Queridos amigos y amigas, reapareciendo en un mundo cada vez más a tono con la ciencia ficción... Por la ciencia ficción y la fantasía!!! Es un secreto, pero nunca me fuí... Aquí estaré: pablodaniel.gandalf@gmail.com... Un gran abrazo!!!


miércoles, 24 de noviembre de 2010

TRAS LAS CASIBRUJAS


“A la caza de las Casibrujas en un lugar alejado de toda hechicería”
Eso decía el folleto de presentación.

“El cielo nos tira pájaros desde las nubes. Pájaros que trinan y golpean los techos de nuestras casas o algunos que comen semillas y miran aparecer al sol, insidiosos, seguros de sí mismos. Si los molestamos, huyen, dejando mojados los jardines.”
Extraído de “Macetas, Peces Muertos y Cierta Acidez”.

Nadie hasta hoy, podría relataros a ciencia cierta cómo comenzó el mito de Rolbido, el Narrador de Historias. Se sabe que al principio fue un humano común y corriente y que cierto día comenzó a vagar de aquí para allá por las polidimensiones, atesorando conocimientos y experiencia momento a momento, viaje tras viaje, hasta llegar a ser el más famoso recopilador de vivencias de todas las dimensiones conocidas. Hoy día, perdió muchísimo de su humanidad o por lo menos de lo que nosotros definimos como tal.
Tuve, inexplicablemente, la fortuna de conocer, contada por el mismo, la historia por la cual Rolbido se lanzó al mundo de las polidimensiones. También disfruto de la oportunidad, cada vez que pasa por esta dimensión y por este mundo en particular, de escuchar sus interesantes aventuras. Mucho de lo que narro –en esta y en otras oportunidades- son fieles transcripciones de las cosas, verídicas por cierto, que ocurrieron, ocurren, u ocurrirán, pues hay un punto  -y ustedes bien lo saben- en donde todo se confunde… nada hay menos claro que un Universo que surgiendo del Caos avanza hacia el.

