¡Aquí
es! –se dijo Seseneke. Las difusas radiaciones del lugar, las singulares
sensaciones, amenazantes, agobiantes, podrían quizás haber intimidado a otros…
pero no a él. Sin estar familiarizado con esos lugares, el asunto que lo traía
allí era lo suficientemente importante como para ignorar las advertencias, esas
advertencias que le decían: “No entres aquí, puede ser peligroso”.
El
anuncio sobre la puerta decía simplemente “Tragos Divertidos”. Al aproximarse,
su desconfianza fue aumentando… no había portero aunque se suponía que todos
los negocios, aún los menos respetables, tenían un portero. ¿Este no? Ya
dentro, las sensaciones no cambiaron para nada, pero no había más distracción
que la barra, alta y vaporosa, que resaltaba en el lugar. Las penumbras le
parecían conveniente de todas maneras… lo que quería era pasar inadvertido y el
venir a este lugar era parte importante de su plan. Lo primero era no ser
reconocido. Lo segundo, encontrarse con el que estaba sentado en la barra. Lo
tercero… -Lunas Rotas- dijo, a modo de contraseña, –El Mecánico las arreglará-
le contestaron.
De
eso a estar frente a jarras de algún brebaje certificado, transcurrió poco
tiempo.
-¿Qué
le parece esta bebida?- le preguntó su interlocutor –Es recuerdo de mis días de
Las Segundas Guerras Celestiales…
-Es
algo más fuerte de lo que acostumbro… ¿Fue soldado?
-Lo
soy todavía, pero ya retirado-
-¿Y
sabe cuál es mi problema?
-Algo
me han dicho… Ustedes venden kits planetarios…
-Vendemos
kits… con simios… o monitos como le llaman algunos.
-Pero…
-Pero
estamos siendo arrasados por los vendedores de kits con lagartitos, –dijo
despectivamente- reptiles, debí decir…
-¿Los
kits de reptiles son mejores?
-En
muchos aspectos puede decirse que sí. Sus sociedades son más ordenadas, son más
respetuosos con el planeta y desconocen la violencia… todo eso hace que sus
civilizaciones sean mucho más duraderas…
-¿Más
duraderas que las de los simios?
-Si,
bastante más…mucho más… ¿Supongo que sabe cómo funciona este negocio, no? Usted
compra un planeta, ya transformado obviamente, preparado para la vida… y luego
compra un kit… un kit que viene con una gran cantidad de elementos que permiten
el crecimiento y desarrollo de todas las formas de vida necesarias para ese
mundo.
-Con
una especie inteligente…
-Exactamente…
para hacer el juego más interesante el kit trae una especie inteligente, una
especie que es más inteligente que todas las otras, que es en definitiva la que
le dará interés a todo. Esa especie desarrollará una civilización y los
reptiles, como ya dije, tienen una forma de desarrollarse que los hace más
atractivos que, bueno, las civilizaciones que surgen de nuestros kits, aunque
debo agregar que son más costosos y también más aburridos.
-¿Son
más costosos y aburridos?
-Si…
nuestros kits son más baratos y para nada aburridos… al interactuar más sobre
el planeta, provocan reacciones más entretenidas, más activas y más dinámicas
por lo que son mejores para combatir el aburrimiento… el inconveniente es que
también son más agresivos con la biosfera del planeta, tienen más tendencia al
desorden y a la violencia y atienden más lo individual que lo colectivo, lo que
hace que sus civilizaciones duren bastante menos que la de los reptiles… algo
así como veinte veces menos…
-¿Tanta
diferencia?
-Si…
y todo eso los lleva a pensar que los lagartitos dan lecciones más útiles a
nuestros pequeños…
-Así
que ese es su problema…
-Mi
problema es que las ventas han bajado considerablemente y nuestros socios están
muy molestos…
-Pero
se trata solamente de juegos ¿No? ¿Por qué le dan tanta importancia?
-Es
un juego, pero un juego que enseña, según dicen… y si bien los monitos son más
entretenidos, los lagartitos dan lecciones más instructivas.
-Así
que quiere, pues, romper esa tendencia…
-Si,
tenemos que comenzar a luchar porque no podemos permitir que las ventas bajen
más. Me dijeron que usted puede tener una solución…
-En
algún momento se mencionó algo así como desacreditarlos…
-¡Si,
algo que sea inevitable, algo que haga perder la confianza que tienen en sus
productos!
-Tengo
algo, pero le advierto que es un prototipo… no está todavía muy bien
desarrollado ni estudiado, pero en los laboratorios se han obtenido resultados
increíbles, resultados tan asombrosos que hasta resultan aterradores.
-¿A
qué se refiere?
-La
velocidad a la que destrozan mundos es, como dije, terrorífica. Hemos usado
solo modelos, pero asusta la velocidad a la que destrozan el medio ambiente,
contaminan todo, suelo, atmósfera y hasta son capaces de terminar sus
civilizaciones con enfermedades y hambrunas. Por si fuera poco hemos visto modelos
en donde los planetas quedan prácticamente inhabitables, con residuos radioactivos
incompatibles con cualquier tipo de vida… ¡Sus efectos destructivos son
impresionantes!
-¿Y
qué debo hacer?
-Aparte
de pagarme generosamente, lo único que tiene que hacer es tomar los
contenedores que le voy a dar y lanzar cada una de esas semillas a los planetas
que quiera perjudicar… y no importa en qué estado de evolución esté la
civilización de los reptiles, le aseguro que funcionará igual.
-Tan
sencillo…
-Lance
la semilla y le aseguro que ese planeta estará condenado.
-¿Y
qué tipo de seres son?
-¡Son
increíbles! Atiéndame… nunca, nunca, en ninguna simulación desde que se realizó
su siembra, tuvieron un momento sin matarse entre sí, sin estar en guerra, una
tras otra y varias a la vez, siempre exterminándose entre ellos… Y si bien son
de la familia de los monos, son infinitamente más destructivos que los monos
que usted tiene…
Y
un ansioso Seseneke preguntó –¿Y cómo se llaman estos seres que han de
solucionar todos mis problemas?
-Humanos-
le dijo su interlocutor- Nosotros les llamamos “humanos”.
FIN
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