Queridos amigos y amigas, reapareciendo en un mundo cada vez más a tono con la ciencia ficción... Por la ciencia ficción y la fantasía!!! Soy Pablo Daniel Rodríguez Remedios y aquí estaré: pablodaniel.gandalf@gmail.com... Un gran abrazo!!!


lunes, 2 de enero de 2012

LIKAUR

Que tengan un Muy Buen Año 2012. Que les sea feliz y productivo. Quiero comenzar el año compartiendo este relato sobre un hombre lobo... uno de sus personajes será el protagonista de una historia en forma de novela que comenzaré a contar acá en breve.

                                                 LIKAUR
 “Likaur nunca quiso nacer y absolutamente no licántropo. Pero nunca le dieron a elegir.”
                 Tomado del diario de trabajo de Reginaldo de Mastak.

OJOS TRISTES, COLMILLOS SANGRIENTOS… ESTE ES UN RESUMEN DE LA HISTORIA DE LIKAUR DE URIR, EL QUE NACIÓ BAJO DOS LUNAS,  DE SU ENCUENTRO CON HERMENILDA, LA PRINCESA ASESINA Y DE ALGUNAS  COSAS QUE SUCEDIERON LUEGO.

“Licantropismo y otras mutaciones, todos ellos fenómenos registrados desordenadamente en la historia del hombre son, o consecuencia de la manipulación de fuerzas naturales o extrañas intersecciones de una en mil años.”
           Fragmento de “Historias de Magos y Alquimistas” de Sebastian       Crantev.

SIRCIR
¡Qué bella que es Sircir! ¡Qué hermosa! Me siento saludable, una parte en armonía con  todas las partes que hacemos el uno, integrado a todo lo que me rodea, creación dentro de la creación, un hilo que une lo humano y lo animal y que llega hasta lo profundo de lo creado, hasta lo más hondo de este planeta, hasta sus venas y su corazón… ¡Bella luna! Miro mis manos con detenimiento, deslizándolas sobre la superficie del gran espejo donde me contemplo… son garras poderosas, afiladas, peligrosas… Mi cuerpo se ha cubierto de un pelo vigoroso y espeso y se ha transformado en algo que no es humano, no es el Likaur de unos momentos atrás… aunque mantengo su dominio, en el fondo sigo siendo él... Me siento fuerte en este nuevo estado, pero también apacible, no violento, confortable en mi seguridad. ¡Soy un monstruo! Veo al espejo la cabeza de un ser lobuno, con ojos que si fueran humanos serían de alguien bestial… mi boca, llena de aguzados puñales, con colmillos que hasta a mí me asustan. Mis patas posteriores se han fortalecido y aunque mi marcha es más bípeda que cuadrúpeda veo que puedo andar sobre mis cuatro patas sin dificultad.
¡Estoy asombrado! ¡Debo de haber triplicado mi peso! ¡Tengo hambre! ¡Necesito comer carne! Afortunadamente tengo suficiente para una semana en el refrigerador… La devoro toda y más todavía, otras proteínas, grasas, hidratos, todo… Me gustaría salir, a correr, a saltar, a probar mis músculos de animal pero es solo un impulso, que cesa cuando me veo en una enorme caja de hormigón, mi hogar, con rejas en todas las ventanas, con una puerta reforzada y con pocas posibilidades de lograr sortear estas trabas… Prefiero mantenerme dentro y meditar… quizás lograr la comunión interior entre el hombre y la bestia… Voy hasta una de las ventanas y allí la veo… Es la luna que llaman Sircir,  La VoluptuosaLa BuenaLa Romántica… ¡Bonito nombre Sircir!

KUPTUR
Estoy tomando con enorme fuerza las rejas de la ventana, cantándole a la luna. Ahora es Kuptur, la luna que llaman La SiniestraLa RojaLa OscuraLa Sangrienta. Kuptur. ¡Es una sensación tan distinta! En cada aullido libero una y mil ansias de comer carne, carne viva y sangrante… ¡Cuánto daría, luna, por mojar mi lengua en sangre caliente y borboteante! ¡Pero estoy atrapado, preso, tras estos barrotes tan fríos e insensibles! ¡Tengo que liberarme! ¡Necesito liberarme! Si pudiera, si pudiera… no son tan sólidos y fuertes como parecen… no lo son… ¡Y soy fuerte, muy fuerte! ¡Ya estoy afuera! ¡Ya dejé atrás mi prisión! Aúllo y corro, corro por la ciudad, busco los numerosos bosques que dentro de la ciudad le dan verdor y frescura… lo hago sin pensar, hacia allí voy… y corro por esos lugares arbolados donde marco troncos con mis garras, probando mi fuerza… Salto, hago piruetas y encuentro presas en mi camino… y en ellas libero mis mil y uno deseos de muerte, de miembros destrozados, de gargantas y estómagos abiertos… ¡Ahhh! ¡Qué sabrosa la sangre fresca! ¡La carne blanda y jugosa! ¡Y ella siempre contemplándome, Kuptur, para mí la más bella e inspiradora! ¿Qué es lo que veo? ¿Una pareja diciéndose palabras de amor en un sombrío banco de una plaza? ¡Mala es esta noche lunar para tan enamorados jóvenes! Caigo sobre ellos con colmillos y garras, trozando músculos tiernos y juveniles… ¡Qué manjar! El animal vive en mí, el asesino instinto que me llama a matar… ¡Y que bien se siente! Dejé un gran charco de sangre y trozos de huesos y vísceras y ropas deshechas… ¡Voy por otra presa! ¡Soy fuerte, poderoso, animal potente y sangriento! ¡Kuptur es mi bendición! ¡Sircir es una burla! Olor a otras víctimas percibo… ¡Allá voy, bellas criaturas!

LIKAUR
El bello parque, con sus hermosas fuentes talladas en coloreados y luminosos cristales, quizás traídos de algún mundo exterior, los casi inmóviles seres que nosotros llamaríamos árboles, la corta y prolija hierba y un penetrante aroma a flores o a frutas o a estudiada mezcla de ambas  –y que olía estupendamente bien- iba recibiendo a los visitantes. Un delgado edecán, comandando una tropa de asistentes luciendo ropajes inmaculadamente blancos que resaltaban su fina figura, los fue conduciendo uno a uno hacia el interior de la residencia. Los enormes pájaros de transporte aéreo aterrizaban en el amarillo círculo de descenso y en su borde quedaban, murmurando noticias de última hora, bebiendo o comiendo las ligeras vituallas que les eran proporcionadas inmediatamente.  El hermoso castillo, propiedad de Harold Quintus, uno de los ingenieros mágicos más viejos y respetados de Stapledon, un mundo muy parecido a la Vieja Tierra, en el que nos encontramos, pronto tuvo en su sala principal a cinco de los más prominentes tecnomagos del planeta.
Resulta sencillo, por extraño que parezca, describir la decoración del enorme salón. Es que el propietario del castillo disfrutaba de la sobriedad y no le gustaba alardear de todos los lugares –algunos obviamente muy distantes- en donde había estado durante toda su esta-vida. Su misma profesión, la de ingeniero mágico, aunque lo había llegado a viajar a lugares muy extraños y a recibir además obsequios de la más amplia procedencia lo había hecho apreciar la sencillez y la frugalidad y por eso el interior del gran salón era una exhibición de tallas de madera, en su color natural, con tapices representando hechos mitológicos confeccionados en tejidos naturales que cubrían todas las paredes, desde el techo hasta el piso. Este  también estaba cubierto de una delicada trama de tejido no-sintético, confeccionado con el pelaje de los animales que pastaban en sus extensos prados.
Mientras describía rápidamente la decoración del salón, se han sentado  los cinco hombres de cierta edad  a una hermosa mesa de madera e inmediatamente les han traído licores y pequeñas fuentes con pasteles de variadas formas y sabores, horneados allí mismo. El aroma de lo recién hecho y la calidad de la bebida no lograba suavizar cierta tensión que se respiraba en el ambiente.
De pronto Harold, el anfitrión, dijo:
-Estimados amigos, dado el propósito de esta reunión me tomé la libertad de invitar a uno de los protagonistas de la historia que nos trajo aquí hoy… ¡Que entre ya!- gritó a una de las amplias puertas que daban al salón.
Por allí apareció un hombre bastante joven, visiblemente amedrentado.
-Toma asiento- le dijo Harold, indicándole una silla.- El es Xentrinac, el estudiante y creador de ya saben qué…
-Ahhhh- dijo más de uno, observando con ojo crítico al recién llegado.
-Comencemos- dijo finalmente Harold.
 Pronto entraron en tema y no precisamente por la excelente acústica del lugar o por un desarrollado sentido auditivo se lograba escuchar claramente  lo que se discutía en torno de la mesa … estaban hablando bastante alto y en ocasiones llegaban a gritar sus argumentos…
-¡Tenemos que matarlo!-dijo exaltado uno de los tecnomagos más conservadores y quién defendía más firmemente esa opción.
-¿A mí?- dijo Xentrinac terriblemente asustado.
-¡A ti no, estúpido, a tu bestia!
Xentrinac suspiró, aliviado…
-¡No, no, no podemos quitarle la vida luego de habérsela dado...!-afirmó otro, con igual firmeza.
-¡Estimados amigos, escúchenme por favor!-el que hablaba ahora era alguien cuya voz irradiaba paz y razonabilidad, sin duda de preclara inteligencia y muy respetado- Cada uno de nosotros ya tiene una posición, pues hace ya varias horas que venimos pensando en esta reunión. Lo que está claro es que, lo matemos o no, tenemos un problema y los problemas hay que resolverlos…
-¿Y tú qué opinas? –le preguntó Octavio, otro de los viejos ingenieros mágicos,  de sopetón a Xentrinac, que hasta ese momento se había limitado a escuchar…
-¡Si, cuéntanos, explícate!- le dijo otro -¡Por más que el mal ya está hecho!
-Nunca quise hacer mal…-dijo tristemente Xentrinac- solo quería terminar esta fase de mis estudios de ingeniería mágica con algo que fuera distinto, algo por lo que ser recordado…
-¡Y vaya si serás recordado! ¡Tu invento mató a doce adultos, ocho adolescentes, cinco niños y veinticinco mascotas de todo tipo!- dijo uno de los ancianos.
Otro agregó -¿Por qué no contentarse con aprobar el curso como lo hacen tantos otros cientos de estudiantes?
-¡Claro!- dijo uno más- Fabricando ilusiones, plantas extrañas, mecanismos complejos, algo útil para los hogares de los habitantes de este mundo…
Se turnaban en redondear la ácida crítica – ¡Pero no! ¡Tenías que crear un hombre lobo!
-¡Y tenías que dejarlo escapar!
-¡Con hambre!
-¡Si, con hambre!
-¿Qué haremos ahora? Somos muy respetados pero murieron muchas personas…
-¡Si, doce adultos y ocho adolescentes!
-¡Y cinco niños!
-¡Y no nos olvidemos de las veinticinco mascotas!
-¿Qué haremos? ¿Tienes idea de lo crítica que es nuestra situación? ¡Hablan de cancelar todos los cursos de ingeniería mágica en este planeta!
-¡Aquí, que es un planeta famoso por sus ingenieros mágicos!
-¡Es increíble llegar a esta situación!
-¡Todo porque tenías que demostrar que el mito del hombre lobo podía ser verdad!
-Bueno, la idea no era tan mala, la verdad, hacía mucho que no veíamos un hombre lobo… -dijo pensativamente otro de los cinco.
-¡Pero nunca debió dejarlo escapar!
-¡Nunca y menos con hambre!
Xentrinac soportaba estoicamente la andanada de críticas. De pronto uno dijo:
-¡Hay que matarlo!
-¡Si, hay que matarlo!
Xentrinac en ese momento se puso de pie. Su cara estaba roja y se sentía sumamente acalorado.
-¡Basta, por favor! Es cierto que nunca tuve intenciones de provocar daños, como también es cierto que subestimé a la bestia… Pero es que en su primera transformación, con Sircir, se convirtió en un ser monstruoso pero afable… parecía domesticado… ¿Cómo iba a imaginar que con Kuptur  iba a escapar y asesinar gente?
-¡Asesinar y comérsela, Xentrinac, también se la comió!
-Está bien… nunca pensé en eso, para mí era solo un experimento, un desafío, de la nada crear un ser de leyenda, algo mitológico, un humano que al influjo de la luna llena se transformara en lobo… y ese es el problema…
-¿Qué, otro problema?
-Si, es otro problema y es por lo que me opongo a que lo mateis…
-¡No, no, nosotros no lo mataremos, lo matarás tú!
-¡Es que no estoy de acuerdo! El es lobo solo mientras hay luna llena, sea Sircir o Kuptur, pero el resto del tiempo es humano… ¡Totalmente humano! ¡Tan humano como nosotros!
-¿Y a qué quieres llegar?
-¡A que si lo matamos mataremos al lobo, pero también mataremos a un ser humano y eso es tan asesinato como los que el cometió!
-¡Si, a diferencia de que nosotros no nos lo comeremos! ¿Y que sugieres que hagamos?
-Podemos encerrarlo mientras haya luna llena y dejarlo libre mientras no la haya…
-¡Vamos! ¿No pensaras seriamente en eso? ¿Y si en algún momento le perdemos el rastro, si se oculta, si no lo encontramos, que haremos?
-Tampoco podemos pasar toda su existencia encerrándolo cuando haya luna llena…
Xentrinac pensaba, hasta que dijo: -¿Y si lo llevamos a un planeta que esté deshabitado?
-No es mala idea…
-¿Y si por algún accidente llega alguien a ese planeta?
-¡Volverá a las andadas!
-¡Matará y comerá!
-Podemos llevarlo a un planeta deshabitado y que no tenga luna…-dijo pensativamente Xentrinac.
-¡Eso es algo más razonable!
- ¡Claro! ¡Estoy de acuerdo!
-¿Ven como el muchacho no es tan tonto como parece?
-¡Estoy de acuerdo, no matará más y no cargaremos nosotros con una muerte!
-Seguramente en los confines habrá algún mundo sin colonizar.
-Sin colonizar y sin luna…
-¿Todos estamos de acuerdo?
-¡Yo quiero matarlo!
-Quizás lo estás enviando a la muerte, pero no será responsabilidad tuya…
-De ninguno de nosotros.
-¡Está bien!
-Tú, Xentrinac conducirás la nave, buscarás un planeta y lo dejarás allí… y te damos un plazo de… diez ciclos planetarios… ¿Está claro?
-¡Está claro y mil gracias!
-Pero no creas que con esto saldarás tu cuenta con nosotros… ¡Tu negligencia tiene que ser castigada, así sirve de ejemplo a todos los estudiantes de aquí!
-¡Demasiadas personas perdieron la vida por tu culpa!
-¡Si, doce adultos y ocho adolescentes y cinco niños!
-¡Y también veinticinco mascotas!
Xentrinac agachó la cabeza –Está bien, aceptaré con gusto el castigo que ustedes decidan- y salió presuroso, pues no era excesivo el tiempo del que disponía.