Esto fue lo que me narró:
“Desde hacía largo tiempo acostumbraba salir a caminar por las tardes. Un amplio parque cercano, alguna concurrida calle de las próximas a mi hogar, eran los escenarios de estas arriesgadas aventuras pedestres. En esas caminatas rompía mis ataduras, liberaba mi imaginación y dejaba de torturar a mis deseos. Fue en busca de líneas de pensamiento fuera de lo común, que llegué una tarde a la conclusión de que no hay nada peor que besar a mi esposa en las mañanas.  Elucubrando contradicciones que no se rechazaran totalmente, creí que podría prescindir de los cinco perros de mis cinco vecinos que persiguen día y noche a mis tres preciosos gatos, si dispusiera -¿de dónde lo sacaría?- de un miserable láser.
Siempre enredado en alguna telaraña de las que cuelgan en algún rincón, imaginé que mejor aún, si lograra un triple láser, podría deshacerme no solo de los perros de mis cinco vecinos, sino también de mis cinco vecinos. Pero me dije – “¡Recapacita!” –me dije a mí mismo, con estruendosa voz interior –“Irías a prisión, perderías lo poco que tienes”-, pero continué –“¿Por qué solo puedo cambiar las cosas mentalmente? ¿Por qué no las cambiaba realmente? Decidirme a dar un paso que sea tangible, no soñado... ¿Y si hacía uno de esos espantosos viajes turísticos por lugares desconocidos, de donde regresaba uno refrescantemente intrépido? ¿No sería conveniente cambiar un poquitín de aires, de vapores, de nubes?
La puerta diría novedosamente “Agencia de Viajes”, aunque esta vez creo que solo decía “Viaje” y tampoco estoy ahora muy seguro de ello, pues me emocionó tanto presionar  el botón, que lucía la leyenda “Presione el botón y espere respuesta. Pronto será atendido” que mis sentidos se nublaron momentáneamente. Presioné el botón.
-¡Hola!¿Qué desea el señor?- puerta abierta, vidrieras múltiples, lo miran a uno de todos lados ¿Dónde estás?¿Dentro o fuera?
-Este, bueno, no sé sí...
-¿Un viaje? Pase, pase...-Ahora sí, seguro está dentro del lugar.
-Yo..., creo, quizás pueda...
-Claro, mire los folletos, todos están por aquí...-Amplia mesa cubierta de hojas multicolores, como árbol de los sueños...-¿Un café?- ofrece la chica con la más amistosa de sus sonrisas.
-Seguro que sí...-
-¡Por favor, siéntese! Ya le traigo su bebida...
-La verdad que no sabría...
-Ah, no sabe si una o dos píldoras de dulzor. Le pondré tres, porque  dulce será más agradable que amargo...¿no?
-Sí, tiene razón-. Al segundo sorbo del aromático líquido el estupor deja lugar a la verdadera curiosidad y la indecisión cede paso, apenas, a la nariz de la determinación. Mira los folletos, pues hasta ese momento los había mirado sin ver y pregunta:
-¿Puedo verlos?
-Claro que sí, tómese su tiempo- y descansa recién allí la chica que tan cortésmente lo había atendido pues la experiencia le ha enseñado que cuando logra que el posible cliente tome una taza y concentradamente mire las ofertas turísticas, ha recorrido la mitad del camino para una venta y como venta es igual a comisión, se puso feliz.
