Un cuentito casi justo para el Día del Amigo… Es un
tema muy trillado pero es la forma de escribirlo lo que lo hace algo diferente.
Espero les guste…
Golden54 estaba nervioso, como
pocas veces antes lo había estado. Cierto que era la primera cita que tenía en
su vida, cosa que podía parecer extraña dada su edad, pero no había razones
para pensar que este encuentro y los diálogos que pudieran darse fueran muy
distintos de los que cruzaba diariamente con todos sus amigos y amigas de las
redes sociales a las que pertenecía… ¡Que a sus veinte y cuatro años de edad no
hubiera tenido ningún encuentro romántico no significaba que fuera un
antisociable! ¡Para nada! Tenía cerca de tres mil amigos y amigas en distintas
redes y foros… y se las arreglaba para
repartir su tiempo libre entre todos ellos… por lo menos un par de segundos
para todo aquel que lo requiriese… ¡Lo último que podría pensarse de él es que
fuera antisociable! Jugaba lo más que podía tres juegos online en los que se
había especializado… con tres grupos distintos de amigos de la red… también era
miembro de un grupo que compartía películas antiguas, de tres grupos que
compartían y comentaban música y películas contemporáneas y además era
integrante de un club de lectores, pues le encantaba leer cuando tenía tiempo
para hacerlo. Incluso en su trabajo lo tenían como una persona simpática y
entusiasta, aunque es cierto que si bien la relación con sus compañeros y
compañeras de trabajo era muy amistosa, nunca pasaba de lo puramente laboral. Sus
verdaderos amigos estaban en la red y todos lo tenían por simpático, “buena
onda” y accesible si tenían que hacerle una consulta o necesitaban apoyo por
algún problema…
Pero no por eso estaba menos
nervioso… ¡Claro que tenía amigas! ¡Muchas! Algunas eran muy bellas… y vivían
en lugares espléndidos –y otras no tanto- en todo el mundo… Pero no conocía a
ninguna personalmente… visualmente si, pero nunca… bueno, nunca había tocado a
una de ellas… por más que conociera mucha de sus intimidades o incluso alguna
de ellas había posado desnuda para él, para mostrarle lo hermosa que era… ¡No,
no se sentía raro! Es que había días que tenía tantas cosas para hacer en la
red que apenas dormía… no tenía tiempo libre para nada más que cumplir una
parte de sus compromisos con sus amigos… siempre le faltaba tiempo, siempre
estaba corriendo, siempre trataba de robar unos minutos de aquí o de allá para
cumplir con sus compromisos. Su vida se resumía en dormir –poco-, levantarse
–rápido, pues nunca tenía tiempo para hacerlo lentamente-, ir al trabajo,
trabajar, regresar a su casa y en el camino comprar comida –todo lo que pudiera
comerse frente a una pantalla- y entrar en ese mundo que amaba tanto, el mundo
que había construido para él y que compartía con tantos amigos y amigas.
Normalmente solo interrumpía esto para utilizar el inodoro, cepillarse los
dientes, ducharse y dormir.
Menos hoy… que estaba sentado a la
mesa de un pequeño restaurante, nervioso, expectante. Estaba haciendo algo que
nunca pensó que haría por una chica pero algo le decía, interiormente, que
Eli911 no era una chica común… No solo porque utilizara el 911 en su denominación,
que ya era bastante sugestivo, sino porque toda la información que habían
intercambiado en los pasados tres días la hacían una chica “casi” perfecta… le gustaban los mismos juegos, las
mismas películas e incluso los mismos libros. Tanto le había atraído –en
realidad la atracción había sido mutua- que por dialogar con ella había
cancelado todas las ciberactividades del resto del día. Lo más sorprendente era
que vivían en la misma ciudad… ¡y que además llevaba una vida muy parecida a la
suya!
