Queridos amigos y amigas, reapareciendo en un mundo cada vez más a tono con la ciencia ficción... Por la ciencia ficción y la fantasía!!! Es un secreto, pero nunca me fuí... Aquí estaré: pablodaniel.gandalf@gmail.com... Un gran abrazo!!!


miércoles, 1 de diciembre de 2010

¿POR QUÉ TE LLAMARON?

 

Miré al tipo que iba a mi costado y luego a las hermosas chicas que iban del otro lado del pasillo ¡Qué hermosuras! ¿Cuáles serían sus habilidades? No parecía  una pregunta  muy difícil de contestar, pero nunca se sabe.
-Tú  ¿por qué vas?- me preguntó en ese momento mi compañero de asiento, sorprendiéndome mientras miraba las hermosas formas de nuestras vecinas.
-¿Yo? Pues soy un genio de en la sección A-95 de los tableros criónicos ZN485-6. Digamos que soy un perfeccionista –dije orgullosamente-  y mi dominio de esa sección de ese importante modelo de tablero es, bueno, perfecto. ¿Y tú? –pregunté a mi vez.
-¡Ja, Ja!- sonrió, un poco avergonzado- No me creerías, pero cuando tengo una erección mi pene mide exactamente 42,3 centímetros.
-¡Dios Colorado! ¡Qué empleo te conseguiste!
-No grites, por favor, que si se enteran las chicas no me dejan tranquilo en todo el viaje- dijo señalando enfrente-. Las cuatro o cinco esbeltas vecinas parloteaban y reían constantemente y parecían disfrutar mucho del viaje.
-Y ellas ¿Sabes por qué van?-
-No es necesario tener mucha imaginación para saber a qué van, mi amigo... Van a vender sus cuerpos, sus favores, a hacer algún dinero ¿No ves lo bien formadas que son?
-¡Sí, lo veo y no lo creo!- dije, con cara de libidinoso.
-Tranquilízate, que mujeres sobran en el mundo a donde vamos.
-Si sobran ¿por qué llevan éstas?
-¡Oye, para ser un genio eres bastante estúpido!... Las llevan porque son más baratas, igual que nosotros.
-No, no es lo mismo con todos. Allí se reúnen los mejores cerebros de toda la Reserva Tercermundista...
-¡Ja, Ja! ¿Sólo los mejores cerebros? También las mejores tetas, las más lindas piernas, los mejores traseros y los mejores penes. También, por supuesto, los mejores músicos, los mejores actores, los mejores cocineros, todo lo mejor pero... ¿Crees que no somos más convenientes que alguien con las mismas virtudes, nativo de esas naciones del norte? Te equivocas, jamás ganaremos lo mismo ni nos tratarán igual.
-Eres pesimista, pero de todas formas viviremos mejor-
-¡Cualquier cosa es mejor que La Reserva! En La Reserva solo los dirigentes disfrutan de grandes beneficios y viven cómodamente. Todos los demás apenas comemos alimentos concentrados con sabor a nada, vivimos hacinados, con un mínimo de atención sanitaria y trabajamos con la única recompensa de esa insípida alimentación y algunas monedas. ¡Pobres los que quedaron!
-¿Y ya sabes con quiénes te tocará trabajar? ¿Y dónde?-
-¿Dónde y con quiénes? No lo sé con seguridad; dicen un lugar y te mandan a otro cualquiera. En cuánto a los clientes, cualquiera me da lo mismo, mientras paguen bien. Dicen que en el Parlamento se pagaría estupendamente por mis servicios y llegar al Presidente sería magnífico, aunque las grandes compañías seguramente tienen ejecutivos que me pueden recompensar satisfactoriamente por, digamos, dejarlos tocar mi flauta mágica, la que transforma todo en oro.
-¿Estás hablando de tener sexo con  hombres?
-Hombres, bueno, o casi hombres, es lo mismo. Pero también puedo interesarle a mujeres. Han dicho que luego de los sesenta buscan, en algunos círculos adinerados, el tipo de habilidad innata que yo tengo, y eso por llamarle de alguna forma.
-Vaya, vaya, ¡entonces no es tan buen trabajo!
Me miró con una cara como para decir algo muy poco cortés, pero reflexionó y dijo:
-Quizás el tuyo sea mejor, pero yo no tengo ningún atributo destacable más que el que ya sabes, así que... no puedo elegir. Se me dará una oportunidad y no la puedo desaprovechar.
Quedamos sin saber que decir por unos momentos. Pensé entonces en cómo estarían mis amigos y amigas de La Reserva, gente que se quemaba las neuronas estudiando y estudiando tratando de pasar las Pruebas de Utilidad marcadas por La Dirección para ingresar a los países del Norte, las poderosas potencias mundiales.

Estaba releyendo un párrafo de mi manual de electrónica, mientras terminaba mi pasta alimenticia, cuando llegó la noticia: tenía seis días para preparar mis cosas y dejar todos los asuntos en orden. Fue una gran alegría pues había luchado mucho por lograr eso, por reunir el puntaje suficiente ¡Y lo había logrado! Recuerdo que uno de mis sobrinos se acercó extrañado por mis demostraciones de felicidad, pues no eran para nada comunes tales ocasiones, y le expliqué todo, que gran parte del Hemisferio Sur del planeta era una gigantesca Reserva Tercermundista. Allí nos controlaban hasta los latidos del corazón, con grandes ejércitos en pie de guerra dispuestos a aplastar cualquier posible rebelión  y gobiernos que eran solo embajadas de los países del Norte. Vivíamos miserablemente, pues lo mejor de nuestra producción se enviaba hacia esas tierras. Pero no solo se llevaban nuestras mejores materias primas, sino también los mejores cerebros y toda persona que hiciera mérito de alguna forma para habitar esos lugares ¡Y yo había sido elegido! ¡Qué alegría! Y de todos fue la fiesta, pues ellos se beneficiaban mucho con mi partida... no solo tendrían un lugar más en la casa  sino que como recompensa les llegaría mes a mes una cantidad de dinero que para ellos sería más que apreciable, dinero que obviamente se me descontaría de mis ingresos pero que con todo gusto cedería. ¡Qué maravilla! Me sentí muy afortunado y todavía me siento así….
Miré nuevamente a mi compañero de asiento, luego a las hermosas chicas del otro lado del pasillo y dije, no con demasiada convicción:
-¿Tú crees que extrañaremos mucho nuestra tierra?

                                        FIN

1 comentario:

  1. aspiraciones de salir de la Reserva...
    está muy bueno, me encanta la temática y como encarás este cuento.

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