“A la caza de las Casibrujas en un lugar alejado de toda hechicería”. Eso decía el folleto de presentación.
Eran tantas las posibilidades, tantos los universos que podría descubrir, tantos giros que podría darle a su vida que dudó de su vigilia.-“¿Qué garantías tengo de que estoy despierto?”-se dijo e inmediatamente le preguntó a la chica -¿Estoy despierto?
-¿A que se refiere?
-¿Si no estoy soñando que estoy aquí?
-No, no está soñando, aunque en este lugar cumplimos sus sueños...
-Claro- sonrió. Inmediatamente preguntó: -¿Qué son las Casibrujas?
-¿No las conoce?
-No.
-Las Casibrujas son historias cortas, repetitivas, de tendencia independentista, con suficiente pólvora para sofocarlo a cualquier hombre o mujer en la cama. Se maquillan poco y nada, no necesitan hacerlo por otra parte, razón por la cual son muy apreciadas por los naturalistas. Si no fuera por lo irregular de su comportamiento sin duda alguna serían excelente partido.
-¿Y qué atractivos tiene su cacería?
-¡Qué pregunta, caballero! Su recompensa será dulce y a la vez picante. Luego de que capture una podrá hacer con ella lo que quiera durante dos días.
-¿Dos días enteros?
-Por supuesto.
-¿Y lo que quiera?
-Ha escuchado bien. Creo que tuvo ocasión de admirar las fotografías de alguna de ellas... ¿Las vio? Son esbeltas, bellas líneas, piernas fuertes, largos cabellos perfumados naturalmente, labios provocadores... ¿que más puede desear un hombre? Muchos darían la vida por estar cuarenta y ocho horas terrestres con una compañía celestial como esa.
-¿Y si deseara algo más?
-¡Pillín! Nunca pensé, por su apariencia digo, que pudiera desbordarse en esos asuntos...
-No, quizás no me expliqué bien. Me refiero a si podría hacerle lavar mi ropa, fregar la vajilla, cocinar, preparar el desayuno y llevármelo a la cama mientras miro el noticiario y además mimarme un poco...¿También podría?
Agente de viajes muda, palabras cortadas, respuesta que demora en llegar. Mirada indefinida que bien podría ser de compasión. Carraspea y se aclara la garganta antes de decir: -Lo que quiera. Por dos días una casibruja será suya. Pero... tiene que atraparla primero...
-¿Y como haré eso? ¿Acaso son mágicas?
-¿Mágicas?¡No! Son solo heterodinámicas. Usted deberá recurrir a la magia para poder atraparlas.
-¿Magia yo?¡No bromee!
-Recibirá un curso ultra-intensivo. Así podrá partir, hacer el recorrido y regresar sano y salvo.
-¿Y cuando comienza ese curso?
-Mañana a las ocho y treinta deberá estar aquí y comenzaremos. Recuerde que a partir de ese punto ya no regresará a su casa hasta después de finalizada su aventura. Prevea eso.
-¿Y cuánto tiempo estaré fuera de mi casa entonces?
-Siete días terrestres.
-Está bien. Gracias.-Y me dirigí a la puerta de salida.
-¡Sea puntual, por favor!- Así se despidió la chica.