HERMENILDA, LA PRINCESA ASESINA.
El príncipe Rogelio El Bueno, parte de la realeza del planeta llamado Belmonde, situado casi en los confines de lo conocido,  estaba realmente conmovido. Ante sí tenía a sus tres principales consejeros.
-¿Cómo pudo pasar?- les decía -¿Cómo pudo suceder semejante monstruosidad?
-No sabemos todavía como logro escaparse, pero lo hizo, Su Eminencia…
-¿Y los guardias? ¿Y las rejas? ¿Y el foso? ¿Y todos los otros dispositivos de seguridad? –continuó lamentándose el príncipe.
-Los guardias están todos muertos… pero solo les arrancó la garganta, pues ya sabemos que no le gusta la carne de soldados, lo más atroz vino luego, cuando llegó al poblado… Los dispositivos de seguridad fallaron todos, las alarmas sonaron pero se tardó mucho en responder, las rejas fueron arrancadas de cuajo, el foso fue limpiamente saltado…
-Señor, es como si en todos estos años que la ha encerrado durante la luna llena, el mons… -y contuvo su lengua- quiero decir, esa presencia extraña, hubiera acumulado fuerzas y odio y hambre también hasta que llegara el momento de escaparse.
-¡Ah, hermana, hermana mía, tan dulce y tan bella, menos durante la luna llena! ¿Cuánto gente mató?
-Mató a treinta personas en total, Su Eminencia… a algunos de ellos también los devoró…
-¡Por el Dios Unico! ¿Ya la capturaron?
-La capturamos y está bien, aunque sumida en la melancolía… el Rey quiere saber que hará al respecto, Señor…
-¿El Rey quiere saber? ¿Por qué no encuentra al tecnomago capaz de revertir la maldición que sufre mi hermana desde temprana edad? ¿Por qué no ayuda a que finalmente dejen de decirle Hermenilda, La Princesa Asesina? ¿O acaso se olvida el rey que fue por los servicios de mi familia a su corona que un ingeniero mágico descarriado y pagado vaya a saber por qué enemigo suyo maldijo a mi tierna hermana?
-El sabe eso, mi señor, por eso es que os da tiempo para que logres solucionar este problema. Su Majestad insiste en que le tenemos que dar la seguridad a nuestros gobernados de que este episodio no sucederá jamás.
-¿Y que solución sugiere, si sugiere alguna?
-Este, bueno, sugirió dos, Señor…
-Ah sí… supongo que no habrá tenido el descaro de mencionar la muerte de mi hermana, espero que no… ¿y la otra?
-Veo que su sabiduría crece con el tiempo… la otra es el destierro.
-¿El destierro?¿Y que quiere decir con eso?
-Que pondrá a su disposición todos los recursos que necesite para buscar un planeta en donde no haya humanos y en donde pueda dejar a la princesa confortablemente instalada, hasta que logren encontrar una cura para su maldición.
-¿Dejarla sola? ¿En un planeta desconocido y deshabitado? ¿Pero ha enloquecido?
-No mencionó que la dejara sola, sino sacarla de este planeta y que sería conveniente llevarla a otro en donde no haya humanos.
-¡Mi hermana querida sola, lejos de mí y en un planeta deshabitado, no descubierto todavía!
-Insisto en que no tiene por qué vivir sola, Su Eminencia…
Hubo miradas…
El consejero continuó –Si la llevara a un planeta sin luna, sería seguro para ella y no tendría inconvenientes en reclutar un séquito para que viva con ella…-
-¡Si, sería seguro para todos!- exclamó otro.
-Teneis razón, esa puede ser la solución… pero tenemos que encontrar un planeta…
-No es necesario que lo haga usted, Su Eminencia. Alcanza con armar una nave y que se oriente hacia los extramundos… seguramente allí habrá algún planeta como el que necesitamos para Su Alteza Hermenilda…
-Bien, bien… -el príncipe no se sentía bien, pero no tenía muchas opciones- Hablaré con mi hermana… Tú, comienza a equipar una nave… tú, comienza a preparar una comitiva y tú, vé con el rey y su corte y comunícale mi decisión y que todo lo hago para su satisfacción.
-Excelente, Señor.
Había alivio en los consejeros, pero intranquilidad en Rogelio El Bueno, quien quería mucho a su hermana.

LIKAUR
Xentrinac llegó hasta donde estaba confinado Likaur. Finalmente, luego de su transformación a humano, habían logrado atraparlo gracias a los datos que el aportó sobre su identidad.  Ahora  estaba custodiado por paredes más anchas, rejas más gruesas y multitud de dispositivos de seguridad, de la más alta tecnología mágica. Abierta la puerta, Likaur luce además encadenado –“Vigorosamente encadenado” pensó Xentrinac-.
-Hola- dijo -¿Sabes quién soy?
-No, no lo sé… ni siquiera sé porqué estoy encerrado y encadenado, privado de mi libertad…
-Es una historia larga de contar y lo haré mientras viajamos. Baste decir que te llevaré a un lugar donde serás libre, totalmente libre y en donde puedes llegar a ser feliz…
-¿Me sacarás de aquí?
-Si, lo haré, en este mismo momento, pues ya está todo preparado…
-¡Eso me llena de alegría! ¿Pero quién eres?
-Podría decirse que soy tu creador… tu, bueno, fabricante, inventor, o tu padre también…
-¿Mi padre?
-Si, es una forma de decir…
-No es algo que en este momento me parezca tan relevante de todas formas…
-Puede ser que no sea lo más relevante, tienes razón… ahora tenemos que salir de aquí… y si tienes preguntas te las contestaré luego… ¡Guardia! Libérelo de sus cadenas, por favor… ya nos marchamos…
El guardia entró con un compañero y con grandes precauciones desactivó las cadenas de Likaur, por lo menos para permitirle caminar... Luego, cuando este marchó acompañado codo con codo con Xentrinac fueron custodiados por cuatro guardias más, quienes no solo estuvieron junto a ellos en el transporte aéreo sino que los acompañaron hasta el interior de la misma nave hiperespácica, allí donde viajarían a buscar un planeta en los confines, un planeta desierto y sin luna.

