Queridos amigos y amigas, reapareciendo en un mundo cada vez más a tono con la ciencia ficción... Por la ciencia ficción y la fantasía!!! Es un secreto, pero nunca me fuí... Aquí estaré: pablodaniel.gandalf@gmail.com... Un gran abrazo!!!


sábado, 8 de diciembre de 2018

EL REGALO


En la provincia de Córdoba, en la República Argentina, hay una ciudad que se llama Alta Gracia. Allí nació el Che y allí tengo una amiga. A ella le dedico este cuento.

A Fabiana M.

                                       EL REGALO
-¿Y esto me traes? ¿Esto…?
La miré, sin saber qué responder.
-¿Cinco años navegando entre las estrellas, visitando decenas de planetas y me traes esto?
-Pero es que siempre te estás quejando de que el tiempo no te alcanza, de que las horas del día no son suficientes para hacer todo lo que tienes que hacer, que necesitas ayuda…
-¿Ayuda? Claro que sí… un androide o dos me ayudarían ¿Pero esto? Y si las horas del día no me alcanzan es porque tengo no solo que realizar las tareas domésticas sino también trabajar para poder mantenernos, porque una persona que estoy viendo ahora mismo a veces se olvida de enviar dinero a su hogar…
La conversación estaba tomando un rumbo totalmente indeseado, por lo que miré hacia la puerta que daba a la calle.
-No te vas a ir- dijo ella –Recién llegaste así que no te vas a marchar- El tono en que lo dijo disipó cualquier duda que hubiera al respecto              -¿Quieres decirme que es esto?
-Ni siquiera dejaste que te lo explicara…
-Es que no se parece a nada… no tiene ruedas ni patas, así que no  puede hacer tareas en la casa ¡Que es justamente lo que yo necesito!
-Tranquila- dije- No funciona caminando ni rodando; lo único que hace es modificar el tiempo- mi tono sugería misterio y algo trascendente… ¡Modificar el tiempo era algo muy trascendente!
-¿Modificar el tiempo?
-Solo eso… puede hacer que un día normal de 24 horas dure, no sé, cuarenta horas… -estaba seguro de que le había llevado el mejor regalo que hombre alguno le hubiera hecho a su esposa alguna vez.
-¿Y qué ventaja tiene eso?
-¡Que puedes hacer muchas más cosas, claro! En esas 24 horas podrás hacer todo lo que harías en 40 horas… Los días te rendirían más y el tiempo te alcanzaría para todo –dije con una sonrisa, como si hubiera demostrado un importante teorema-
-Y me imagino que no me cansaré como si trabajara 40 horas sino como si fueran solo 24… ¿No?
-No, no sé…-dije dubitativo. La verdad que eso no le había preguntado al vendedor –Lo que sí sé es que el vendedor me dijo que era el último grito de la tecnología y me garantizó que me abrazarías y besarías al darte este obsequio- Finalmente la miré a los ojos, aunque tenía la sensación, la corazonada, de que las cosas no estaban sucediendo como yo quería.
-¿Así que te dijo eso? ¿Y por ventura no te dijo que para que algo de eso sucediera, besos y abrazos, a eso me refiero, tendrías que cambiar este trasto, este modificador temporal de morondanga por dos androides domésticos sin ningún uso, brillantes y de última generación? ¿Eso no te lo dijo? ¡Necesito algo REAL que me ayude en mis tareas, no esto!- dijo señalando al reluciente artefacto.
Esta mujer siempre había tenido la habilidad de dejarme sin palabras o por lo menos obligarme a elegirlas muy bien.
-En realidad no… pero ahora que lo dices, seguramente es algo que puede arreglarse. Ya regreso.
Salí casi corriendo. Fui directamente a una casa de electrodomésticos a comprar dos de los más modernos autómatas que tuvieran. Tenía dinero para ello. Nunca entendí por qué se me había metido en la cabeza que el modificador temporal le iba a gustar más que un androide, o dos, que la ayudaran en las tareas de la casa.
Pensándolo bien, recordaba una expresión divertida en el semihumano que me había vendido el aparatejo… ¿Sabría en ese momento que mi regalo sería rechazado? ¿Veía el futuro?
Todos esos razonamientos escapaban a mi entendimiento. Lo que tengo claro es que más tarde lo pondré a la venta en un mercado virtual, vendelascosasquetetiranporlacabeza.com o algo así; eso sí lo tengo claro. Si les interesa, solo comuníquense.
                                       FIN




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