Afortunadamente no tuve mayores dificultades con mi esposa y con mi suegra para lograr su conformidad, su visto bueno, su ...”¡que se vaya donde se le antoje, el atorrante ese!”.  Mi señora me prometió, con una típica muestra de su siempre excelente buen humor que luego de mi viaje me esperaría con una hermosa solicitud de divorcio, que yo firmaría o terminaría mis días allí mismo –ella no se cómo si había conseguido un láser-. Mi suegra fue mucho menos drástica pues aulló nada más : “¡Y si ella falla, yo, tu piadosa y regordeta y saludable suegra te arrancaré la piel en finas tiras!”
Con el ánimo en un estado inmejorable junté mis pocas pertenencias en una enorme bolsa y a las ocho y quince estaba en la agencia. Allí la misma amable joven del día anterior me dijo, al tiempo que señalaba con uno de sus dedos a un señor bajito con pinta de nada
-Él será su instructor-guía-respondepreguntas. Su nombre es Unnekanze.
Acto seguido el señor Unnekanze me saludó y caminamos por un corredor hasta una habitación donde había varias butacas y mesas, lo que me hizo presumir que era una sala de estudio o algo por el estilo.
-Siéntese por favor- me dijo amablemente Mr. Unnekanze. Todo su ser emanaba una gran paz y tranquilidad y se veía que le costaba poco hablar suavemente, lo que le daba a sus palabras un gran parecido con una ligera brisa marítima. Su aspecto era además sumamente pacífico.
-Agradezco su puntualidad- me dijo.-Como ya le habrán dicho esto es un curso ultra-intensivo y no solo porque su tiempo y mi tiempo son muy valiosos sino porque hay ciertas conjunciones astrales que debemos aprovechar para el viaje que usted desea realizar y sinceramente, –y me miró fijamente- si hubiera venido dos días después hubiera sido imposible preparar su expedición. Así que estamos con el tiempo justo, tan justo que le voy a presentar, antes de comenzar, sus futuras e inapreciables amigas-dijo, al tiempo que me mostraba un frasco de mediano tamaño lleno de tintineantes pastillas azules con pintitas verdes.Continuó:
-Con estas pastillas logrará mantenerse despierto todo el tiempo que deseé, a la vez que logrará una lucidez extrema. Su inteligencia y enfoque serán llevados a un nivel que lo dejará asombrado y créame que será necesario...Como verá la metodología del curso le exigirá a usted el máximo. Le daré una lista de textos que tiene que estudiar, junto con un plan de estudios  y periódicamente vendré y le haré preguntas para ver si ha avanzado o no. A la vez, contestaré las preguntas que tenga para mí. El que realmente hará progresos, el que deberá estudiar con dedicación será usted mismo. Pero no se preocupe por lo extenso de esta lista , pues tiene sus pastillas amigas y además, el primero de los libros de estudio contiene todo lo que necesitará  para asimilar rápida y totalmente todo lo que pase por sus ojos.
Luego realizó un análisis rápido de la magia blanca, destacó los riesgos y contrariedades de la magia oscura y obtuvo una promesa oral de mi parte de no practicar los conocimientos que adquiriría allí luego de retornar de la cacería. Por último me indicó las puertas que daban acceso a las distintas bibliotecas.
-Aproveche su tiempo- me dijo al partir.