HERMENILDA
En la nave reinaba la tristeza… tristeza en la despedida de los parientes que quedaban en el planeta, tristeza durante el viaje y tristeza ahora que habían descubierto, finalmente, luego de dos meses estándar de búsqueda, un hermoso planeta habitable, con una atmósfera aceptable y sobre todo deshabitado y sin luna… El príncipe había insistido en ser él el que participara en la búsqueda, para estar lo más posible con su hermana y en ese momento junto a  la princesa contemplaban desolados la bajada de todos los enseres y materiales que dejarían en el planeta, junto con varias familias completas, entre las cuales estaban representados todos los oficios necesarios para que la pequeña colonia funcionase, desde médicos y maestros hasta mecánicos y soldados. Llevó casi un mes estándar que las instalaciones quedaran lo suficientemente apropiadas para que el príncipe les diera el visto bueno… allí dejaría a su hermana y no sabía si algún día volvería a verla. Fue triste la despedida…

LIKAUR
Conversaron mucho durante el viaje… Xentrinac le explicó a Likaur como había sido concebido, porqué lo habían desterrado y que era lo que buscaban… y finalmente encontraron. Un planeta deshabitado y sin luna. Allí descendieron, con todo lo que cualquier humano podría necesitar o los medios para lograr lo que necesitara. Le dejó en pie una sencilla aunque hermosa cabaña, un sintetizador de alimentos -aunque también le dejó abundantes instrucciones, semillas y herramientas para que pudiera cultivar la tierra- e instalaciones para que pudiera generar energía permanente y sin muchos problemas. Además la cabaña quedó instalada cerca de un caudaloso río, para que no tuviera nunca problemas de agua. Tuvo además la buena idea de dejarle todo tipo de libros, en distintos formatos, en papel, para ver en pantalla, para aprenderlos durante el sueño, muchos… de esa forma Xentrinac estaba convencido de que Likaur no solo sobreviviría sino que también sería feliz, quizás hasta más que el mismo… pensó que irónicamente lo más posible es que fuera más feliz que él.
La despedida fue simple, pero muy emotiva. Había nacido entre ellos una amistad, de esas que nacen con las desgracias compartidas, que estaban seguros que nunca se rompería. Likaur se quedó con todo un mundo para descubrir y toda una vida para vivir y Xentrinac se marchó a esperar la sentencia del Consejo de Ingeniería Mágica de Stapledon.

URIR
Era un hermoso mundo, algo salvaje, pero no tenía predadores muy peligrosos. Tanto Likaur como la corte de Hermenilda pensaron que, si bien habían sido castigados y desterrados, habían ido a dar a un lugar muy parecido al paraíso de la mitología, ese lugar que se les promete a todos los practicantes de cualquier religión como premio a su sumisión y buen comportamiento. Así se sentían… aunque había sido exactamente al revés, pues habían ido a dar a ese planeta porque sus crímenes no podían ser perdonados.

LIKAUR Y HERMENILDA
La granja de Likaur fue descubierta accidentalmente por un explorador de Hermenilda, a los seis meses estándar de la llegada de ésta al planeta. Siguiendo órdenes de la princesa se le pidió a Likaur comparecer ante ella, pues sentía verdadera curiosidad de cómo había llegado hasta allí, siendo un planeta en donde no tendría que haber más humanos que ella y su comitiva.
Cuando se vieron finalmente, quedaron perdidamente enamorados. Es que sin ser concientes de los que los unía, sus cuerpos percibían ese mismo destino, ese mismo sello, el olor de la bestia en ellos… Fue así que Likaur dejó su casa y cultivos a un matrimonio de los que habían venido con Hermenilda y se casó con la princesa… y mucho podría decir del reinado de Likaur y Hermenilda en ese planeta que llamaron Urir, El Mundo Sin Luna. Pero lo más importante para este relato quizás sea que unos años después fueron nuevamente descubiertos por una nave de la Federación, fueron reconocidos formalmente como reyes de Urir y comenzó un movimiento migratorio hacia el planeta que cambió sus vidas totalmente. Todos los que habían integrado la expedición inicial formaban ahora parte de la nobleza, con grandes extensiones de tierra, en donde los recién llegados habían descubierto riquezas minerales sin fin, además de vastas extensiones para cultivar especies comestibles… A todo esto, los reyes ya tenían cinco hermosos vástagos… mucha fortuna, prestigio… dueños de un mundo que hasta aparecía en los mapas estelares… Urir, El Planeta Sin Luna.

Era bella la vida en Urir para los dos reyes, pero estaba también cubierta con un velo de amargura y resentimiento… no se olvidaban de que habían sido desterrados de sus respectivos mundos natales, ni se olvidaban de que en el fondo de su ser, en lo profundo de sus personalidades, había algo que intentaba hablarles y que les resultaba imposible escuchar… y eran muchas las noches  que soñaban con planetas con lunas, soñaban con sangre y entrañas… ellos lloraban su triste destierro y anhelaban escapar de su trampa.

EL FINAL
Los años fueron pasando y los ingresos económicos de la real pareja eran tan importantes que llegaron a tener su propia flota de naves interplanetarias y pudieron salir de vacaciones a otros mundos. Eran una familia muy unida, Likaur, Hermenilda y sus hijos, nueve hermosos vástagos… Una vez por año estándar partían de viaje a distintos planetas, toda la familia y elegían siempre mundos con por lo menos una luna. Eran realmente vacaciones de liberación, de expansión espiritual, de comunión con lo más primitivo de su ser, con lo más animal, literalmente hablando.
Nunca llegaron a vincular las vacaciones de la familia real de Urir en determinados planetas con las numerosas muertes y desapariciones en zonas rurales que solían acontecer durante ese mismo período, ni siquiera cuando ya, Likaur y Hermenilda envejecidos, pero con más hijos e hijas y numerosos nietos formaban un inquietante –y hambriento- grupo familiar.
Si alguien pregunta qué catástrofe o fenómeno puede hacer desaparecer un pueblo entero en una sola noche, diré que solo una manada puede…
Una vez al año parten de vacaciones hacia cualquier parte… si tu mundo tiene luna y está habitado por humanos ten cuidado, puede ser que a la realeza de Urir se le ocurra visitarlo.
                                          
                                           FIN

miércoles, 30 de noviembre de 2011

COLONIZACIÓN

Sobre este cuento quizás hubiera sido interesante novelarlo, estuve tentado... si alguien lo desea puede hacerlo novela... yo estoy trabajando en tres proyectos de novelas que me tienen bastante entretenido y lamentablemente no estoy tan en contacto con el teclado como me gustaría -por temas laborales, sobre todo, les recuerdo que trabajo en el campo-. Esta idea es bastante trillada -¡como casi todo lo de SF!- pero creo que tiene algunas cosas interesantes. Espero les agrade.

Dedicado a Patty.

