MIS DISCULPAS POR LA TARDANZA EN "COLGAR" CUENTOS... MI TRABAJO NO SIEMPRE ES COMPATIBLE CON ESCRIBIR Y NO ME RESULTA FÁCIL HACERLO, POR MÁS QUE IDEAS -DE CUENTOS Y NOVELAS Y AFORTUNADAMENTE- NO FALTAN EN MI CABEZA. ESPERO LES GUSTEN ESTOS DOS CUENTOS Y GRACIAS POR ESTAR AHÍ...
EL DESCANSO
Con una diminuta malla, ojos cerrados, anteojos oscuros y con su cuerpo
lleno de tatuajes, Julius parecía disfrutar intensamente de su baño solar. Tan
ensimismado estaba comulgando con el sol que apenas sintió una agradable voz
femenina que le dijo: ¡Hola!
-¿Qué? –dijo el hombre, enderezando su cuerpo gigantesco. La chica que
le había hablado lo miraba curiosa desde su izquierda. No estaba sola, sino con
un grupo de jóvenes, alguno de los cuales también lo miraba con gran atención.
Se sentía algo desconcertado. Miró a la chica, a sus amigos y amigas, a la gran
piscina que tenía frente a sí, en donde varios humanos disfrutaban de la
agradable temperatura del agua y buscó con su mano un enorme vaso de refresco
que había dejado a su costado. En ese momento la chica habló nuevamente.
-¿Está bien? Su refresco seguramente ya está tibio… por el sol –le dijo,
señalándole el cielo-¿Puedo hacerle una pregunta? ¿Y a cambio lo invito con
otro refresco?
-¡Por un refresco puedes hacerme
todas las preguntas que desees!
¡No es bueno deshidratarse! –dijo y terminó sonriendo -¿Qué pregunta
deseas hacerme?
-¿Cuál es su nombre?
-Julius… ¿Esa es la pregunta?
-¡No! ¡Yo soy Pris! ¡Mucho gusto!- dijo la bella chica a la vez que se
acercaba y le ofrecía su mano- Y como ves tengo varios amigos y amigas… Betty,
Aura, Lucas, Carlos, Tino, Pamela, todos muy simpáticos…
-¡Hola a todos!- dijo el hombretón, mientras se sentaba y apoyaba sus
pies en el piso- ¿Qué querías saber Pris?
-Es que uno de mis amigos, Carlos…-el aludido saludó con la cabeza- es
tatuador profesional, ha trabajado en varios planetas, participado en
concursos… ¡Y dice que hay tatuajes que tú tienes que nunca los había visto!
-¡Ah, mis tatuajes! Acérquense si quieren, mírenlos y pregunten. Sé que
algunos son raros.
Carlos fue el primero en acercarse y mirarle atentamente brazos,
piernas, cuello y torso…
-¿Qué opina, joven Carlos? –le preguntó Julius.
-¡Es usted una muestra de tatuajes extraños! ¡A la mayoría no los
conozco! ¿Dónde se los ha hecho?
-En varios mundos… algunos no muy conocidos.
-¿Has viajado mucho?- le dijo Pris.
-Bastante, podría decirse…
-¡Este es uno de los más extraños que haya observado! –dijo Carlos,
señalando uno en particular- ¡Nunca había visto una tinta tan brillante!
Julius miró el tatuaje en cuestión.
-Este es uno de los tatuajes más exclusivos que existen. Por eso se
utiliza esa tinta.
-¿Qué quieres decir con eso de exclusivo?- dijo Carlos.
-¡Yo sé que quiere decir! –dijo otro de los chicos-¡Quiere decir que muy
pocos humanos lo tienen! ¿Es cierto?
-¡Totalmente!- dijo Julius sonriendo.
-¿Y donde te lo hicieron?
-¿En realidad quieren saber?
-¡Claro! ¡Todos queremos saber!- dijo Pris, a la vez que le entregaba un
gigantesco vaso de refresco.
-¡Gracias! –dijo el hombre y bebió lentamente del frío líquido,
disfrutándolo- Me lo hicieron en Drixu-28, antes de entrar a El Pabellón
Oscuro.
-Pero… ¡Drixu-28 es un planeta prisión!
-¡Y El Pabellón Oscuro no existe! ¡Es una leyenda!- dijo otro de los
jóvenes.
-¿Es cierto que Drixu-28 es un planeta prisión?- le preguntó algo
temerosa Pris a Julius, mientras se apartaba imperceptiblemente.
-¡No temas! ¡Hace largo tiempo que mi conducta es intachable! ¡Estoy
disfrutando de un merecido descanso y lo que menos quiero es asustar o hacerle
daño a alguien! ¿Por qué no hablamos de otra cosa?
-No, no, creo que nunca habíamos estado tan cerca de alguien salido de
un planeta cárcel. ¡Es fabuloso! ¡Por eso tantos tatuajes!