No tardé mucho tiempo en pensar que me armaban con acertijos y multiacertijos, fórmulas para diseñar fórmulas que servían para dilucidar –como diccionarios- secretos que luego nadie me garantizaba que sirvieran para algo. Tuve que aprender de memoria cinco libros de conjuros que me dijo que aunque no los fuera a usar me servirían para instrucción general. De todo esto y de muchos otros textos estudiados llegué a la conclusión de que allí no me preparaban en absoluto para cazar casibrujas, ni gorriones o perros o pájaros carpinteros.
Primero pensé que era una burla, luego que Unnekanze estaba recontra pirado y se contradecía constantemente pues ¿de dónde había sacado que nuestro tiempo era ajustadísimo si me enviaba a memorizar sandeces?-, pero más tarde llegué a la valiosa conclusión de que solo estaba probándome. En realidad lo que yo debería hacer era valerme de los aparentemente inútiles conocimientos que ya tenía y acceder a otro nivel, al siguiente, a uno que sería mi objetivo verdadero y en donde adquiriría algo de la ciencia magnífica. Fue de acuerdo a este último razonamiento que utilicé algunas de las inofensivas combinaciones de gestos y palabras aprendidas para, de forma encadenada, lograr abrir una puerta a alguna biblioteca que valiera la pena investigar.

Y llegué a Ella.
En todos mis ratos libres, que eran aquellos en que sabía no sería visitado por mi instructor o en que  me sirvieran las comidas, me quitaba los zapatos y silenciosamente, como viento o como susurro, asegurándome siempre de que ninguna de las personas que pudieran derivar por allí descubrieran mis infracciones, me deslizaba por las paredes hasta su oculta entrada y pasaba consultando sus libros muchísimo tiempo. Dichoso fue el momento en que descubrí como demorar-enlentecer-detener totalmente el paso de ese tiempo que cada vez se me hacía más escaso.
Encontré allí el magnífico camino que había estado buscando.

-¿Son muy peligrosas las Casibrujas?
-Según lo que ha contado usted de su suegra no tan peligrosas como ella, pero de temer igualmente.
-¿Y me asegura usted que con mis conocimientos podré atraparlas definitivamente, sin grandes dificultades, sin errar el tiro...
-Por supuesto. Llegado el momento sabrá resolver perfectamente la situación. Despreocúpese.

Sucedió luego que yendo, como solía hacerlo cuando tenía oportunidad, por una de mis lecciones clandestinas, sigilosa y cautamente, tropecé con algo oscuro y rápido -¡Un gato!-,que para no dejar dudas protestó sonoramente en su gatuna lengua. A mí vez insulté varias de sus generaciones pues el traspié me hizo golpear la cabeza contra el duro muro de piedra. Seguramente perdí el sentido...
Cuando desperté –o pensé que despertaba- me encontré contemplando un lugar lleno de carteles y pájaros parlantes. Decían cosas como: “¿Está usted seguro de lo que quiere hacer? Molestar Casibrujas puede ser muy peligroso.”
“No intentamos atemorizarlo, pero le sugerimos abandonar su empresa si no quiere dejar viuda y huérfanos.”
“La vida es tan linda y la muerte tan fría, tan cruel, tan solitaria. Retírese ya, luego no podrá hacerlo y lamentablemente tendré que matarlo”.
Pero no estaba realmente despierto, pues cuando lo hice verdaderamente e intenté ponerme en pie, algo mareado y dolorido, me ví ante dos seres. En ese momento uno de ellos decía –sombras entre sombras, gesticulando-:
-¡Me engañaron!¿Ustedes son Las Casibrujas? Pero no me dijeron que ustedes...-
-¡Ja, Ja! Es que tenemos un contrato con la agencia de viajes. Ellos nos dan sus clientes y nosotros les proporcionamos por cada uno un año más de vida-
-¿Le dan a cada uno en la agencia un año más de vida por cada cliente que les mandan?
-Exactamente. Si se portan bien vivirán largo tiempo...
-Pero si ellos y ustedes quieren que lleguemos aquí... ¿De qué se tratan esos anuncios tratando de atemorizarnos, diciéndonos que tenemos que desistir?
-¡Ah, eso! Es tan sencillo como que ustedes, los que llegan hasta aquí, tienen que querer con toda su voluntad llegar hasta Las Casibrujas. Así funciona. Las amenazas te prueban y de no amedrentarte significan un incentivo extra.
-¡Así que estoy atrapado...!
-Desde que tomaste el folleto.
-Digamos, casi atrapado... porque aún no me tienen.
-Es aquí que te queríamos y aquí te tenemos.
Intenté, nervioso, reaccionar invocando algún hechizo última palabra.
-Nada podrás- me dijo con voz burlona y bien articulada.
En ese momento unas pequeñas garras, quizás las del mismo gato que había motivado mi accidente, parecieron decirme “Ya viste demasiado” y me desperté definitivamente.