                                COLONIZACIÓN

Entre los azulados tonos de la playa y el océano una oscura silueta parecía romper la armonía.
-¡Allí está!- dijo el delgado adolescente para sí -¡Cómo siempre!- pensó, mientras se acercaba con evidente nerviosismo al anciano, que en la playa, de finísima arena de azules y brillantes reflejos e instalado en un cómodo dispositivo antigravedad observaba reclinado un paisaje que, para alguien nacido en la Vieja Tierra, como se le llamaba en los planetas colonizados, era más que grandioso… o increíble… Quinto y Ilirion, los dos soles del sistema, quedaban a plena vista sobre el horizonte, en donde se juntaba el celestísimo océano con los rojizos, naranjas y amarillos del cielo encendido. En ese cielo, en donde también asomaba el celeste blancuzco de una atmósfera,  los ocho planetas y planetoides del sistema visibles en esa conjunción, formaban un hermoso y accidentado collar de perlas de distintos tamaños, colores y luminosidades…
El anciano estaba tan concentrado en esa vista que no advirtió la presencia del joven, casi a su lado. Al joven le llamaba bastante la atención esa actitud, teniendo en cuenta el tiempo que el viejo hombre vivía allí… ¿Cuántos años ya? Cierto que contemplar  ese hermoso atardecer –único en todos los mundos conocidos-  era una buena razón para deslumbrarse, pero era común que el anciano quedara casi en éxtasis, en maravillosa contemplación, como si fuera la primera vez… como si fuera el primer día que tenía esa hermosa villa a su espalda, allí donde terminaba la arena y en donde había un ejército de sirvientes a su disposición, desde cocineros, mucamas, jardineros, secretarias personales, dos amantes, choferes, un mayordomo que organizaba toda la atención y el personal de seguridad…si, no se podía olvidar del armamento pesado desplegado y de todos los hombres armados a guerra que custodiaban constantemente la casa y al anciano allí donde iba…¿porqué?... se preguntaba…¿quién era que ameritaba tantos cuidados?
Finalmente lo llamó, suavemente -¡Abuelo!
El anciano giró su cabeza inmediatamente y el contacto con el paisaje, ese vínculo emocional que casi podía tocarse, se rompió…
-¿Cómo estás, nieto?  -le dijo sonriendo-Me sorprendiste…
-Hace un rato que te estoy observando…y disculpa, pero a mi también me sorprende que todavía te atraiga tanto este paisaje…
-¡Vamos, qué pregunta! ¿No te parece una vista increíble? Sería notable que no me sintiera capturado por ella, día a día, atardecer a atardecer… ¡Me encanta! –dijo entusiasmado-
-Sí, abuelo… pero…
-Puede ser que con el paso de los años no controle mis sentimientos hacia la belleza… ¡Pero no vas a negar que es una hermosa visión! –dijo, levantando apenas la voz.
-Sí, es muy bella, pero a veces pienso que ya tendrías que estar acostumbrado a ella…
-Cierto, mi querido nieto, pero lo que más me emociona no es solamente la vista, sino también otras cosas, cosas que guardo en la memoria y que en ocasiones como esta salen a mi conciencia... Para ser más claros, querido, lo grandioso de esta escena me hace pensar en como llegamos aquí, en el camino que recorrimos…
-¿Tú conoces toda la historia, no?
-¿La historia de cómo llegamos aquí?
-Claro… ¿participaste en ella?
El anciano lo miró un poco más detenidamente. -¿Qué te hace pensar en eso?- le preguntó
El jovencito esquivó por un minuto entero la mirada… la mantuvo clavada en la arena que despedía azules chispazos y finalmente se decidió a hablar, mirando a su abuelo a los ojos…
-Es que en una publicación de historia que me llegó hoy hacen mención a alguien que pues… se parece mucho a ti…
-¿En una publicación de historia? No creo… -El anciano sabía que todo rastro de él había sido oficialmente borrado, no podía estar en un libro-
-Es que es un libro, bueno, una publicación gráfica de circulación restringida, algo así como clandestino…
-¡Ja, Ja! ¿Clandestino? ¿Y hay alguna fotografía mía allí?
-No, no hay ninguna fotografía, pero describen bastante acertadamente la forma en la que vive esa persona, que se parece mucho a ti en sus descripciones… Además cuentan como fue que llegamos a colonizar todos los planetas en donde la Humanidad está ahora y cómo comenzó La Federación… Solo menciona a alguien muy parecido a ti, diciendo de él que fue uno de los fundadores de nuestra Federación Planetaria… dice también que se inició de forma tan bárbara y cruel que resulta  difícil de creer…
-Ay, muchacho, muchacho, tantas estupideces dijeron en ese entonces y dicen ahora… -el anciano se levantó, lo tomó de los hombros a su nieto y continuó hablándole- Pero tú no les creas… solo piensa que hace ochenta años todavía estábamos en un planeta moribundo y superpoblado, sin esperanzas de sobrevivencia, con los recursos naturales casi agotados, los mares casi muertos y ahora… -suspiró- el viejo planeta Tierra se ha recuperado, hemos colonizado veinte planetas y otras tantas lunas, hemos entrado en contacto con cuatro especies no-humanas y tenemos, sí, una Federación en funcionamiento, con más de medio centenar de mundos habitados asociados en una federación, por más que –seguramente los que escribieron eso que mencionaste, pura basura- quizás lo llamen Imperio. Tenemos un hermoso futuro por delante, tú y tus hijos lo tienen, a cada paso que damos conocemos más mundos, cada vez más civilizaciones, cada vez nos hacemos más fuertes, más poderosos…Controlamos el viaje por el hiperespacio, la antigravedad, la síntesis de alimentos, podemos alargar la vida hasta los 150 o 160 años –querido, yo ya tengo 120 y estoy en mi plenitud-, hemos controlado todas las enfermedades conocidas y tenemos grandes posibilidades de controlar las que todavía no conocemos y más aún, si bien hay disconformes e incluso terroristas y enemigos humanos que organizan revueltas y hablan de independencia en algún planetucho por ahí, ya no nos matamos entre nosotros como antes…
-Disculpa abuelo, quizás no como antes pero se siguen matando…  lo que leí dice que hay guerrillas e insurrecciones por todas partes… y mucha gente que se queja de los impuestos, de los precios que se le paga por su materia prima…de que no en todos los planetas se vive igual…de que en algunos lugares la vida es muy difícil… y de que estamos constantemente en guerra con otras especies, en todos los bordes de la Federación
-Siempre hay y habrá quienes no estén conformes… siempre…pero algo no me puedes negar tú ni quien, por lo que veo, escribió tantas cosas negativas… Estamos mucho mejor de lo que estábamos…Y es por que estábamos muy mal que se tomaron las medidas que había que tomar para corregir el rumbo que llevábamos…
-¿Entonces,  tú participaste en todo eso?
-¡No, no! ¡Nunca dije eso! Pero conocí bien como sucedió todo…Fui un renombrado historiador y me tocó documentar todo para la Federación.
-¿Pero por qué tu nombre no aparece en ningún documento histórico, ni en ningún texto de la Federación?
-Nieto, nieto, es porque mi trabajo fue y sigue siendo hasta ahora, muy confidencial… Fui –y aún lo soy, desde este lugar tan lejos de todo- un observador calificado e imparcial de cómo pasaron y pasan las cosas…pero no puedo aparecer en ningún texto…así que no hay fama ni gloria para mí aunque…obtuve alguna recompensa…-dijo, abriendo los brazos y mostrando la casa, el parque, uno de los tres ultramodernos jets que sus asistentes lustraban constantemente… los vehículos de tierra, las baterías antiaéreas…
-Abuelo, está bien, pero este planeta es el más exclusivo de todo y por más que alguno de mis amigos y amigas han dicho que ellos viven con más lujos que tú, ninguno tiene tanta seguridad ni tantos guardaespaldas y ninguno tiene tanto…poder…
-¿Por qué dices eso? ¿Cómo sabes que tengo poder? ¿He acaso dado muestras de poder?
-No, no, pero hay algo, la forma en que te tratan todos los que trabajan aquí…y la forma en que te tratan los guardaespaldas… eres el único que conozco que tiene auténticos soldados de la Federación como custodia, que más bien parecen comandos especiales…no sé…hay algo…
-¿Comandos especiales? ¿Mis guardaespaldas? ¡Querido, querido! ¡Quizás soy un prisionero! ¿No lo has pensado? –le dijo, tomándolo suavemente de los hombros- Estás exagerando e imaginando cosas…Muéstrame el lugar donde están divulgando esa información, por favor, para que no difunda más barbaridades y te aseguro que lo que dice son solo mentiras, solo alucinados disparates para desacreditar a nuestro gobierno…mírame… ¿tú me crees capaz de hacer algo cuestionable?
-No abuelo, no, sé que no…
-Entonces ya está… Con eso me alcanza… ¿Cuándo te marchas con tus padres?
-En quince días estándar… si me permites quedarme después de esto…
-Querido, claro que sí… Es más, me parece bien que me hayas expresado tus dudas…Ven, muéstrame el sitio de esa maldita red donde viste esas barbaridades y luego vayamos a cenar… Ven… Y ya que tienes poco tiempo más para descansar aprovéchalo y deja de gastar tu atención  en disparates, por favor…
El muchacho le mostró en una pantalla el lugar de donde sus amigos le habían enviado la polémica información… Registrada la dirección se fueron a cenar…Y luego cada uno se dispuso a retirarse  a sus respectivos dormitorios a dormir.
Antes de hacerlo el muchacho preguntó – ¿No estás molesto conmigo, abuelo?
-No, ya te he dicho que no…
-¿Puedo llevarme a una de las chicas conmigo? No quiero dormir solo…
-Si, claro, las dos si quieres…yo al revés que tú tengo ganas de dormir sin compañía… Nos vemos mañana…

Al anciano le costó dormirse esa noche. De mañana, muy temprano, fue al cerebro electrónico y se contactó directamente con una de las agencias de inteligencia de la Federación más temidas, la suya precisamente, y luego de pasarles todos los datos que tenía de la publicación que le había llegado a su nieto dio precisas órdenes al respecto. No existía lugar alguno en el universo conocido en donde pudieran esconderse, no si los buscaba directamente su propia gente. Ellos eran los mejores, los más crueles, los más convencidos…Qué descaro, hacer llegar a su propia casa esa basura…
Luego caminó hacia la playa…allí, con su mente en blanco se ejercitó durante dos horas estándar –la hora de la Vieja Tierra- y luego de darse una rápida inmersión en las templadas aguas se dispuso a desayunar…mientras se secaba le habían dispuesto ya todo en una pequeña mesa. Se sentó y mientras se servía el café pensó preocupado... -¿Se habrá creído mi nieto lo de que era historiador? ¿Qué otra cosa podía decirle? La verdad no…eso no…porque pocas personas podrían entenderla… Mientras continuaba con su desayuno comenzó a traer a su memoria esos recuerdos…esa parte de la historia de la humanidad que muy pocos sabían completa…que muy pocos conocían en detalle…solo algunos líderes mundiales y unos pocos destacados científicos de la Vieja Tierra, no más de una treintena de personas en toda el planeta habían tenido acceso a toda la información y de ellas no creía que quedaran vivas más de diez, en todos los mundos conocidos… el resto de los que habían estado cerca de lo sucedido solo habían tenido acceso a parte de ella…solo algo…El era uno de los treinta iniciales… y le resultaba fácil recordar, como si hubiera sido ayer…


