Queridos amigos y amigas, reapareciendo en un mundo cada vez más a tono con la ciencia ficción... Por la ciencia ficción y la fantasía!!! Es un secreto, pero nunca me fuí... Aquí estaré: pablodaniel.gandalf@gmail.com... Un gran abrazo!!!


viernes, 20 de octubre de 2023

EL REY

 La ciudad por las noches tenía un rey.

Nadie le había dado la bienvenida ni había deseado su presencia y menos le habían dicho “Ven que necesitamos de ti”…

Nada de eso.

A poco de su llegada estaba claro que no lo querían, ni lo deseaban…

Pero tampoco sabían cómo expulsarlo de sus calles.

 Llegó tan silenciosamente que tardaron en darse cuenta de su presencia. Quizás porque no era un ser amante de la luz diurna –más bien odiaba la luz del sol-, tardaron un poco más en advertirlo, pero los cuerpos que comenzaron a aparecer, todos sin una gota de sangre, hablaban, gritaban más bien, el tipo de ser que era.

Un vampiro, un bebedor de sangre. Claro que tardaron casi media docena de cadáveres para estar seguros y totalmente de acuerdo en eso.

Y la noche, que había sido insegura pero no tanto, fue progresivamente abandonada  y de a poco tomada por él.

Los traficantes de drogas y sus clientes, que acostumbraban realizar sus negocios por la noche, eran sus víctimas ineludibles… Pero no se salvaban los que traficaban con sexo, los que de noche robaban transeúntes o casas, los que visitaban restaurantes o bares, en fin… cualquiera que transitara por la noche era una víctima potencial.

A los seis meses habían caído todo tipo de humanos bajo su sed, de toda edad y condición.

Ni las fuerzas de la ley estaban a salvo de sus ataques, por más que intentaban estar preparados para ello, siguiendo esa teoría –tan contraproducente en número de bajas- de que ellos lo cazaban y no al revés, como realmente sucedía.

Lo cierto es que con el paso del tiempo y luego de decenas de muertos, había pocos que no supieran de su existencia.

Era imposible no ver su poder o discutir su reinado.

Ya todos sabían que un vampiro había llegado a la ciudad. Eso todos lo sabían.

Lo que no sabían es que había llegado para quedarse. Así era… la noche de la ciudad ya tenía su Rey.

                                              FIN

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