta, algo se pierde, pero los observamos atentamente durante cada ciclo de impresión y ciertamente provoca cambios en su comportamiento.
-Supongo que será una tarea que se ha de hacer muy detenidamente.
-Claro que sí. Nuestro éxito depende de que captemos hasta las mínimas variaciones de comportamiento.
-¿Y que tipo de información le están proporcionando ahora?
-En la actualidad estamos introduciéndoles elementos socio-culturales del siglo veinte. Concretamente estamos imprimiendo los cambios de la relación hombre-mujer en la sociedad de mediados y fines de ese siglo, las luchas de la mujer por la equiparación social con el hombre, todo eso...-sonrió, mirando a su esposa; ésta, sintiéndose aludida continuó- Es curioso ver como...- se interrumpió bruscamente como tomando de un manotazo algún pensamiento preocupante que pasaba por allí...
-Querido... ¿Has visto a los machos?
Todos miraron alrededor, escudriñando entre los dispersos matorrales.
-¿Son aquellos? ¡Su aspecto es increíble!
-Sí, en este caso el dimorfismo sexual se traduce en una apariencia que como vé es monstruosa.
-¡Es cierto! ¡Son monstruosos! ¡Y vienen hacia aquí!
-Los machos son inofensivos y asombrosamente indolentes. Estamos convencidos  de que las hembras los toleran solamente con fines reproductivos. Escuche..., son tan perezosos que dependen totalmente de lo que puedan cazar las hembras para su subsistencia.
-¡Pero son aterradores!
-Cierto, pero todo su armamento y apariencia son para competir entre ellos y conquistar las mejores hembras. ¡Son tan haraganes que si su diario sustento dependiera de ellos seguramente terminarían buscando alimañas bajo las piedras! Las realmente peligrosas, aquí por lo menos, son las hembras...-
-¡Pero siguen acercándose! ¡Volvamos a la nave!
-Sí, tiene razón. Vamos, pues aunque se acercan solo por curiosidad no tenemos por qué asustar a nuestro huésped –“Aún más”- dijo para sí, mientras miraba a su temblequeante visita. Comenzaron a caminar lentamente hacia la metálica seguridad que los esperaba.
-¿Podríamos ir más rápido?
-No, podrían molestarse y recuerde que a usted no lo conocen-
-Está bien,  pero... ¡Miren!- gritó aterrado, casi histérico. Entre ellos y su vehículo se hallaban varios machos. Los otros continuaban acercándose formando un círculo; ellos eran el cada vez más preocupado centro.
-¿Qué querrán hacer? –dijo el científico-¿Será que les disgustó que trajéramos un intruso a su territorio?
-No sé querido, pero tengo miedo.- le contestó su mujer con tono angustiado.
El observador federal ya no hablaba. Temblaba, lloraba y veía como el círculo se estrechaba más y más. Los inmensos carnívoros, con su paso estilizado pero extrañamente resignado iban ahogando el ahora pánico generalizado de los humanos.
Pronto la ronda de gigantescas cabezas, enormes colmillos, pelos y plumas multicolores, se cerró definitivamente.
La Liberación Femenina se había consumado en la Estación Experimental 1043.

                                                                   FIN


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