Pocas veces se había organizado en la Casa Blanca una reunión tan urgente y a la vez  tan secreta, importante… e inexistente… si, nunca quedaron registros de ella, tal era la naturaleza de la misma. A la hora convenida comenzaron a llegar los invitados, entre los cuales se encontraban los responsables de los principales poderes del estado. Entre ellos el regente unificado de todas las agencias secretas, los principales encargados de las tres armas y también había por lo menos una docena de extranjeros, de distintas etnias y países, entre los cuales se encontraban algunos primeros mandatarios… prometía ser una reunión interesante… Pronto entró el presidente seguido por tres asesores… Se veía que no estaba pasando por el mejor de sus días, se veía agotado y de haber estado en sus pantalones podríamos jurar que no solo lo parecía sino que estaba muy, pero muy cansado.
Se dirigió a un lugar un poco más elevado donde tomó asiento. Las cómodas sillas habían sido dispuestas en una especie de semicírculo, lo que le dio a al escenario una aire de informalidad que más que tranquilizarlos tensó el ambiente. Esto no era común, ni normal, para nada… Juntarse todos ellos, en este ámbito… Uno de los asesores fue hacia donde estaban cubiertas varias mesas con alimentos ligeros, café, té, refrescos e incluso un provisto bar y las colocó al centro, al alcance de todos… El mismo presidente fue el primero en servirse una taza de café y saborear un elaborado sándwich, rompiendo de esta forma el protocolo… sonrió y con un ademán abarcó las mesas…
-¡Por favor! ¡Sírvanse! ¡No podemos tener camareros hoy!
Todos se levantaron y prepararon sus bebidas preferidas… los menos comieron… Pocos minutos después todos estaban sentados, muchos de ellos con tazas y vasos en sus manos.
En este momento carraspeó…
-Estimados, les estoy muy agradecido por haber concurrido a esta reunión… disculpen la urgencia, la informalidad y el secreto pero luego que hayamos entrado en tema verán porque fue necesario…
El presidente continuó:
-Si bien hay  algunos de ustedes que vinieron en representación de sus primeros ministros, me consta que los enviaron no solo porque cuentan con su respaldo político incondicional sino también porque son lo mejor que tenían para resolver problemas… y hablo de cualquier problema que se nos presente. Se preguntarán porque tanto cuidado en preservar sus identidades, porqué protegerlos incluso de las actas secretas. Por una sencilla razón: el tema que tenemos que tratar es tan vital, tan importante y tan delicado que estoy obligado a esmerar las medidas de seguridad.
Saben que ha sido el sueño del hombre comunicarse con inteligencias extraterrestres… y lo hemos logrado…
-Se sintieron suspiros y hasta se vio el esbozo de una sonrisa, no demasiado entusiasta de todas maneras, más el presidente continuó- Aunque no ha sido lo que esperábamos… Durante mucho tiempo hemos estado recibiendo comunicaciones de no solo una, sino de varias culturas extraterrestres. Estos comunicados se han venido recibiendo durante años y durante años se ha venido trabajando en descifrarlos. Finalmente hemos logrado entender la casi totalidad de ellos. Sabemos en este momento que vienen de por lo menos cinco culturas no-humanas, desde distintas distancias, aunque desde una misma dirección del universo, procediendo de lugares cada vez más cercanos. Esa de por sí sería una noticia excelente, la mejor que podría recibir la humanidad… pero no lo es… Todos esos mensajes de una forma u otra, utilizando distintos sistemas de comunicación y en diferentes y raros lenguajes, nos dicen que huyamos, que si somos estructuras en base a carbono –que lo somos- estamos en el camino de una especie que, y uso una transcripción directa –y tomó un papel- “Los comerán, se alimentarán de vosotros… Adultos, crías, todos… ¡Huyan! ¡Huyan mientras puedan!”
Y así sucesivamente… los mensajes de todas las culturas son de ese tenor… los que se dirigen hacía aquí son muy, pero muy poderosos y sumamente agresivos, utilizarán todos los recursos del planeta que les plazca utilizar, incluyendo alimentarse de nosotros, nos esclavizarán, destruirán toda nuestra civilización… será el fin… y esto, estimados amigos, ya le ha sucedido a otras especies…
Había silencio en la habitación. Finalmente alguien dijo:
-¡Un desastre! ¿Qué podemos hacer? ¿Cómo podemos huir?
-¿Huir? ¡Tendríamos que enfrentarlos! –dijo otro.
-¡Si! ¡Luchar, eso tenemos que hacer! ¡Tenemos suficientes recursos militares entre todos para derrotarlos!- opinó un tercero.
El presidente, sentado,  escuchó la multitud de quejas y arengas hasta que se levantó nuevamente y pidió nuevamente silencio.
-Luchar es una opción, no la descartemos, pero tenemos importantes razones para pensar que las especies con las que se han enfrentado eran bastantes más poderosas que la nuestra y sin embargo los han derrotado, sistemáticamente… Podemos elegir pelear, sin duda, pero hay grandes probabilidades de que seremos derrotados…
-¡Podemos intentarlo igual!
-Podemos, claro, aunque tengo buenas noticias al respecto… buenas noticias que pueden cambiar nuestra historia para siempre…
-¿Una buena noticia en todo este desastre?
-Una buena noticia… junto a las advertencias y a los avisos nos han estado enviando además numerosos diagramas de armas, de naves y de otras máquinas y dispositivos que desarrollados nos permitirían no solo combatir a los invasores sino también solucionar problemas como el hambre, la polución planetaria, la falta de energía y nos permitirían viajar a las estrellas…
-¿Viajar a las estrellas?
-¿Cómo es posible esto?
El presidente contestó –Todavía se está examinando toda esta información, no hay nada definitivo, pero parece que entre todo lo que nos han enviado hay dispositivos que permiten, como decirlo, romper el espacio y viajar distancias enormes en forma casi instantánea…
-¿Está hablando de algo así como el hiperespacio?
-Algo así, claro –sonrió- quizás sospechado desde hace tiempo, pero ahora, con todo lo que nos ha llegado y nos está llegando podríamos acceder no solo al hiperespacio y todo lo que eso implica sino también a maneras más baratas de hacer naves espaciales. Hay planos de naves enormes… quizás enviados con la idea de que podían ayudarnos a huir…
-Quizás la mejor opción entonces  sea huir, pues ¿Como podemos pensar en derrotar a estos alienígenas carniceros si, como usted dijo, otros tecnológicamente más desarrollados no lo lograron, y con las mismas armas además…?
-Es que nosotros reuniremos las tecnologías de todas las especies que fueron atacadas… y por eso seremos un adversario de temer. Quizás con un tipo de armas no seríamos rivales, pero combinando las tecnologías militares de todos, incluyendo las nuestras, tendremos elevadas probabilidades de éxito…
Hubo discusiones en voz baja, algunas acaloradas… finalmente alguien preguntó…
-¿Y porqué, antes de luchar, armamos naves y nos marchamos de aquí, si es que podríamos hacerlas más baratas y rápidas y podemos solucionar la energía y la alimentación?
El presidente respondió –Es que hay un problema, no menor…
-¿Peor que el que venga hacia la Tierra una civilización que se alimentará de nosotros?
-Si, peor… y es que no tenemos tiempo ni de armar naves, ni de fabricar las armas, ni de casi nada…
Un silencio casi sólido envolvió a toda la sala.
-Ya sé que es terrible, pero los cálculos que hemos hecho es que en tres meses la flota invasora estará entrando al Sistema Solar y nosotros recién estamos terminando de descifrar algunos de sus manuales… tardaremos por lo menos un año en descifrar todo y luego, luego tenemos que fabricar las armas… no tenemos tiempo de nada…
Nuevo silencio.
El presidente continuó.
-Así es, estamos en un momento histórico y a la vez trágico… tenemos todos los conocimientos para conquistar las estrellas, para solucionar los mayores problemas de la humanidad y a la vez estamos a las puertas de nuestro fin como especie…
-Lo que nos falta es tiempo- dijo uno… pero la desazón se veía en todos los presentes. La impotencia y la tristeza habían descendido sobre la habitación… se podrían tocar, envolviéndolos a todos… la esperanza junto con la especie humana habían muerto.
Más el presidente nuevamente dijo:
-Aunque tenemos una opción… una opción para ganar tiempo, ese tiempo que necesitamos para salvar la especie…
Todos quedaron atentos… alguien dijo -¿Una opción? ¿Qué opción podemos tener?
El presidente carraspeó y dijo –Negociar-
-¿Negociar? ¿Cómo?
-Negociar, ofrecerles lo que ellos quieren voluntariamente, sin que destrocen nuestro planeta y mientras nosotros nos preparamos para combatirlos…
-Pero eso sería…
-Sería criminal darles lo que ellos quieren, que será… será…
-Carne…
-¿Está hablando, presidente, de ofrecerles carne, carne humana, a cambio de que nos dejen tranquilos?
-Estoy hablando- dijo éste- de ganar tiempo, solo de eso… ¿No es mejor hacerlo y controlarlo nosotros a que vengan ellos y lo hagan como se les plazca, con nuestros gobiernos destrozados, todos perseguidos, toda la civilización… terminada? Y no solo hablo de darles carne humana sino de darles todo lo que necesiten, a cambio de que nos dejen tranquilos en nuestro mundo…
-Si, quizás sí…- dijo uno….
-¡Piénsenlo!- dijo el presidente –No tenemos, lamentablemente muchas opciones…
-Y en el caso de aprobarse una medida de estas… ¿quién negociará con estos carniceros?
-Si- dijo otro- ¿Quién correrá el riesgo, quien tendrá el valor de ir a hablar con estos invasores?
-He aquí el hombre- dijo el presidente, señalando a quien había estado sentado a su derecha en toda la reunión… se paró, estatura mediana, cabello negro, no excesivamente corto, ojos duros y en ese momento inexpresivos, tez blanca…- Les presento a Francis Gómez…
-¿Es Francis Gómez?- dijo uno…
-¡Existe!- dijo otro…
-¿Es Francis “The Monster”? ¡Pensé que era un mito!
Hubo murmullos de toda la concurrencia. Incluso había algunos  aliados tradicionales que quedaron impactados por la noticia de que Francis existiera realmente y no fuera una leyenda.
Se decía que apenas en su adolescencia había ideado el plan que resultó en el derribo de las torres gemelas y en la posterior invasión y conquista de Afganistán, zona estratégica para su país. No se descartó su mano en la trampa tendida a Irak en Kuwait, que resultó en la Primera Guerra del Golfo y tampoco se descartó su posterior intervención en la torpe acusación contra el líder de Irak de ese momento  de poseer armas de destrucción masiva, acusación que terminó en el indudable beneficio de conquistar además esa nación tan cara a los intereses de EEUU, por más que de esta invasión no se obtuvieran totalmente los resultados esperados. De ahí en más cada vez que parecía haber una mente fría y espantosamente sin escrúpulos detrás de cualquier medida o situación los especialistas no dejaban de pensar que El Monstruo podía estar detrás, cosas como las revueltas populares en África y Medio Oriente, la frustrada invasión a Irán, las guerrillas por la independencia amazónica, luchas por agua y petróleo y todo suceso de dudoso origen e inspiración.
Obviamente la presencia de Francis no tranquilizó a ninguno de los concurrentes.
El presidente continuó:
-Si ustedes están de acuerdo, Francis irá en nuestra representación y negociará. Tenemos la posibilidad de comunicarnos con los invasores y tenemos disponible una nave que colocará a Francis en la trayectoria de la flota enemiga…
-Pero si logra llegar a un acuerdo… ¿Cómo haremos para cumplir con lo que nos pidan? ¡Es horroroso el pensar en llevar a la práctica tal cosa!
-¡Ni siquiera sabemos si es posible!
-¡Señores, señores, vamos a avanzar paso a paso, pero les aseguro que si hay alguien que puede hacer lo que sea necesario y de la forma necesaria, es nuestro embajador ante los invasores! ¡Tengo plena confianza en sus capacidades y espero que ustedes también la tengan!
Hubo algún comentario de aprobación pero a partir de allí la reunión se fue diluyendo. En forma paralela quedaron de acuerdo en ajustar, por un lado toda la maquinaria militar para el caso de una confrontación y prepararse eventualmente para la guerra de guerrillas… aprovisionando víveres, armas y municiones en lugares escondidos… y por otro intensificar la interpretación de los planos recibidos de los alienígenas y su puesta en práctica…había muchísimo para hacer en realidad, en cualquiera de los dos casos, acordaran o no con los invasores…

Cuando la enorme nave llegó al punto de encuentro Francis y su equipo la estaban esperando.
A medida que comenzaron las comunicaciones con los invasores, que se llamaban a sí mismo “Pueblo Erkhiano” se fue afianzando la confianza de éste y las esperanzas de lograr el éxito en una negociación, que de hecho ya estaba iniciada. Los erkhianos eran prácticos y momentáneamente parecían mostrarse más interesados en negociar que en invadir, sobre todo si se les daba lo que ellos pretendían. Solo faltaba encontrarse y comenzar a cerrar la negociación. No entraré en más detalles sobre el encuentro entre Francis y los erkhianos… basta decir que entró a la enorme nave de los invasores con un contenedor en donde había en suspensión humanos de todas las edades, sexos y etnias, para que los invasores los “examinaran”, aunque también llevaba otros animales, todo tipo de ellos en realidad, productos vegetales y también otros productos como maderas, algunos metales y muestras de nuestras artes, pintura, música… un auténtico embajador. Se retiró luego de cuatro largas horas a su nave, que se mantuvo allí por tres días más, pues hubo una media docena más de entrevistas con varios representantes de los erkhianos. Finalmente la negociación terminó y la pequeña nave regresó a la Tierra. El Francis que volvió a la Tierra parecía otra persona… había encanecido, tenía ojeras y sus ojos, que antes tenían, muy en el fondo, algo de vida, ahora eran dos pozos insondables y oscuros. Daba miedo y también pena. Pero todos sabían que era solo el comienzo.