-En realidad no todos me los hice allí…
-Y dinos… ¿Cómo es ese planeta prisión?
-¡Duro! Hay varios planetas donde tienen delincuentes y Drixu-28 es de los más duros.
-¿Pero qué cosas hacen con su tiempo? ¿Qué sucede allí?
-¿Quieres saber que hacen los prisioneros? Lo normal, supongo, comer,
dormir, trabajar la tierra y entrenar.
-¿Trabajan la tierra?
La pregunta evidentemente lo divertía a Julius, quien dijo
sonriendo-¡Necesariamente! ¡El que no cultiva, no come! La Federación quiere que
las cárceles sean autosuficientes, por lo menos en lo que respecta a su
alimentación. Eso obliga a los prisioneros a trabajar, pues es necesario
alimentarse bien.
-¡Por las peleas!- dijo Pris.
-¡Tú lo has dicho! Deben saber que todos los que cometen delitos con más
de diez años de pena están obligados a combatir en El Campeonato… que es el
caso de todos los que están en Drixu-28.
Julius pensó en El Campeonato, un torneo de luchas a muerte en donde
participaban humanos y no humanos y que era uno de los deportes más extendidos
en toda la Federación.
Los premios en dinero eran muy importantes y cualquiera podía
participar, pero muchos convictos estaban obligados a hacerlo.
-¿Todos tienen penas de más de diez años?
-¡Todos! ¡Y algunos llegan a tener condenas de más de cien años!
-¿Cómo es posible eso? ¡Nadie vive tanto!
-Hay muchos que por dinero, placer o por sus convicciones ideológicas
han quitado decenas, cientos, miles de vidas. También existen quienes sin haber
matado a muchos lo han hecho de una forma terrible, mostrando lo monstruoso de
su ser interior… A todos ellos se los pena con muchos años de prisión, tantos
que la vida no les alcanzará para cumplir sus condenas -Julius se puso sombrío
–Pero para eso está El Pabellón Oscuro –dijo.
-¿Entonces El Pabellón Oscuro existe?
-¡Pensábamos que era una leyenda!
-Lamentablemente no es una leyenda- dijo Julius, pasándose la mano por
el tatuaje que brillaba como si estuviera vivo –Y según los tribunales un año
allí vale como diez afuera. De esa forma no importa que tan larga sea tu pena,
siempre podrás cumplirla.
-¡Eso es tenebroso!- dijo una chica.
-¿Pero porqué dicen que es el peor castigo jamás inventado?- preguntó
Pris.
-Porque el Pabellón Oscuro excede todos los castigos conocidos hasta
ahora.
-¿Los torturan?
-¡Claro que nos torturan! Al principio, cuando recién llegas, es
aterrador… ¡Realmente! Con el paso del tiempo, a medida que los castigos te van
quebrando, la tortura disminuye y finalmente, cuando están satisfechos de los
resultados que han logrado con sus asquerosos métodos, te dan algunas horas de
descanso, de felicidad, de paz…- dijo Julius, entrecerrando los ojos.
-¿Pero qué les hacen exactamente allí?
-¡Veo que tienes un interés algo enfermizo en el sufrimiento ajeno!- le
dijo Julius al joven –Lo primero que te hacen al entrar, es este tatuaje, este
otro y por supuesto este –dijo señalando los tatuajes no sin cierto orgullo-
Luego te colocan en animación suspendida.
-¿En animación suspendida? ¡No entiendo!- dijo Pris.
-¡Querida, te desnudan completamente, te hacen un exhaustivo examen
físico, te conectan sensores por todo el cuerpo, una especie de casco en la
cabeza y te meten en un ajustado tanque, donde te sujetan con una red de
fuerza!
-¿En un tanque?- dijo asombrado uno de los jóvenes.
-¡Eso dije! ¡En un tanque! Luego lo llenan con una mezcla de gases que
hace que tu ritmo metabólico baje, casi, casi, a cero… ¡Puedes estar muchos
años así!
-¡Es horrible ese castigo!
Julius se rió –¡Ja, Ja! ¡Ese no es el castigo!
-¿Cómo que no es el castigo?
-No, jóvenes, no… Tu cuerpo está casi muerto, pero mantienen tu mente
viva… ¡Y lo que castigan es tu mente! En una cárcel común, siempre tienes la
posibilidad de pensar en cosas hermosas en algún momento. Puedes pensar en tu
familia, si alguna vez tuviste una, o en una hermosa mujer, o en el aire libre,
en bellos paisajes, en lo que quieras que te dé paz y tranquilidad, y olvido…
pero no en el Pabellón Oscuro. Allí los carceleros están “dentro” de tu cabeza
y ellos dicen que tienes permitido pensar y que no. Es una cárcel dentro de
otra cárcel.
-¿Los carceleros son humanos?