Cuando finalmente una chica
vestida informalmente, de cabello negro y grandes ojos castaños se paró frente
a él y le dijo “Hola… ¿Tú eres Golden54?” solo atinó a asentir con la cabeza y
rápidamente se levantó y le acercó la silla… Ella sonrió y cuando se miraron
frente a frente, ya sentados, ambos se rieron al mismo tiempo. Todo resultó más
fácil a partir de ahí… charlaron sobre algunos juegos, sobre algunos libros,
sobre algunas películas y perdieron totalmente la noción del tiempo…
En algún momento ella le había
preguntado si la podía acompañar hasta su casa… se había hecho tarde y tenía
que terminar algunas tareas para el siguiente día… A él le pareció muy buena la
idea y caminaron juntos, charlando
animadamente…
-Disculpa que te lo diga… - le
dijo Eli911 en determinado momento, cortando unos segundos de silencio–…pero
sin pretender asustarte, no se como decirlo, nunca me había sentido tan bien
con nadie…-
Golden54 se rió, tímidamente –Es
tan extraño… pero a mí me pasa lo mismo… tengo muchos amigos y amigas pero con
pocos tengo tantas cosas en común como contigo… no entiendo como no nos
habíamos conocido antes…-
-Si, fue todo una serie de
coincidencias, primero una invitación a ese foro de literatura… y aquél libro
que tú comentaste y yo también y…
-¿Y cuando te invitaron a ese
foro? Yo era nuevo también allí…
-Pues no recuerdo de quién recibí
la invitación… solo sé que sucedió hace unos diez días…
-¡Igual que yo! Aunque tampoco
recuerdo quién me invitó…
-Podemos verlo…
-Si… esto es un poco extraño...
-Misterioso…
-Pero bueno…-continuó él, con una
sonrisa.
-Cuando llegue a mi casa lo
buscaré… no me gusta detenerme a esta hora…
Se despidieron con un beso en la
mejilla, aunque se iban a volver a comunicar en apenas minutos y los dos, en su
interior, pensaron que sería bueno encontrarse nuevamente, lo antes posible…
Cuando llegó a su casa, Eli911
pensaba en Golden54… ¡Le encantaba!... y mientras recordaba su rostro y su
sonrisa trató de encontrar la invitación a ese extraño foro donde lo había
conocido… no la encontró… ¿Pero cómo había accedido a él si no había sido
invitada?
En ese momento le llegó de Golden
la confirmación de que tampoco había encontrado la invitación… ¿Quién los había
metido en ese foro entonces?
Ese día no conversaron mucho más,
pues cada uno tenía asuntos propios en la red para atender.
Al día siguiente se encontraron en
un cercano parque. Golden llevó dos grandes vasos de refresco… Eli llevó dos
sándwiches… Se sentaron uno junto al otro y sincronizadamente comenzaron a
comer, a beber… y a deshilvanar lo que los tenía algo intrigados. Ambos habían
investigado la noche anterior y durante el día y no eran los únicos que se
habían conocido y entablado contactos personales en circunstancias misteriosas
en la ciudad… Indagando, tanto Golden como Eli comenzaron a enterarse de más y
más casos como el de ellos…
A medida que investigaban veían
que los contactos eran del más variado origen… invitaciones para fiestas o
reuniones o foros… comentarios en fotografías que salían de la nada pero que
permitían establecer un vínculo e inclusive leyendas tales como “Conóceme,
puedo gustarte” en muchas páginas de personas que, invariablemente,
formalizaban este vínculo… Pero nadie sabía como sucedía… y un hacker común y
corriente no se tomaría el trabajo de buscar personas que podían llevarse bien
o eventualmente estar hechas las unas para las otras. Definitivamente no
encajaba con el perfil de hacker que ellos conocían. Es más, muchos de los
amigos y amigas encuestados habían sido o eran hackers y no se les ocurría que
beneficio podía tener gastar tanto tiempo y energía en hacer de “casamentero”.
Pero si bien estaban intrigados
por esas “extrañezas” lo que había nacido entre ellos era más importante que
todo lo demás… era lo más importante en el mundo.
Continuaron viéndose y pronto su relación
adquirió tal formalidad que sin vivir juntos compartían la mayoría de las
noches, a veces en el apartamento de ella, a veces en el apartamento de él.
Un mes después, Golden recibió un
extraño mensaje… “¿Cómo van?”.
No necesito pensarlo mucho para
saber a qué se refería.
Contestó simplemente “Muy bien… y
gracias. ¿Puedo saber tu nombre?”
Nunca recibió respuesta. Ni Eli,
que también recibió este mensaje y contestó de forma parecida, ni ninguna de
las cuatrocientas parejas que se formaron bajo el auspicio del extraño hacker.
Resultaba muy curioso que ninguna de las parejas
que habían sido “auspiciadas” por este singular hacker, se hubiera roto con el
paso de los días y que incluso se fueran fortaleciendo más y más.
Esto significaba que a pesar del
paso del tiempo y con lo que le había costado dominar las nuevas tecnologías,
Cupido, el extraño hacker, en su paso por la ciudad había cumplido con su
trabajo tan bien como siempre.
FIN
Lo misterioso no siempre es inexplicable...es el amor. jeje Me encanta. Feliz día del amigo!!!!
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