La segunda reunión fue una semana después del retorno de Francis del encuentro con los invasores, aprovechando una gira que llevó al presidente a varias naciones de África, a China, India y a otros países asiáticos… allí se reunió con varios presidentes y les mostró el plan que Francis y su equipo habían diseñado. Todos los que escucharon el plan quedaron convencidos que el apodo de “The Monster” estaba bien puesto, pues en el plan se incluía la composición exacta de la carga humana de cada nave en sexo, raza y peso promedio de cada categoría basada en la edad… También de donde iban a sacarse los individuos para los viajes, dándole preferencia a los sitios de mayor densidad demográfica, y a los humanos de menor valor para la especie… no podían permitir que un maestro o un médico o cualquier trabajador especializado –como un carpintero, un constructor o un labrador-, por más deseos que tuvieran de viajar al espacio exterior subiera a una de esas naves… no lo iban a permitir… pero había una enorme cantidad de personas, subalimentadas, subempleadas o desempleadas, maleantes, con educación deficiente o sin educación y todo subproducto humano de la espantosa superpoblación y mal manejo del planeta que embarcarían en las naves, incluso si no lo deseaban…


El planeta entero se estremeció con la noticia de que en un laboratorio ultra-secreto de la Nasa se había descubierto la forma, no solo de viajar por el espacio a una velocidad mucho más rápida que la lumínica, tanto que era posible llegar en forma casi instantánea a cualquier lugar del Universo, sino que también habían hallado la forma de hacer meganaves que podían transportar hasta veinte millones de personas en cámaras especiales –de animación suspendida- para el viaje… era el principio del fin del hacinamiento y del hambre en todo el planeta pues sabían de la existencia cierta de por lo menos treinta planetas tipo tierra que podían fácilmente ser colonizados por el hombre. De forma espontánea, millones y millones de personas en todo el mundo saturaron todos los sistemas de entrada de comunicación tanto de la Nasa como de las distintas embajadas de EEUU en todo el mundo. Cuando se comunicó que se pedían voluntarios para la colonización y que se abrían oficinas de una Agencia de Colonización Espacial para recibir las solicitudes en casi todas las ciudades del mundo de más de diez mil habitantes… fueron decenas y decenas de millones los que fueron a tratar de escapar de la difícil vida en la Tierra. Pero la Agencia de Colonización Espacial fue clara… primero embarcarían todos los que estaban viviendo en condiciones infrahumanas… se les sometería a un tratamiento para mejorar su salud, para asegurarse que sobrevivirían al viaje y luego obtendrían los primeros lugares en las meganaves. Ya había más de veinte que se estaban construyendo, decía la agencia, y comenzarían a despegar una cada diez días a partir de los seis meses, desde distintos lugares del planeta…


Ese era el plan… descomprimir demográficamente las regiones críticas, haciendo “viajar” a los que eran menos útiles, a los que difícilmente fueran deseables en el futuro de la especie. Por eso, a pesar de lo monstruoso del mismo, todos los gobiernos involucrados apoyaron casi incondicionalmente la idea y la pusieron en práctica de forma urgente… es que era una buena oportunidad de no solo aliviar el peso terrible del hacinamiento y hambruna en países superpoblados sino también una inmejorable vía de sacarse de encima todos los elementos indeseables… que no quiere decir que fueran los malos… simplemente entre ellos podían estar opositores políticos y todos aquellos que por alguna razón hicieran mérito para enviarlos a las naves. Pero nadie objetaría la selección, pues la cooperación entre las grandes naciones tenía que ser tan estrecha, tan especial, que tenían que actuar más bien como un solo gobierno que como varios… y por esas pequeñeces no iban a correr el riesgo de discutir… ya lograr poner en funcionamiento toda la infraestructura necesaria para hacerle llegar a los erkhianos los cargamentos era un trabajo superlativo… Seleccionar los humanos, trasladarlos hacia los lugares donde se les daría atención médica y se les alimentaría aceleradamente para ponerlos en buena condición física, luego trasladarlos al espacio donde esperaban las enormes naves que supuestamente los llevarían a los planetas a colonizar. Estas naves los trasladaban a un lugar fuera del sistema solar donde las naves invasoras esperaban y traspasaban su carga… luego, ya vaciadas, retornaban a la Tierra y serían nuevamente cargadas… En total se construirían unas diez naves –con ayuda tecnológica erkhiana- que harían sucesivos viajes hacia donde estaban sus naves, aunque en el espacio próximo, en los grandes astilleros espaciales, siempre tendría que existir la actividad suficiente como para cubrir las apariencias. Era un megaplan, al que se conoció como “Colonización”, que requirió una ingeniería humana nunca vista hasta ese momento… y por primera vez todos trabajando juntos en pos de algo… Fue creada una Agencia de Colonización Espacial, que tenía potestades casi absolutas en todo el planeta y estaba integrada por todos los países participantes, aunque a la vez había agencias secretas que controlaban todo lo que estuviera relacionado con el proyecto… los humanos demasiado curiosos eran rápidamente eliminados, periodistas, estadistas, astrónomos profesionales y aficionados que detectaron algunas irregularidades en los movimientos de las naves y en general humanos contrarios al proyecto, todos desaparecían misteriosamente y seguramente había un lugar para ellos en alguna de las naves… ya no era necesario matarlos aquí en la Tierra.

“Colonización” comenzó a funcionar. Eran tan grandes los esfuerzos que se realizaban y tan estrechos los lazos entre los gobiernos involucrados que hubo cambios a nivel planetario… todos los gobiernos se hicieron más fuertes, sobre todo ante las grandes transnacionales y cuando había alguna crisis obtenían el apoyo de los otros gobiernos… finalmente se estaba cerrando filas en algo que era más vital que el dinero, la propia supervivencia de la especie. Decenas y decenas, centenas y centenas de millones de humanos de todas las razas, edades y sexos fueron embarcados hacia el espacio. Hubo países que bajaron su población en un diez, un veinte y hasta en un treinta por ciento. Los sistemas de identificación y calificación de personas habían avanzado a un estado que se superaba día a día… A la vez, se trabajaba febrilmente en el desarrollo de las tecnologías recibidas por las culturas extraterrestres que habían sido invadidas con anterioridad. Y llegó un momento en que se comenzó a fabricar ese armamento y a la vez se comenzaron a desarrollar los métodos para sintetizar todo lo necesario para la alimentación humana, para purificar el aire y el agua, para sustituir con potentes y limpios propulsores todo los motores que se utilizaban en la Tierra. Las naves voladoras se hicieron casi igual de accesibles que los los vehículos que rodaban y comenzaron a reemplazarlos… Con todo esto se fue haciendo más fácil llenar las meganaves… y a medidas que estas iban partiendo el espacio humano dejado eventualmente era llenado por autómatas, cuya fabricación también se había transformado en algo barato y serial…

Esta vez la reunión no era tan secreta… ya no era necesario y cualquiera diría que había optimismo en los presentes… Luego de saludar, el presidente de los EEUU anunció que Francis tenía un estado de situación para presentarles… “The Monster” estaba  tras una mesa en donde se desplegaban varios diagramas digitales… comenzó a hablar…
-Verán, señores, pedimos esta reunión porque creo que se está en una etapa clave en este proyecto… Ya han “viajado” algo más de dos mil millones de personas, por lo que podríamos decir que los apuros demográficos que teníamos ya están solucionados… además gracias a las nuevas tecnologías tenemos ya alimentos abundantes, agua de calidad, una atmósfera más limpia, mejores y más limpias fuentes de energía y por si fuera poco estas tecnologías nos han permitido desarrollar autómatas de todo tipo para cubrir gran parte de las tareas que el hombre desempeñaba hasta ahora… incluso tenemos ejércitos de autómatas prontos para el combate. El planeta, señores, está comenzando a respirar de nuevo… Vuestros gobiernos se han fortalecido, es más, se logró el cogobierno del planeta en los grandes temas de la humanidad… Esto es como estamos ahora… Pero los convoqué para decirles que en un mes estaremos en condiciones de combatir y casi seguro que derrotar a los erkhianos…, por lo menos en este sector del universo. Hemos desarrollado todas las tecnologías de guerra que nos enviaron sus anteriores víctimas y nuestro poder, señores, es –y se rió- hermoso…
-¿En un mes estaremos preparados?-preguntó uno
-En un mes…- dijo Francis- Aunque tengo que decir al respecto, una visión personal quizás… sugeriría seguir por este camino un tiempo más y afianzar su poder político dentro del planeta, sanearlo y prepararse mejor para la guerra y además para todo lo que vendrá…
-¿Para todo lo que vendrá?
-¡La conquista del espacio! ¡La búsqueda de mundos para habitar! ¡La verdadera colonización! ¡Y la guerra! La guerra con los erkhianos comenzará cuando los ataquemos… luego tenemos que continuar hasta vencerlos…
-¿Tenemos que hacerlo?
-¡Claro que tenemos que hacerlo! –exclamó Francis- ¡Necesariamente!
-¡Usted que parecía tan práctico resultó ser un soñador!- le dijo alguien.
-No, señor, no, lamentablemente no soy un soñador, soy muy práctico… luego de hacer todo lo que hicimos tenemos que seguir adelante, necesariamente, y las estrellas son nuestro destino!
Intervino otro -¿Pero es necesario seguir sacrificando humanos a esos monstruos si podemos terminar ya con esto? Ya estamos tocando desde hace meses recursos humanos que necesitamos para nuestras economías…
-Señor… –le contestó Francis- La solución está entre nosotros… utilice las nuevas tecnologías y verá que no tendrá dificultades con la mano de obra… solo preserve y enriquezca todo el capital humano que nos servirá en la colonización… eso es lo importante… educar, formar, fortalecer… a los que partirán a las estrellas y a todos los que vamos a dejar en el planeta cuando nos vayamos… el resto… el resto puede seguir el destino de la antigua “Colonización”…
-¡Usted no tiene escrúpulos, ni moral, ni… nada!
-¿Y usted? ¡Ja,Ja! ¡Aprovechen este tiempo, consoliden su poder, pónganle el pie encima definitivamente a las grandes compañías que no ven por la humanidad sino por sus acciones en las bolsas, destrúyanlas si hay que destruirlas, háganse fuertes…! ¡Prepárense para las estrellas señores! ¡Están ahí, al alcance de nuestra mano!