-Humanos y no humanos y son muchos, porque allí no se duerme, nunca se
duerme. Allí no existe la realidad como la conocemos, es todo sueño, o quizás
una manifestación extraña de la realidad –dijo como para sí- y todo
absolutamente es controlado por ellos. No sé de donde han sacado la tecnología,
pero son capaces de llevarte, sin ningún tipo de resistencia, a donde ellos
quieren. Te obligan a pelear por tu vida en planetas extraños, te obligan a
vivir situaciones horrorosas y miserables en cien mundos distintos, te obligan
a ver y tocar víctimas de sangrientos asesinatos, tuyos o ajenos, te obligan a
revivir todas las malas decisiones que has tomado en tu vida –Julius estaba
algo emocionado-. Incluso utilizan los recuerdos que tienes de los seres que
más quisiste para torturarte, pues hasta el más infame asesino quiso a alguien
alguna vez. Los carceleros buscan dentro de ti esas cosas buenas que te han
pasado, esos recuerdos y los utilizan para castigarte, de mil formas. Chicos,
les digo que hasta el más cruel y desquiciado asesino se quiebra allí. Todos,
tarde o temprano.
-¿Y luego?
-¿Luego? No importa cuándo te “quiebres”, pues cualquiera sea tu condena
debes cumplirla y debo decirles que es erróneo tomar un año allí dentro por
diez de afuera ¡Tendría que ser cien años afuera! Aunque hay algo positivo y es
que cuando notan que hay un cambio en tu mente, en tu forma de pensar, te
comienzan a dar recreos, te envían a lugares hermosos, te hacen compartir
momentos agradables con otros humanos, puedes distenderte, sentirte feliz por
unas horas… Ustedes les llamarían vacaciones y nosotros “descansos”.
-¿Entonces cuando creen que están “reformados” o arrepentidos, dejan de
castigarlos?
-¡Nunca dejan de castigarte! Pero te dan algunas válvulas de escape
mentales.
Pris carraspeó y dijo –No quiero ser molesta pero desde hace bastante
rato quiero preguntarte porqué te enviaron a El Pabellón Oscuro… y hace cuánto
que saliste.
-¿Por qué estoy allí? ¡Hice cosas demasiado horribles para contarlas! Y
sobre la segunda pregunta… creo que hay una confusión. ¡Yo estoy en uno de mis
descansos aquí, mi cuerpo todavía está en El Pabellón Oscuro! ¡Pensé que lo
sabían!
En ese momento todas las sorprendidas y juveniles caras se diluyeron,
junto con el cielo, el sol, la pileta… todo se esfumó y Julius sintió una voz
profunda que le dijo:
-¿Disfrutaste de tu descanso, Julius?
-Si, gracias, hasta pude sentir el sol en mi piel… ¡Y saborear el
refresco!
-¡Estoy orgulloso de ti! Te has comportado muy bien.
-Si, es extraño… ¡Los chicos parecían tan reales! ¡Todo parecía tan
real!
-¡Que bueno que te haya agradado! Ahora quiero que hagas un poco de
ejercicio. Mira, existe un planeta llamado Prastikri en donde hay unos grandes
animales a quienes les encanta la carne humana. ¡No, no te asustes! Solo debes
mantener una carrera uniforme y ninguno logrará alcanzarte… ¿Quieres saber por
cuánto tiempo? No te preocupes, no te exigiré más de lo que puedes dar… ¡Pero
no te detengas hasta que yo te diga! –le dijo la voz, retumbando en su cabeza.
En un instante, Julius se encontró de pie en el blando y húmedo piso de
una selva espesa y oscura.
-¿Mantener una carrera uniforme aquí, con troncos caídos y todo lleno de
lianas y arbustos?- pensó. Levantó un pie, luego otro, el barro parecía sujetar
sus botas…
-¿Cuánto tiempo soportaré corriendo aquí?- se preguntó. En ese momento
un aterrador bramido se escuchó a su espalda, no demasiado lejos… y comenzó a
correr.
FIN
me encataron tus cuentos son geniales.yo tambien escribo ciencia ficcion estoy empezando pero me estoy inspirando en historias de los demas pero tus historias son fantasticas exelentes me cautvaron mas la de el descanso muy genial saludos desde mexico y sigue asi.
ResponderEliminarEstimado, gracias y espero seguir escribiendo historias que sean de tu agrado. Felicitaciones también por haber elegido este género para desarrollarte como escritor.Un abrazo y dentro de mis humildes posibilidades estoy a tus órdenes para intercambiar puntos de vista.
Eliminarme encargaron una tarea sobre un cuento de ciencia ficcion y tus cuentos me parecen muy buenos lo unico k necesito para completar mi texto es el nombre del auto me podrias dar esa informacion por fabor
ResponderEliminarMi nombre es Pablo Daniel Rodríguez Remedios... disculpa la demora... un abrazo y gracias por tu interés.
EliminarTus cuentos me perecen buenos
ResponderEliminarGracias Diego y espero seguir escribiendo cosas que te agraden... Un abrazo!!!
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