¿Qué fue lo que ví?¿Será algo posible, real, o un invento de mi mente para distraerme del dolor del golpe? Si fue una visión posible del futuro... ¿podré escapar a ello?
Las liliputienses sinrazones subrayaron inmediatamente la respuesta correcta: un vasto y significativo NO. Parpadearon las hilachas de sus últimas presunciones y tiñéndose de verinagón se tumbó y descansó hasta que fue tan tarde que la luna ya estaba acoplándose con el velo facial que la protege de las hostiles miradas del sol. Pero me dije -¿Por qué confiar en las sinrazones, pequeñas y desagradables?. Tengo que intensificar mis estudios y aumentaré las posibilidades de resolver las situaciones como yo deseé o necesite. Pero lo primero es lo primero y necesito colocarme un paño empapado con agua helada en mi cabeza... ¡Qué golpe!

Terminadas mis lecciones y próxima además la conjunción astral más propicia para mi expedición, Unnekanze suspiró y en una sencilla ceremonia, en la que debo aclarar que participamos solo tres –nosotros dos y la secretaria-, me entregó el diploma que recibí firmado por cuarenta y cuatro académicos que aseguraban su autenticidad. Según el pergamino ya era “Iniciado entre iniciados de Estudios Mágicos-Primer Escalón”, cosa que me llenó de orgullo. Es que el único diploma que tenía hasta ahora era el  de un curso de primeros auxilios que había realizado en la secundaria, de ahí mi satisfacción.
A continuación, luego de que me felicitaran calurosamente, la chica me condujo hasta un enorme e inmaculado salón en cuyo centro había un gran cono blanco. Abrió una puertecilla en él y me indicó el interior. –Siéntese en esa butaca y ya sabe lo que tiene que hacer. En pocos segundos estará en el mundo de las Casibrujas...¡Suerte!- y con un sonoro beso en una de mis mejillas –que me hizo sonrojar un poco- se despidió.
Puerta cerrada, espacio estrecho, vibración, aleteos atemporales y fuerzas que no entiendo golpeando mi vehículo... Luego cesaron las vibraciones y concluí que había llegado. Estaba muy nervioso. Antes de descender, respiré profundamente y repasé mentalmente todos mis conocimientos. Me reconfortaba saber que aunque mi saber era solo una gota en un inmenso río era más de lo que nunca había soñado poseer.
Abrí la puerta. Estaba en medio de un inmenso y hermoso parque-jardín, lleno de carteles y pájaros parlantes que decían cosas como:
-“¿Está usted seguro de lo que vá a hacer? Molestar Casibrujas puede ser peligroso”
-“No intentamos atemorizarlo, pero le sugerimos abandonar su empresa si no quiere dejar viuda y huérfanos.”
-“La vida es tan linda y la muerte tan fría, cruel y tan solitaria...Retírese ya, luego no podrá hacerlo”
-“¡Retroceda, o cosas horribles le sucederán de aquí en más”.
Todos estos anuncios me sonaron familiares e instintivamente me toqué el chichón que lucía en donde mi cabeza había impactado en la pared.¡Claro!¡Todo esto ya lo había visto!¿Sería verdad entonces?¿Habría visto el futuro, lo que me iba a pasar? Sabía, por mis estudios, que eso era posible. La pregunta que me hacía era de qué forma lograría sortear todo eso que me podía pasar o en todo caso asegurarme que no saldría dañado en el proceso... Las visiones que brotaron de mi golpeada cabeza me habían dejado preocupado, sobre todo porque al parecer yo no salía bien parado de ellas –había una situación que me preocupaba especialmente- y ahora, parecía que todo eso podía ser posible. Las visiones podían ser reales...¡Entonces las que eran apenas sospechas ahora se confirmaban! Pero además intentaban atemorizarme, me avisaban del peligro...¡Realmente había peligro!¡Y me lo estaban diciendo! Pensé en retirarme pero... no iba a renunciar a Las Casibrujas ahora...¡No podía hacerlo! Todos mis estudios, el viaje ...¿Qué vida me esperaba si renunciaba ahora? Seguiría adelante.
Ya había pensado como resolver esa riesgosa exploración…
Había preparado un camino que podía recorrer si el sueño resultaba ser verdadero. Busqué en mi memoria y en todos los conocimientos que había adquirido -incluso había guardado en mi cabeza muchos textos para estudiarlos luego con más tranquilidad- y encontré lo  que estaba buscando. Fabricaría un doble y lo utilizaría como avanzada… eso me daría cierta tranquilidad. Sintetizaría del entorno todo lo necesario e imprimiría parte de mi personalidad en él. Por supuesto que no estaba muy seguro de cómo estaban esos conocimientos en mí, pero luego de iniciar los procesos, de entonar las fórmulas adecuadas, de descifrar los colores de las energías necesarias y recorrer el camino seguro de la doctrina más antigua que existe fabriqué algo de lo que quedé francamente asombrado...Mi otro yo iría delante mío. Si todo funcionaba bien, mi persona auténtica saldría a dar las explicaciones del caso. Si por alguna triste circunstancia la situación se tornaba peligrosa, mi vida no estaría en juego.