Quince meses después de esta reunión, las naves erkhianas estacionadas fuera del sistema solar que esperaban sus cargas fueron destruidas y comenzó la guerra, que duraría por muchos años… Pasó bastante tiempo para que los humanos ,que ya se llamaban Federación, que habían conocido varias especies alienígenas, que ya habían colonizado numerosos planetas y que habían establecido rutas de comercio e intercambio entre todos estos mundos, tomaran Erkh, el planeta original erkhiano. Pero las guerras continuaron, con los sobrevivientes erkhianos y con otras especies… había guerrillas constantes, surgieron alianzas enemigas, algunas muy poderosas, como La Liga Azul, por ejemplo… sin contar las rebeliones y revueltas ocasionadas por los propios humanos en los planetas ya colonizados… nunca hubo verdadera paz en el camino de la humanidad…
-¡Eso es lo que con el paso de los años me hace sentir cada vez más triste y deprimido! –se dijo el anciano- Todo lo que hice lo hice convencido de que había un fin, un objetivo… en todo caso defender a mi nación primero y luego a toda la especie humana… pero al final de todo esto había llegado a soñar con un futuro mejor, en donde no hubiera guerras ni hambre, ni rebeliones, ni muertes inútiles, ni atentados, ni comandos de todo tipo buscándome por todo el universo para cobrarse vaya a saber que deudas pasadas o futuras… y nada podía hacer ahora, el ya no era más que un espectador en todo esto, ya no tenía más energías que para seguir asesinando seres –humanos y no humanos- con su prestigiosa y despiadada agencia… ya no tenía más elección que seguir por ese camino… ¡Ay, los humanos!- se dijo- ¡Que especie maldita! Recordaba en su juventud, cuando había leído sobre quienes soñaban con el despertar de la conciencia humana, con la armonía de todos los seres, con un nivel superior de conocimiento, con el futuro esplendoroso de la especie… ¡Estupideces! ¡Sueños! ¡Utopías! Ahora, con todo para poder vivir sin guerras, con todo disponible para poder alimentar a toda la humanidad, con la tecnología para vivir y prosperar sin pasar hambre ni carestías, era casi peor que antes… ¡Era peor ahora que antes! Era en la actualidad cuando más guerras había, cuando más difundido estaba el mal de la disconformidad y todo esto no parecía tener fin… no creía que fuera a detenerse, por lo menos no por los próximos cien o doscientos años… Esa era la parte de la historia que no le gustaba…¡Qué camino de muerte! ¡Qué rastros de pena, lágrimas, injusticias y sangre! El, siendo el monstruo que era –pues lo reconocía- también había soñado con un final feliz…


Ya estaba bien entrada la mañana cuando el anciano percibió que había alguien a su lado… su nieto lo miraba intensamente…
-Otra vez te has quedado totalmente perdido en el paisaje…
-Otra vez, si… -dijo sonriendo… sonriendo sin ganas…sentía sobre su espalda una historia de muertes, de guerras, de asesinatos en masa... -¿Cómo pasaste la noche? ¡Has dormido hasta tarde!
-¡Si, fue excelente! ¡Las chicas son maravillosas!
Esta es nuestra historia, no hemos podido todavía deshacernos del legado de muerte que nos rodea como especie… muchos pensábamos que con el avance tecnológico terminaría… pero no, ha sido peor, mejores armas, más intereses para defender, más recursos por los que luchar, más amenazas visibles o potenciales… ¡Esto es de nunca acabar! –¡Me alegro que te hayan gustado las chicas! ¿Ya desayunaste?
-No, no todavía… estuve intentando conectarme con los amigos que me pasaron la información que hablaba de ti… no me contestan… quizás pasó algo en su mundo…
-¡Ah! Si, puede ser que hayan tenido algún inconveniente, algún fallo en las comunicaciones, nunca se sabe… ¿En qué planeta están?
-No puedo decírtelo, abuelo, pues quizás se lo comuniques a las autoridades y ellos, bueno, los encarcelen… no quiero eso, son mis amigos… además lo único que hacen es difundir la información, ni siquiera creo que estén de acuerdo con ella…
Francis suspiró, mientras pensaba que a esa hora seguramente todos esos amigos de su nieto estarían o  muertos o interrogados hasta las últimas consecuencias y sus agentes estarían buscando hasta en las más escondidos valles de todas las colonias los que habían “inventado” esa información…
-Está bien, querido, ven siéntate que te traerán el desayuno aquí… yo podría tomar una taza más de café… y no te preocupes por tus amigos, seguramente estarán bien…
Largo camino de muerte para nuestra especie, pensó Francis, “The Monster”, y aunque estemos cansados hay que seguirlo, no hay marcha atrás… Y le sucedía con la vejez –tendría que ser por eso- que  a veces, solo a veces, como ahora, le daban ganas de echarse a llorar… si supiera cómo.
                                FIN        

sábado, 7 de mayo de 2011

SEGISMUNDA

Este cuento fue inicialmente publicado en una antología en el año 1990. Como quería aquí incluirlo le hice algunos pequeños cambios, casi imperceptibles. Se lo quiero dedicar a Ceci, quien no cree en la ciencia ficción y menos en el tecno fantasy.

SEGISMUNDA

Aunque hace bastante que los asuntos de los hombres cesaron de importunarme, por mucho tiempo me pregunté si existiría alguno de ellos interesado en escuchar mi historia. Resolví finalmente darla a conocer, pues siempre hay alguien capaz de sacar moraleja de cualquier episodio o serie de ellos, por extraños que parezcan. A manera de introducción aclaro que este es un clasiconotanclasiconadaquever cuento de hadas, donde interviene un humano, un gallo, algunos duendes, mi reloj pulsera, una caja, un almanaque, una mesa mágica y obviamente…un hada.