Caminamos varias decenas de metros hasta llegar a las cercanías de una enorme construcción. Era bella, cubierta de extraños adornos y jardines en sus terrazas...
Comencé haciendo lo que se esperaba que hiciera: Busqué una entrada secundaria que pareciera segura. Entramos entonces por una puerta que visiblemente no era muy utilizada, aunque no parecía totalmente abandonada. No había el menor vestigio de custodia. Al igual que fuera del edificio no había rastros de dispositivos de seguridad. Pretendían asustar a los visitantes, pero por otro lado no había ningún obstáculo para seguir avanzando. Hasta la puerta estaba sin traba alguna. A partir de allí envié al doble una treintena de metros delante y me puse encima  un hechizo de camouflage, para no ser sorprendido. Los corredores por donde caminábamos eran limpios, fríos y poco iluminados.
Tomamos otro pasillo, luego otro y una escalinata que conducía hacia arriba. No fue difícil seguir la dirección adecuada, pues había señales fácilmente legibles que conducían hacia nuestro destino.
Mi doble finalmente pasó por una pequeña puerta y se encontró dentro de una habitación que nos parecía extrañamente familiar. Ahora advertía que tipo de habitación era ... ¡un inmenso dormitorio!
En el momento de pasar bajo una arcada una pesada reja cayó con estrépito dejándonos totalmente separados. Me cobijé entonces tras una bella columna a escasos dos metros de donde estaba la reja, de donde podía apreciar y escuchar todo lo que sucedía ante mí. Mi doble había avanzado hasta llegar hasta el centro de la habitación, donde dos figuras  lo estaban esperando.     
-¡Hola, precioso!- dijo una de las figuras que estaban a escasa distancia de mi copia.
-Hola...-dijo tímidamente mi doble.
-¿Cómo te llamas?¿O como quieres que te llame?¡Bah, que importancia tiene eso!¿Qué deseas de comer?
-Pero...¿Ustedes son las Casibrujas?¡Me engañaron! No me dijeron que ustedes...
-¡Ja, Ja! Es que tenemos un contrato con la Agencia de Viajes. Ellos nos dan clientes y nosotros les proporcionamos por cada uno un año más de vida-.
-¡Diablos!¡Así que estoy atrapado!
-Desde que tomaste el folleto...
-Digamos que casi atrapado, porque aún no me tienen.
-Es aquí que te queríamos y aquí te tenemos- me dijo, al tiempo que se acercaba más y más. Sus largos cabellos rosados, sus prominentes pechos, sus bien torneadas piernas...Miré a sus compañeras y ciertamente había algo que no encajaba en mis frágiles esquemas de hombrecillo dominado y conservador...
-Perdone pero...¿Ustedes son mujeres o alguna otra cosa?
-¿Qué importancia tiene eso?-contestó, la que parecía ser la principal voz del grupo. Su lascividad era tan palpable que si mi doble hubiera tenido alma se hubiera estremecido de pies a cabeza.
-Así que no son mujeres sino algo parecido, algo muy parecido me supongo.¿Y para qué me quieren, si no es demasiado preguntar?
-¿Cómo para qué te queremos? Mira mi cuerpo, mira nuestros cuerpos...¡Mira!-dijo mientras se daba una vuelta sobre sí misma, lentamente, mostrando sus perfectas y abundantes curvas-.Este hermoso cuerpo necesita placer, satisfacción, sudor ¿Entiendes?
Necesito de tu fuerza sexual para mantenerme así... todas necesitamos de tus favores, de tu mantenimiento, si así quieres llamarle.
-¿Y todo eso que aprendí, todo lo que estudié en la agencia de viajes?¿Para qué me sirve ahora?
-Todas esas fórmulas que aprendiste  son para elevar tu potencia física, para combinar mejor los alimentos de que dispondrás –sobre todo amor, como ya verás- y será el buen uso de estos conocimientos los que te permitirán alargar tu vida...-
Incluso el doble sintió la garganta seca de pronto…carraspeó y preguntó -¿Cuánto duró el anterior?
-Hay varios como tú de servicio. No creas que somos los únicos grupos que viven en este mundo, para nada. Pero tú tendrás la agraciada tarea de complacernos a nosotras y a dos más que en este momento están descansando. Para tu información, el anterior duró menos de lo que hubiéramos deseado. Quizás era, no sé...-dijo, mirando a las demás- demasiado exuberante en sus manifestaciones físicas ¿Me explico?
Sentí que a mi doble le comenzaba a correr un sudor frío por la espalda -¿Me comprendes?-continuó- Debes ser medido, precavido, equilibrado, con nosotras, sino te agotarás en menos de lo que canta un pájaro azul de esos que viste en el jardín.
Yo contemplaba atentamente el diálogo que tenía lugar ante mis ojos. Escondido entre las sombras, envuelto en el camuflaje y para más seguridad escondido tras la columna era imposible que advirtieran mi presencia. Es que además estaban totalmente pendientes de su nueva presa. Miraban ávidamente cada línea de su cuerpo ¿Cazar Casibrujas?¿Cazarlas a Ellas?¡Qué quimera! Creo que en ninguno de los documentales televisivos que tanto me gustaban había visto una criatura carnicera con una mirada tan rapaz. No sé que jugo le podrán sacar a un doble que imagino tendrá limitada su capacidad de responder a ciertos estímulos ... pero de todas formas lo compadezco.
Por mi parte, me di media vuelta y mientras me acercaba a la salida pensaba hacia qué lugar me dirigiría. Volver a mi hogar era lo que menos me interesaba. Estuve tentado de pedirle cuentas a la Agencia de Viajes sobre mi fracasada expedición y de los riesgos que me habían hecho correr –aún hoy me hace estremecer tal recuerdo- pero decidí aprovechar que soplaba buen viento y seguir viaje.
Así, con cuatro frases y algunos gestos, partí del mundo de las Casibrujas.
Hacia lo desconocido.”

                                                    FIN

1 comentario:

  1. a veces es mejor lo desconocido que seguir en la rutina diaria...
    como siempre, genial!

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