Cuesta mucho recurrir a una memoria cada vez más escasa, más difusa, más lejana… algo recuerdo…
Ese día el gallo sonó a las cuatro de la mañana. No era sorprendente pues + - 10 minutos siempre sonaba a esa hora. Era un buen gallo. Parecía un buen día. El almanaque indicaba que sería soleado, con una máxima de 31 grados 4 décimas y una mínima de 17 grados con 8 décimas. Aclaraba que vería 23 nubes y... bueno, la cantidad de nubes que vería ese día no era lo más importante… lo más importante de ese día era que me harían un obsequio.
Luego sucedió algo que me disgusta recordar: el gallo se descompuso. Sonaba cada quince minutos -algo que de ninguna forma podía permitir-por lo que tomé la resortera y le asesté un contundente disuasivo. Pérdida de conocimiento -manifestación quizás de hemorragia interna-, shock… El gallo se murió. Mi reloj pulsera me lo recriminó ásperamente… pero le expliqué que mi puntería es pésima y que jamás pensé que iba a hacer blanco…
¿Se dan cuenta? El día, que prometía ser estupendo ya no presagiaba nada bueno, ya sin gallo, con las manecillas de mi reloj girando pero con desgano, llenas de enojo…para ese entonces no estaba tan seguro de que esa jornada fuera la indicada para que me llegara el esperado regalo. Además hacía ya unos días que estaba en conflicto con los tiempos circundantes… comenzamos disgustándonos levemente, por una nimiedad, como la mayoría de los conflictos, pero luego fue levantando temperatura, el ambiente se fue caldeando y finalmente terminamos duramente enfrentados. Temía que ellos no dejaran pasar mi regalo, pues son obcecados, tercos y cuando están de malas, intratables…
Finalmente fabriqué una pequeña distracción para que en el instante en que llegara mi obsequio, los tiempos circundantes estuvieran con su atención en otro lugar. Y tuve éxito, pues este llegó sin contratiempos a mi covacha-laboratorio. Una caja. Cuando la abrí saltó una tarjeta en la que decía simplemente: No se lava ni se plancha. Mesa de fabricar maravillas. Definición infinita de límites mágicos que no existen. Carcajadas de bruma cuando al amanecer asomo mi nariz al mar. Insólita irrupción de la no-realidad en el ahora. Decía muchas cosas más esa tarjeta pero… ¿En realidad fabricaría maravillas?
La coloqué en el centro de mi sala de estar y la activé, no sin cierto recelo pues no parecía una mueble muy fuera de lo común, excepto la placa que la cubría, su cabeza, la superficie que serviría para apoyar cosas si fuera una mesa común y corriente y que onduló levemente cuando presioné el on.
Luego de las presentaciones de rigor le pregunté a Segismunda –pues así se llama la mesa mágica, aunque para los íntimos es "Segi"- en que podría complacerme. Pronto averigué que sus posibilidades eran espeluznantes. No tenía límites. Mientras escuchaba sus posibilidades pensé que algo así no tendría que existir… eran demasiadas puertas a los deseos, demasiadas posibilidades, demasiados “Sí, claro” para otros tantos deseos…
Siempre soñé con poseer cosas que muchos ni siquiera se atrevieron a imaginar y mis estudios han revelado mundos jamás explorados y que asoman a veces alguna arista aquí o allá, sorprendiéndonos con sus rarezas. Pero no soy un fenómeno… simplemente le pedí -dando por supuesto su buen gusto- un nuevo mobiliario para mi Covacha-Laboratorio.
Allí empezó realmente la aventura, pues de pronto me encontré viviendo en un lugar estupendo, lleno de objetos -o seres- de todos los tiempos, de muchas realidades y de distintos lugares.
Luego de apreciar los resultados obtenidos por Segi, planeé pedirle me resolviera un problema que me preocupaba desde hacia largo tiempo: la soledad. ¿De que sirve una Covalab preciosa, producto de la más alta tecnología, si estaba solo? Cuando era pequeñito tuve un hermoso licántropo de compañero de juegos.Era un tanto arriesgado jugar con él pues aunque éramos de la misma edad me cuadruplicaba en tamaño -crecen muy rápidamente-. Pero a pesar de esa diferencia y de que a veces llevaba algún soberano golpe nos divertíamos mucho, hasta que cierta vez y a pesar de mis advertencias se comió un gnomo venenoso, lo que le causó la muerte… y quedé nuevamente solo.
Segi, recibidas mis instrucciones, comenzó a desfilar ante mí posibles amigos, seres que pudieran entretenerme, con quienes poder discutir las ventajas y las inconveniencias de ser un tipo huraño. La más variada gama de humanos, seudo-humanos y otros entes -algunos indescriptibles- pasaban ante mis esperanzados ojos. Cabe agregar que fui yo mismo quien suspendió la procesión, pues estaba cansado y deseaba meditar más profundamente mis propósitos.
Fué entonces que caminando por el bosque concentrado en mis pensamientos, sin dar demasiada importancia a la algarabía de sus alados moradores, ni a los aletazos de luz que al compás del viento me manchaban, fui sobresaltado por algo que cayó apenas delante de mis pies. Agradecí a la Providencia que tal artefacto no me hubiera aplastado la cabeza y a continuación tomé lo que parecía ser un álbum de retratos. Nunca había siquiera imaginado que existiera tal cosa  -aunque sin duda existía, pues no era una alucinación lo que tenía entre mis manos -. Hojas y hojas de hermosos pergaminos cubiertos con retratos de las entidades voladoras del bosque ­¡Qué notable! Visto que nadie venía a reclamarme el volumen y como estaba ansioso de contemplarlo, me senté en el lugar menos húmedo que pude encontrar  y comencé a examinarle inmediatamente. Las hadas son hermosas y siempre me habían agradado su fragilidad, su pureza, su grácil simpatía. Una página al óleo confeccionada con gran pericia, me sacudió las entrañas. Era Ella. Corrí hacia mi Covalab a mostrarle mi hallazgo a Segi, pues finalmente ahora tenía un pedido que parecía valer la pena.
-¡Quiero a Nindarunii!- le dije, al tiempo que mostraba la imagen. No respondió en absoluto, pero adiviné una pronta noticia. A los pocos minutos una voz tembló dentro de mi cabeza: "Ya la he traído, apúrate pues desea irse".
-¡Eso sí que no!-pensé y fui a su encuentro.
El ser de la ilustración nada tenía que ver con el original. Este era limpio, fresco, esbozaba una sonrisa -me refiero al dibujo-. El que tenía ante mí estaba desgreñado, sus cabellos sucios, llenos de hojas y ramitas. Todo su cuerpo -incluyendo el rostro- era un mapa polvoriento con salpicones de barro por doquier. Lo único agradable a la vista era un collar de flores silvestres que daba tres vueltas a su cuello.
Enojado -me sentía burlado- aunque no tanto como ella, pregunté -¿Tú eres ésta?
Afinó su mirada, escupió a mis pies, con gran delicadeza debo aclarar y respondió: -¿Quién más podría ser? ¡Zapallo con patas!
 Le contesté rápidamente –Chica, no malgastes tus insultos, pues tendrás oportunidad de usarlos todos y quizás más -y dije a la mesa- ¡Quiero algo como esto, no como eso!- señalando el  álbum y a continuación a Ella- ¡Así que a la ducha! ¡Déjala reluciente como una moneda de oro recién acuñada!
-¡Cerdo apestoso!¡Excremento de rana!¡Trolón empedernido!¡La pagarás!
Su hermosa voz se perdió en los pasillos de mi Covacha-Laboratorio.
Estaba impresionado. Jamás pensé que las dóciles y afables hadas resultaran -o por lo menos ésta resultara- criaturas tan salvajes.
Cuando la ví nuevamente era casi la damisela del retrato. La diferencia con la Nindarunii del libro era que seguía insultándome al parecer sin ningún cargo de conciencia -quizás ni siquiera tenga conciencia-. Cuando al fin detuvo su lengua, le dije -¡Hola!- con la mejor de mis sonrisas. Ella simplemente replicó -¡Estúpido!-
-Me encanta la forma en que me insultas ¿Puedo saber por qué estabas tan, bueno, tan cubierta de hojas, ramas y polvo? ¿Es que no existe el jabón en tu mágico país?
-¡Pero que idiota! ¿Por qué siempre me tocan los tarados?
-¿Es que has conocido a alguien como yo?
- Claro, listín, tuve un sapo como mascota y era casi, casi, tan estúpido como tú…bueno, tenía la ventaja de que no hablaba.
-¿No se agotó todavía tu recetario de blasfemias, chica bonita?
-¡Si tuviera en mis manos un guijarro te vaciaría un ojo,  pinche putito hablador! -Recordé al gallo y le dije -No es justo que estés tan enojada conmigo, no te he hecho mal alguno-
-¡Interrumpiste un ceremonial, pajero genético!-
­¡Ja!¡No me digas?¿El ceremonial de La Gran Mugre?-
-¿Es que no entiendes lo que es una ceremonia? O peor todavía…¿crees que todas nosotras lucimos como nos ves en ese libro todo el tiempo? ¡Dime por favor si es así porque me parece algo difícil de creer! ¿O estoy equivocada?
-Esteeee,bueno… Cambiemos de tema…¿Por qué eres tan violenta? Te imaginaba distinta, dulce, comprensiva, en cambio ni siquiera pareces algo femenino, tu vocabulario deja mucho que desear... aunque convengamos que a pesar de todo eres muy hermosa ¿Sabes?
-No te creo- contestó, mientras movía sus alitas multicolores.
-Te quiero- agregué intrigado por ese movimiento nervioso.
-No me agrada que me mientan- dijo ella.
-¿Te mentí alguna vez?-
-¡Me tienes prisionera, libérame!
-¡Imposible!¡Sin ti no valgo nada!
-¡Maldito humano!¡Todos son iguales, egoístas y dañinos!
-¿Sabes? ¡Eres peor que mi ex-suegra!- agrio insulto reservado a seres inaguantables-. Palideció y calló, por suerte.
A pesar de que nunca me habían insultado tanto en tan breve lapso, estoy enamorado. Hay algo en ella que... ¡no sé! ¡Si me correspondiera! Quizás si le hago algunos regalos ... ­podría darle agradables sorpresas
-¿Qué cosas te gustaría recibir? -le pregunté.
-¡Mi libertad!¡Tus brazos cortados a la altura de los codos, tu cuero cabelludo y benefíciame con tu testamento, nada más! -terminó sonriendo por primera vez desde que la conocía.
-¡Eres encantadora! ¡Cuando sonríes el resplandor de las H se averguenza! -logré que se sonrojara un poquito- Por otra de tus sonrisas conseguiría para ti un castillo en Zeus-Júpiter y por mi amor correspondido ...
-¡Porqué no te mueres! ¡Ya!- cortó así uno de mis más emocionantes discursos -me emociono mucho con ellos- y una pequeñísima lágrima rodó por mi mejilla ¡Ella la vio!
-¡Tan grande y llorando!¡Me das lástima!
-¿Solo eso? –respondí esperanzado.
-Solamente- y dio vuelta la cara.
Así terminó otro round. Estas conversaciones, intercambios de grisultos   -insultos a voz en cuello- todo condimentado con mis románticas florecillas, estaban terminando con mi ya de antemano escasa salud mental. Sin embargo, la quería cada día más.
Retazos de noche. Cielo plomizo escurrido de mi mesa de fabricar maravillas, canto de cardenal, escarceos amorosos de venados bajo su mirada, claro de bosque sombrío a veces golpeado por aguas de luna. Ella es eso y mucho más.
Ritos de iniciación solar, claveles y rosas envueltas en tela de rocío, intrincado cruce de rutas que van para aquí o para allá  o a ningún lado, labios extraños y fascinantes, beso tierno y volátil. Eso y mucho más. Y poco a poco la iba convenciendo
-Escucha, no ronco mientras duermo y cocino bastante bien, ¿qué más puedes pedir?
-¡Suéltame! ¡Prisionera me marchitaré, caerán mis pétalos, mis hojas se pondrán grises y se arrugará mi tallo! ¡Déjame ir!
- Ya te he dicho que no puedes marcharte. Tú necesitas la libertad, yo te necesito a ti.
-Entonces ven conmigo, prefiero eso a morir aquí encerrada y soportándote de todos modos.
-¿Aceptarías llevarme contigo?- La miré boquiabierto pues no podía creerlo.
-¡Pero no lo haré por tu linda cara, ultra lento! ¿Es que no entiendes, so estúpido? Si sigo aquí moriré dentro de poco tiempo-
- Está  bien, está  bien - He aquí una oportunidad que no debía desperdiciar, lo importante era estar con ella, todo lo demás era secundario.
Así que otra vez necesito de la mesa mágica. Algunos creen que es el mensaje último de alguna civilización ya extinguida, otros que es un conjuro liberado que recitó a su vez ciertas fórmulas, otros afirman que no existe ya que solo es ilusión y yo opino que es una mesa que fabrica maravillas y con eso me basta.
Entre nosotros, la chusma dice que fué engendrada en coitos aborrecibles entre un ciberdragón y un duendecillo homosexual ¡Pero son burradas!
Aunque Segi no es excesivamente romántica, pareció entender la situación.
En Segismunda tenía la única oportunidad de estar con Ella y viva. Luego de un cierto ceremonial, que incluyó verificar mi grupo sanguíneo y un sondeo de mi estado sanitario, me ordenó colocarme junto a ella y posar mis manos sobre su superficie de plata -lago de los que parece imposible- y sentí que poco a poco  iba perdiendo la pesadez de mis miembros, mis huesos se hacían más livianos, mi cuerpo más pequeño y lentamente, muy lentamente, las alas comenzaron a crecer en mi espalda.

Cuando casualmente miré mi entrepierna -en el espejo del comedor- observé que algo faltaba. Alarmado reclamé a la mesa mágica por tal catastrófico olvido.
 -Lamento que lo hayas advertido tarde -respondió- pero es que los seres voladores del bosque son invariablemente femeninos
-¿Pero ahora que hago?-pregunté exasperado.
-¿Estás con ella, no?
-Pues. . .

                                                               FIN

P.D.: Hoy día, aunque nos critican mucho, somos un par de alegres lesbianas.